
Según datos recientes del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), cuatro sistemas eléctricos de distribución en el Perú superaron la tolerancia anual de los indicadores de desempeño establecidos, es decir, registraron más interrupciones del servicio eléctrico o de mayor duración de lo permitido por la normativa nacional.
El crecimiento de la demanda nos obliga avanzar hacia una infraestructura eléctrica más moderna y digitalizada. En ese marco, las redes inteligentes (Smart Grids) representan una de las principales herramientas para acelerar esta transformación. Estas redes, que combinan sensores, software de análisis avanzado y automatización, permiten una gestión más eficiente y flexible del suministro, optimizando la respuesta ante cortes, sobrecargas o cambios en la demanda.
Víctor Paredes, director de Power System Perú, Chile y Bolivia de Schneider Electric, indica que “desde nuestra perspectiva, los cortes de suministro no son solo un problema técnico, sino también un desafío estructural que requiere modernizar y fortalecer las redes eléctricas para soportar eventos climáticos extremos, que son cada vez más frecuentes debido al cambio climático”.
Para transformar los sistemas de distribución eléctrica del país, las redes inteligentes son una de las herramientas más efectivas. “Estas redes, equipadas con sensores, análisis de datos y software avanzado, permiten una gestión eficiente y automatizada de la energía, mejorando la capacidad de prever y reaccionar a interrupciones en el suministro”, explica Paredes.
En suma, los sistemas de almacenamiento de energía, como baterías de última generación, son fundamentales para garantizar la continuidad del servicio en momentos de alta demanda o fallas en la generación. Estas tecnologías pueden almacenar energía renovable, como la solar o eólica, para utilizarla cuando sea necesario, especialmente en zonas remotas que dependen de fuentes intermitentes.