Sábado, Mayo 18

Precisamente, este grupo etario enfrenta una grave amenaza que no distingue clases sociales: según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) el 43,1% de menores de 3 años en el Perú padece de anemia por deficiencia de hierro. El impacto de la enfermedad en el desarrollo cerebral a edad temprana es irremediable. Además, los bebes con esta afección tendrán un retraso para aprender a caminar y comunicarse, entre otros perjuicios.

Ante este panorama sombrío para nuestros infantes, acaba de aprobarse una estrategia gubernamental esperanzadora, cuyo éxito requiere de la colaboración de todos los sectores de la sociedad.

¿Qué complicaciones puede traer la anemia?

Aliado contra la anemia

Este miércoles, el gobierno aprobó el reglamento de la Ley 31348 que propone el enriquecimiento del arroz en el Perú. “Por ser el alimento más consumido del país, el arroz es un vehículo eficaz para la fortificación con el objetivo de mejorar la ingesta de micronutrientes en la población”, explicó Aníbal Velásquez, oficial nacional de Políticas Públicas del Programa Mundial de Alimentos (PMA), a El Comercio.

El enriquecimiento de alimentos consiste en la adición de una o más vitaminas y minerales a alimentos comúnmente consumidos. Por ello, no requiere cambios importantes en los patrones dietéticos de una población. Jessica Huamán, decana del Colegio de Nutricionistas de Lima, detalló a este Diario cuál es el aporte nutricional del arroz fortificado.

En comparación con el arroz convencional, el arroz fortificado contiene cuatro veces más Hierro. Es un gran aliado contra la anemia infantil. También, tienes dos veces más Zinc, que fortalece el sistema inmunológico de los niños, y ocho vitaminas”, señaló. “Los niños deben consumir 12.5 mg de hierro por día. Dos cucharadas de arroz fortificado les brinda 1,3 mg. Debe complementarse con alimentos ricos en hierro, como la sangrecita, hígado o bofe”, expresó Velásquez.

Por su parte, Huamán recomendó agregar fuentes de vitamina C, que permiten absorber mejor el hierro. Por ejemplo, una ensalada con aderezo de limón, una limonada o naranjada.

El reglamento de la ley entrará en vigencia en seis meses. Mediante esta norma, todos los programas sociales de alimentación del Estado estarán obligados a usar el arroz fortificado. Actualmente, los usuarios de Cuna Más (menores de 3 años) y escolares beneficiados por Qali Warma ya consumen este nutriente.

Además, las empresas productoras de arroz tendrán un plazo máximo de un año para cumplir con las medidas y lineamientos que menciona la ley para la implementación de una línea de arroz fortificado. De esta forma, todos los peruanos podrán adquirirlo.

Por otro lado, Velásquez indicó que, de acuerdo a la evidencia de su aplicación en el mundo, la fortificación de alimentos en gran escala puede reducir en un 34% la tasa de anemia infantil de un país. “En Costa Rica, el impacto de la fortificación de hierro sobre la prevalencia de anemia en niños mostró una disminución significativa a nivel nacional. La tasa de anemia se redujo de 19,3% en 1996 a 4% en el 2008″, manifestó.

En ese sentido, el experto mencionó que la tasa de anemia infantil (43,1% actualmente) podría reducirse a 15% en 10 años. “Para cumplir esta meta, es necesario que todo el arroz que se comercialice en Perú sea fortificado para que toda la población pueda consumirlo. He allí la responsabilidad de las empresas productoras”, asevera.

Responsabilidad compartida

La fortificación es la estrategia más rentable para abordar la malnutrición por micronutrientes. Velásquez mencionó que, por cada $1 invertido en la fortificación de alimentos, se generan $27 en retorno económico debido a la reducción del gasto en atención sanitaria y el aumento de la productividad.

El impacto es todavía mayor si tenemos en cuenta que, según un estudio del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), la anemia le cuesta al Perú aproximadamente S/2.777 millones al año debido a los costos del tratamiento de las personas con la enfermedad y la pérdida de productividad”, explicó.

Por ese motivo, Velásquez subraya que el éxito de la estrategia de fortificación del arroz a nivel nacional requiere de un plan integral de nutrición que requiere del Estado y las empresas. “Esta intervención es barata y de alto impacto, por lo que necesita el esfuerzo del sector público y privado. Es nuestra oportunidad para contribuir a la prosperidad del país”, afirma.

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