
Edward Kelley, un exmilitar que participó del asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021 y posteriormente fue indultado por el presidente Donald Trump, ha sido condenado a cadena perpetua por planear un ataque con contra la oficina del FBI en Knoxville, Tennessee, utilizando explosivos pegados a vehículos y drones.
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Además de planear el ataque junto a un cómplice identificado como Austin Carter, quien se declaró culpable y espera al 4 de agosto para conocer su sentencia, Kelly elaboró una “lista negra” de 36 agentes que debía eliminar. Según la Fiscalía, todos ellos habían participado en su arresto o en el posterior registro de su casa.
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En noviembre del 2024, un jurado del estado del estado sureño ya había encontrado culpable al hombre de 36 años de conspirar para asesinar a empleados federales, solicitar la comisión de un delito violento e influir en funcionarios federales mediante amenazas.
El juez federal Thomas Varlan sentenció a Kelley a cadena perpetua por recomendación del equipo de fiscales que afirmaba que el acusado no mostraba remordimiento y era incapaz de rehabilitarse. “Kelley no solo cree que las acciones por las que fue condenado estaban justificadas, sino que su deber como autodenominado ‘patriota’ le obligaba a apuntar a las fuerzas del orden del este de Tennessee para su asesinato“, aseguró la Fiscalía por escrito según la agencia AP.
Kelley había servido en el Cuerpo de Marines durante ocho años, fue desplegado en Irak y Afganistán antes de ser dado de baja en el 2015. El 6 de enero del 2021 fue la cuarta persona en ingresar al Capitolio, además fue captado en video ayudando a dos hombres a derribar a un oficial de la Policía del Capitolio, según el FBI.


Kelley había sido declarado culpable de 11 cargos relacionados del asalto al Capitolio en noviembre del 2024; sin embargo, fue una de las 1.575 personas involucradas en el caso a las que Trump indultó o conmutó mediante orden presidencial el 20 de enero de este año.
Según la Constitución de Estados Unidos, el presidente tiene la capacidad de indultar a cualquier ciudadano, lo que implica el perdón del delito cometido; pero también a conmutar su pena; es decir, ser puesto en libertad pero sin que sus antecedentes se borren.
Los tres cargos que han llevado a la condena de Kelly, sin embargo, no entraron dentro del paquete de perdón presidencial luego de que un juez federal interpretara que el perdón presidencial no se extendía al caso de Tennessee, por el que fue acusado recién en diciembre del 2022.
– Los otros liberados –
El indulto a los atacantes había sido una promesa electoral de Trump, pese a que los sondeos indicaban que apenas 2 de cada 10 estadounidenses estaban de acuerdo, mientras que más del 50% lo rechazaba.
Incluso líderes republicanos y el propio JD Vance habían dejado entrever que si bien en algunos casos existía una “zona gris”, la mayoría no merecía ser indultado.
Nada de eso cambió el hecho de que el mismo día que volvió a la Casa Blanca, Trump firmó la orden ejecutiva que incluyó, además de los más de 1.250 indultos, 14 conmutaciones y cientos de suspensiones a procesos pendientes de juicios.
Entre los beneficiados resaltaron los nueve miembros de los Oath Keepers, incluido su fundador Stewart Rhodes, quien había sido sentenciado a 18 años por conspiración sediciosa tras dirigir a sus miembros sin siquiera pisar el Capitolio; además de cinco integrantes de los Proud Boys, incluido su líder nacional, Enrique Tarrio, quien había sido sentenciado a 22 años de prisión por el mismo cargo que Rhodes.
Ambos son considerados grupos violentos de extrema derecha.
El último viernes, Tarrio y otros conmutados como Zachary Rehl, Ethan Nordean, Joseph Biggs y Dominic Pezzola, presentaron el último viernes una demanda contra el gobierno federal de Estados Unidos exigiendo una compensación de más de 100 millones de dólares para cada uno.

Según The Wall Street Journal, los demandantes afirman que el gobierno carecía de causa probable para allanar sus casas después de que se entregaron en relación con sus acusaciones, y que los empleados del FBI revisaron las comunicaciones privilegiadas con sus abogados.
Kelley es el único de los 1.575 perdonados por Trump que ha recibido alguna condena; sin embargo, Tarrio fue detenido un mes después de su liberación por presuntamente golpear a una mujer que protestaba en contra de una reunión en la que participaba con otros miembros de su grupo.
No hay reportes sobre una condena por dicho caso en contra del líder extremista.
Una semana después de haber sido indultado, Matthew Huttle, de 42 años, fue abatido por un alguacil luego de “resistirse” a su arresto durante un control de tráfico hecho por la policía de Indiana.
“Se produjo un altercado entre el sospechoso y el agente, que acabó con el agente disparando su arma e hiriendo mortalmente al sospechoso”, explicó la policía local mediante un comunicado.
Otro caso impresionante es el de Jared L. Wise, un exagente del FBI que durante el asalto al Capitolio fue captado incitando a la turba a “matar” policías y que esta semana ha sido nombrado asesor de Ed Martin, director del denominado Grupo de Trabajo de Instrumentalización en el Departamento de Justicia.

Según The New York Times, dicho grupo de trabajo fue establecido por Trump para buscar represalias contra sus enemigos políticos.
“Su selección implica que un hombre que había incitado a la violencia contra agentes de policía ahora es responsable del esfuerzo oficial del departamento por tomar represalias contra quienes intentaron responsabilizar a los alborotadores“, alerta el diario neoyorquino.