
El año pasado, mi esposa y yo olvidamos vacunar a nuestros hijos contra la influenza. Nuestra hija menor terminó hospitalizada por neumonía. Aunque hoy está bien, esa experiencia nos dejó una lección: no podemos confiarnos ni postergar algo tan importante. Una sola dosis pudo prevenir una hospitalización.
Meses después, viajé a Loreto con el equipo de Unicef Perú y un grupo de líderes empresariales comprometidos con la primera infancia. Durante nuestro viaje visitamos la Institución Prestadora de Servicios de Salud (IPRESS) I-4 en Nauta, donde aprendimos sobre el esfuerzo que implica conservar las vacunas en buen estado, y acompañamos a una brigada de vacunación nocturna. Ellos nos contaron que, al salir por las noches, logran vacunar a más niños y niñas porque sus padres trabajan durante el día y no están en casa en horario regular.
Ambas experiencias fueron un recordatorio de que detrás de cada vacuna hay una cadena de esfuerzo, planificación y compromiso. Y que, si bien el Estado tiene que garantizar su acceso, nosotros, como padres y madres, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que nuestras hijas e hijos estén protegidos.
Con la llegada del frío y el regreso a clases, los contagios de enfermedades, principalmente las respiratorias, aumentan. Es en este contexto que debemos recordar la importancia de cumplir con el calendario de vacunación infantil.
Según el informe preliminar de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2024, el 65% de los niños menores de 36 meses recibió su esquema completo de vacunación, un aumento de 2,9 puntos porcentuales respecto al año anterior. Aunque hay avances, uno de cada tres niños aún no está protegido frente a enfermedades prevenibles como el sarampión, la polio o la influenza.
Vacunar no es solo un acto de cuidado individual, es un acto de responsabilidad colectiva. Es proteger no solo a nuestros hijos e hijas, sino también a los más vulnerables: bebés, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Como sociedad, debemos comprometernos a informar, facilitar el acceso y garantizar que todos tengan la oportunidad de estar protegidos. Solo así construiremos un país con más salud y oportunidades de bienestar para nuestras niñas y niños.