
Las últimas semanas he estado trabajando entre Latinoamérica, Europa, Asia y África, una experiencia que realmente valoro y agradezco. En este tipo de periplo, suelo además esforzarme el doble por observar y aprender sobre elementos que puedan potenciar habilidades personales y profesionales. Comparto algunas de las más interesantes y sorprendentes.
La IA ha tomado posesión de todo lo que ha podido, en múltiples industrias. Particularmente en negocios y marketing, se nota claramente en experiencias personalizadas en tiempo real, creación inmediata de videos, opiniones editoriales en segundos. Esto implica desde el lanzamiento de un nuevo sabor de helado en vivo hasta la opinión de un CEO sobre un misil lanzado hace segundos durante la guerra. En simultáneo, las opiniones vertidas en redes son investigadas en tiempo real, generando data estadística tan rápida que ese mismo sabor de helado puede ser modificado minutos después o esa opinión política puede ser maquillada durante la misma conversación en la siguiente pregunta al aire. Fue tan abrumadora la potencia de la IA que adrede empecé a buscar tendencias que no estuvieran directamente relacionadas con ella.
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Existe un especial foco de atención en la diversidad de grupos sociales, sus opiniones y sobre todo, el debate que se genera al enfrentar posiciones polarizantes. El esfuerzo está en encontrar conexiones y construir confianza a partir de la escucha activa que nace de la confrontación. Otra tendencia notable resultó la generación de conversación con usuarios, clientes y consumidores, pero no a partir de temas, sino de retos: formatos interactivos virales como preguntas y respuestas, opiniones específicas, juegos y desafíos puntuales.
Los ‘influencers’ clásicos empiezan a perder peso para dar paso a los micro-nicho-‘influencers’ quienes tienen menor rango de seguidores, pero hacen un contenido más auténtico y de mayor enganche. Es más, no se ven a sí mismos como ‘influencers’. El siguiente punto clave es que la vida ya es bastante complicada como para que las marcas y las empresas nos la pongan aún más difícil. Bajo esta óptica, las personas estamos buscando más espacios de diversión, ocio, relajo y paz. Las marcas que logren tener una narrativa hacia este eje nos harán sentir comprendidos más rápidamente. Aquí se incluyen los ‘pop-ups’, los elementos sorpresa y las experiencias lúdicas. La sobredosis digital hace que se requiera una contraparte humana. Es importante que la interacción no solo se limite a teclas y pantallas. Emocionalmente existe la necesidad inminente de interactuar a partir de rostros, voces, sonrisas. Las emociones humanas nunca son reemplazables al 100%. Contar historias no basta, también importa saber si realmente sucedieron, si son historias con alma. Así está nuestra vida 2.0 en el mundo de hoy.