Ante la frialdad general hacia su ‘Plan de la Victoria’, que pide ayuda militar urgente para forzar a Rusia a negociar una paz que no implique la cesión de territorios ucranianos, el presidente Volodymyr Zelensky ha planteado abiertamente por primera vez desde el comienzo de la guerra la posibilidad de negociar con Rusia una tregua parcial que rebaje la intensidad del conflicto.
“Nosotros no atacamos su infraestructura energética y ellos no atacan la nuestra. ¿Podría llevar esto a un final de la fase caliente de la guerra? Yo pienso que sí”, dijo Zelensky la semana pasada en un encuentro con periodistas.
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Según han publicado esta semana medios anglosajones que citan fuentes conocedoras del proceso, representantes de Ucrania y de Rusia ya habrían iniciado contactos para este cese de los ataques mutuos contra objetivos relacionados con la energía que daría garantías a Kiev de afrontar el invierno sin nuevos bombardeos a sus centrales eléctricas y pondría fin a la destrucción con drones ucranianos de refinerías rusas.
Estas conversaciones para una tregua en este capítulo serían la reanudación de un proceso que ya se habría dado este verano con la mediación de Qatar, que sigue facilitando los contactos, y que descarriló, según se dijo en su momento, debido al comienzo a principios de agosto de la operación transfronteriza ucraniana en el óblast ruso de Kursk, donde Kiev controla una parte del territorio.
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Uno de los puntos de la ‘Fórmula de Paz’
Garantizar la seguridad energética es uno de los diez puntos de la llamada Fórmula de Paz ucraniana, un documento compuesto por diez propuestas entre las que destaca la demanda de que Rusia se retire de todos los territorios que ocupa en Ucrania.
La ‘Fórmula de Paz’ fue sometida a discusión en una primera cumbre internacional celebrada en junio en Suiza.
La cuestión de la seguridad energética (en concreto la nuclear) fue, junto a la exigencia de permitir la libertad de navegación en el mar Negro y el mar de Azov para garantizar las exportaciones alimentarias, uno de los tres puntos incluidos en el comunicado final, que fue firmado por alrededor de 80 países y organizaciones internacionales.
El tercer punto avalado por los signatarios fue el que propone la liberación de todos los prisioneros de guerra de ambos bandos y el retorno a territorio ucraniano de los adultos en cautiverio ruso y de los niños deportados o desplazados.
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Sin señales positivas de sus socios
El llamado Plan de la Victoria presentado por Kiev pide a sus aliados que doten de inmediato al Ejército ucraniano de suficiente material militar y armamento de largo alcance para poder estabilizar el frente y empezar a atacar de manera más sistemática territorio ruso.
Según los cálculos de Kiev, de materializar sus principales socios el plan, Rusia se vería obligada a sentarse a negociar la ‘Fórmula de Paz’ en una segunda cumbre internacional que Ucrania aspira a organizar antes de final de año.
Ninguno de los aliados de Ucrania capaces de proporcionar este nivel de ayuda militar ha dado señales de estar interesadas en satisfacer estas demandas de Kiev, que de momento ha de conformarse con seguir a la defensiva en el frente mientras se abre a un compromiso puntual que no pondrá fin a las hostilidades pero ayudaría a ambas partes a sobrellevar el desgaste de dos años largos de guerra.