Puerto Rico está en la noticia luego de que un comediante hiciera una broma racista sobre la isla en un mitin de Donald Trump en Nueva York. Lo hizo en la recta final de la campaña para las elecciones presidenciales de este 5 de noviembre, en las que los habitantes de este territorio no pueden participar, a pesar de formar parte de EE.UU. ¿Por qué?.
El domingo, durante un mitin en el Madison Square Garden de Nueva York, Tony Hinchcliffe dijo que Puerto Rico es “una isla de basura flotando en mitad del océano”, generando la indignación general en la nación boricua y en el propio Estados Unidos.
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La campaña del candidato republicano salió al paso de las críticas y aseguró que lo afirmado por Hinchcliffe “no refleja las opiniones de Trump”. Pero hasta el miércoles, el magnate no se había disculpado públicamente con los puertorriqueños.
El tema ha traído también a la discusión el estatus de Puerto Rico dentro de Estados Unidos y el por qué los habitantes de la isla no pueden elegir al presidente.
La razón es porque Puerto Rico, que tiene 3,2 millones de habitantes, es un “territorio” y no un “estado” de Estados Unidos.
La Constitución de Estados Unidos da el derecho para votar para presidente a los ciudadanos que residen en los estados, pero no extiende este derecho para los territorios.
Según el artículo IV, sección 3, cláusula 2 de la Constitución de Estados Unidos, el Congreso de EE.UU. tiene autoridad plenaria sobre los territorios y define “todas las reglas y regulaciones necesarias con respecto al territorio u otra propiedad perteneciente a Estados Unidos”, de acuerdo con el Servicio de Investigación del Congreso.
La Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes y la Comisión de Energía y Recursos Naturales del Senado son las instancias que “ejercen la jurisdicción primaria sobre el estatus político de los territorios estadounidenses”, incluido Puerto Rico, agrega el CRS.
CNN explica que como Puerto Rico es administrado por el Congreso al ser un territorio de EE.UU., no tiene representación a nivel congresal (salvo un “comisionado residente” o “delegado electo popularmente” que no puede votar), ni tampoco en el Colegio Electoral, por lo que no puede emitir votos para presidente.
El Artículo II, Sección 1 de la Constitución de Estados Unidos dice que sólo los estados pueden nombrar electores. La excepción es Washington D.C., cuyos residentes han podido votar en elecciones presidenciales bajo la Enmienda 23 desde 1964, según los Archivos Nacionales.
Otros territorios estadounidenses que tienen el mismo estatus de Puerto Rico son Guam, las Islas Vírgenes de Estados Unidos, las Islas Marianas del Norte, Samoa Estadounidense y las Islas Ultramarinas Menores de EE.UU.
Según los Archivos Nacionales, los residentes de territorios estadounidenses pueden votar en elecciones primarias para seleccionar candidatos presidenciales, eligen gobernador y legislatura local. Estos también pueden enviar delegados para representar a sus territorios en las convenciones nacionales Demócrata y Republicana.
Los residentes de Puerto Rico pueden votar simbólicamente por Donald Trump o Kamala Harris. Pero estos votos no serán contados.
Los votos de los puertorriqueños solo serán contados si sufragan en alguno de los 50 estados de Estados Unidos.
Según el Pew Research Center, alrededor de 6 millones de puertorriqueños con derecho al voto viven en Estados Unidos continental.
La historia del estatus de Puerto Rico
Puerto Rico se convirtió en territorio de Estados Unidos después de la Guerra Hispano-Estadounidense en 1898.
Tras lograr la victoria, las tropas estadounidenses tomaron el control de Puerto Rico. Luego, el Tratado de París, con el cual concluyó el conflicto, le cedió el control de la isla a los estadounidenses.
Desde entonces, Puerto Rico ha sido gobernado tanto mediante leyes federales estadounidenses como normas de gobierno locales.
En 1940, la Ley de Nacionalidad otorgó la ciudadanía estadounidense a todos los puertorriqueños.
En 1952, se aprobó la constitución del Estado Libre Asociado. Estados Unidos permitió a Puerto Rico redactar su propia Constitución y tener un autogobierno limitado.
El nuevo Estado Libre Asociado de Puerto Rico podía elegir un gobernador y unos poderes legislativo y judicial propios.
Sin embargo, el control fronterizo, la defensa, las relaciones exteriores, y otras competencias principales siguieron en manos del Congreso y del gobierno federal en Washington DC.
En Puerto Rico se han llevado a cabo seis referendos sobre cuál debe ser su relación con Estados Unidos. Ninguno ha tenido carácter vinculante.
El séptimo referéndum se realizará este 5 de noviembre. Fue propuesto por el gobernador Pedro Pierluisi.
El plebiscito incluirá tres opciones no coloniales ni territoriales. La primera de ellas es la ‘estadidad’ (anexión a Estados Unidos), la segunda es la independencia y la tercera es la soberanía en libre asociación.
En el anterior referéndum, realizado en el 2020, la mayoría de ciudadanos votó a favor de que Puerto Rico se convierta en un nuevo estado de Estados Unidos, como los 50 actuales.
Sin embargo, la decisión final sobre el estatus de Puerto Rico recae en el Congreso de Estados Unidos.