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La oposición quedaba más marcada en los exteriores del BHV Marais, la exclusiva tienda de departamentos ubicada en la sombra de la catedral de Notre-Dame en cuyo sexto piso queda ahora ubicada la primera tienda física de Shein en Francia. Y es que mientras ‘influencers’ y otros compradores revisaban las estanterías por ropa elegante y (relativamente) barata, manifestantes eran vigilados por la policía mientras protestaban también por reportes de que la plataforma de comercio en línea comercializaba muñecas sexuales realistas que imitan la apariencia de menores de edad.
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Es así que, según medios franceses, un hombre en la localidad de Bouc-Bel-Air, cerca a Marsella, fue detenido luego de que se interceptara un paquete de una muñeca sexual con aspecto infantil que había sido remitido a su nombre y adquirido en la plataforma Shein.

La investigación del Gobierno francés se une a la que la Fiscalía de París abrió a principios de la semana por la supuesta “difusión de imágenes o representaciones de menores de naturaleza pornográfica” y por la “difusión de mensajes violentos, pornográficos o degradantes accesibles a menores”, en la que también se encuentran implicados -en distintos grados- sus rivales en línea AliExpress, Temu y Wish.
Los problemas de Shein no solo se limitan a la venta de cuestionables juguetes para adultos. El diputado Antoine Vermorel-Marques denunció por redes sociales que la tienda digital estaba vendiendo también armas como machetes y manoplas, objetos cuya comercialización “se castiga con cinco años de prisión y una multa de 75 mil euros”, recordó en redes sociales.
Por su parte, Shein anunció mediante un comunicado la suspensión en Francia de todos los productos ofrecidos por vendedores externos “tras preocupaciones suscitadas por ciertos anuncios de vendedores externos independientes”. Adicionalmente, directivos de la compañía china se presentarán el martes 18 ante una comisión de investigación del Parlamento para aclarar los pormenores del caso.
Para Freddy Linares-Torres, experto en comercio electrónico y profesor en la Universidad del Pacífico, no hay excusa tecnológica para que Shein permita la venta de productos prohibidos, señalando que estas plataformas masivas utilizan mecanismos de detección que rastrean ciertas palabras claves o analizan textos en búsqueda de objetos no permitidos, una tarea ahora más simplificada por los avances en las herramientas de inteligencia artificial para analizar imágenes y textos..
“Estas plataformas deben tener en su radar la lista de productos no permitidos o sensibles dependiendo del mercado donde venden”, indica a El Comercio. “Encontrar un arma o un producto ilegal debería saltar casi automáticamente”.
Sin embargo, el experto considera que lo ocurrido en Francia se debe más a un error de despliegue de estos sistemas que a una decisión deliberada, citando la escala de las operaciones de Shein en el país y su importancia en los planes de expansión de la empresa de las plataformas en línea a los comercios físicos.
“No es por nada que han abierto la tienda ahí específicamente, demuestra que es su mercado prioritario”, resalta. “Si a esto se añade que han tomado la decisión de sacar del aire la tienda digital para revisar sus procedimientos, entonces refuerza un poco más la idea de que estos sí existen, pero no fueron desplegados correctamente”.
El modelo de negocio Shein
Lanzada en el 2008 en la ciudad china de Nankín -aunque desde el 2022 se mudó a Singapur- Shein ha ganado popularidad en Francia y otros países occidentales en los últimos años al ofrecer una variedad de ropa moderna y a la moda a precios sumamente bajos, una propuesta particularmente atractiva entre los públicos más jóvenes que, golpeados con la crisis de costo de vida que azota a Europa, cuentan con un menor poder adquisitivo que las anteriores generaciones y dejando fuera de su alcance a marcas más establecidas.
“Estamos hablando de precios promedio de alrededor de 15 euros”, sostiene Linares-Torres. “Con el costo del alojamiento y el salario medio actuales, ello hace que los jóvenes busquen alternativas más baratas, por lo que comprar en Shein les hace total sentido”.
Es un modelo de negocios en el que China cumple un papel central, al haberse convertido “en una fábrica para el mundo” gracias a su mano de obra sólida, desarrollo tecnológico y una logística muy eficiente en distribución internacional que ha permitido el lanzamiento de tiendas digitales enormemente populares que ofrecen productos como Amazon pero a precios mucho más cómodos.
“Alibaba fue el primer éxito, y a partir de ahí surgieron otras como Shein, AliExpress y Temu, todas con el mismo modelo de bajo costo y alcance global”, sostiene el experto.
Pero a la par en que la compañía ganaba popularidad, también aumentaban los cuestionamientos sobre sus prácticas e incluso antes de que explotara el reciente escándalo, empresarios, diseñadores de moda, autoridades y políticos franceses han buscado la manera de frenar la expansión de la marca en el país, expresando preocupaciones sobre la forma en que esta fue elaborada, el impacto que tendrá en la industria local el ingreso de una compañía con precios tan bajos y lo que califican como promoción de una cultura de “moda rápida”, en la que las prendas de vestir son vistas -y utilizadas- como objetos descartables.

Uno de los mayores esfuerzos se ha visto cristalizado cuando el Senado pasó la ley para reducir el impacto ambiental de la industria textil -calificada coloquialmente como la ley anti Shein- que, de ser ratificada, añadiría un impuesto de 10 euros para cualquier prenda de vestir comprada en plataformas en línea chinas como Shein o Temu, a la par de que obliga a estas empresas a reportar el impacto ambiental de sus productos textiles y prohibirá que estas publiciten sus servicios en Francia, incluyendo penalizar a los ‘influencers’ que las promocionen.
No es la única medida que se ha tomado contra la plataforma en línea y la agencia de protección al consumidor francesa multó a Shein con 40 millones de euros en julio por lo que tildó de prácticas comerciales desleales, acusándola de promover descuentos de precios engañosos. Mientras tanto, una petición en Change.org para impedir la apertura de la tienda de Shein reunía casi 124.000 firmas al momento en que se escribía esta nota.
Pero estos escándalos y problemas poco preocupan a los cientos de personas que participaron en la inauguración de Shein o a los 23 millones de franceses que utilizan sus servicios.
Entre aquellos que defienden a Shein está la Société des Grands Magasins (SGM), el conglomerado dueño del BHV Marais y otras tiendas de departamentos con los que Shein planea continuar su expansión a otras cinco ciudades francesas.
“Confío en los productos que venderá Shein, fabricados por Shein en BHV”, afirmó el presidente de SGM, Frédéric Merlin, a la emisora RTL. “Hemos verificado el origen de la ropa de la marca, que fue importada legalmente y fabricada en fábricas que no explotan a sus trabajadores ni a niños”.
A pesar de esto, algunas marcas parecen estar dándole la espalda a SGM, incluyendo el grupo Galeries Lafayette, con el que tenía un trato desde el 2021 para prestar su nombre a siete tiendas ubicadas fuera de París. A esto se le une el boicot de marcas de moda como Aïme, Talm, Le Slip Français y Culture Vintage.













