
El BBVA Research mantiene su proyección de crecimiento de 3,1% para la economía peruana en 2025, según su más reciente informe Situación Perú – junio 2025. Este crecimiento estará sostenido por el impulso de la inversión privada, los términos de intercambio en niveles históricamente altos, la confianza empresarial y el inicio de nuevas inversiones mineras. Para 2026, se estima una expansión de 2,7%, en un contexto de mayor incertidumbre electoral.
Durante el primer trimestre del año, el Producto Bruto Interno (PBI) creció 3,9% y la inversión privada se expandió 9%. Dentro de esta, el componente no minero no residencial —que representa el 60% de la inversión privada— creció 12%, favorecido por tasas de interés corporativas más bajas y expectativas optimistas del empresariado, señaló Francisco Grippa, economista principal de BBVA Research en Perú.
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Según el informe, por primera vez desde 2021, la inversión privada residencial —que incluye la autoconstrucción—, salió de terreno negativo y creció 3,2%. Esta mejora se atribuye al aumento del empleo formal (+6%) y al crecimiento de la masa salarial real (+9% interanual), que abrieron espacio para la reactivación del gasto de los hogares en vivienda, anotó Grippa.
Consumo, inflación y tasa de interés
El consumo privado creció cerca de 4% en el primer trimestre, apoyado en una inflación moderada (1,7% a marzo) y expectativas inflacionarias ancladas. El BBVA anticipa que la inflación cerrará el año en torno al 2,2%, dentro del rango meta del Banco Central de Reserva (BCR). Para 2026, se prevé que suba a 2,6%.
La tasa de interés de referencia se mantendría en 4,5%, nivel considerado neutral en el escenario actual. Aunque hay un sesgo a la baja, el diferencial de tasas sol-dólar y la cercanía de las elecciones podrían limitar nuevos recortes en el corto plazo.
Moderación en el segundo semestre
A pesar del buen inicio, la entidad proyecta que la segunda mitad del 2025 será menos dinámica, con un crecimiento trimestral de entre 2,5% y 3%. Esto debido a una base estadística más exigente, impactos más visibles de la política arancelaria de Estados Unidos sobre los socios comerciales —incluido el Perú—, y el avance del proceso electoral local, que podría generar ruido político y financiero.
También se han incorporado eventos adversos del sector minero en el escenario base, como paros operativos y problemas logísticos en minas clave, que podrían afectar los volúmenes de producción este año.
Comercio exterior y presión fiscal
A pesar del impacto previsto de los aranceles de Estados Unidos (equivalente a 0,2 puntos del PBI), la entidad anticipa que las exportaciones netas seguirán contribuyendo positivamente al crecimiento económico. Esto se debe a que los términos de intercambio seguirán elevados, con un precio promedio del cobre de US$ 4,21 la libra y del oro en US$ 3.000 la onza para 2025.
En este contexto, la balanza comercial alcanzaría un superávit de US$ 30.000 millones, y la cuenta corriente de la balanza de pagos se mantendría en azul, con un saldo equivalente a 2,3% del PBI.
Situacón fiscal y tipo de cambio
El déficit del sector público no financiero se redujo a 2,7% del PBI a mayo y se mantendría en ese nivel a fin de año. La deuda pública bruta se ubica en torno al 31% del PBI y se estima que seguirá por debajo del 34% hacia fines del 2026. Sin embargo, BBVA Research advierte que propuestas legislativas que aumentan el gasto o reducen ingresos fiscales podrían revertir esta trayectoria y acelerar el crecimiento de la deuda.
En tanto, el sol ha mostrado solidez en lo que va del año, apoyado por el superávit externo. No obstante, proyectan que el tipo de cambio cerrará el año en un rango de entre S/3,65 y S/3,75, con presiones al alza vinculadas a la volatilidad internacional y la cercanía del ciclo electoral. Para 2026, se estima una apreciación del dólar, con el tipo de cambio bajando a un rango de S/3,60 a S/3,70 por dólar.