Domingo, Enero 12

¿Qué hizo del año pasado el más explosivo de casos? Especialistas consultados por este Diario coinciden en que el incremento de las temperaturas ambientales y las dificultades en el control de criaderos favorecieron a la proliferación del zancudo Aedes aegypti. De hecho, en el 2023, año que “no hubo invierno”, empezó a reportarse récords históricos de casos. Ese año fue el más letal con 444 fallecidos.

El calor es clave porque acelera el ciclo de vida del mosquito. La Dra. Valerie Paz-Soldan, especialista en salud pública e investigadora de enfermedades infecciosas, explica que la reproducción pasa de 14 días a 10 o incluso 7 días por el incremento de temperatura.

Ante condiciones climáticas cada vez más a favor del transmisor, el viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña Sánchez, explica que este año pondrán en marcha proyectos relacionados al uso de nuevas tecnologías. Uno de ellos es el método Wolbachia.

Zancudos infectados

Mientras la vacunación que empezó en noviembre aún no llega al 5% de cobertura en las cuatro regiones donde se aplica, el Minsa prepara la ejecución el proyecto Wolbachia, que consiste en infectar a un grupo de zancudos Aedes aegypti con la bacteria Wolbachia para “inactivar” el dengue. Hay evidencia de que la infección de esta bacteria en este zancudo puede bloquear el desarrollo de los virus de RNA, como los virus del dengue, chikungunya, Zika y la fiebre amarilla.

“Cuando se libera a los zancudos infectados, estos contagian al resto de zancudos salvajes y las hembras pueden transmitir la bacteria a través de los huevos. Se ha probado en Colombia, Australia, el sudeste asiático y ha dado resultados prometedores en varias ciudades”, explica Peña a El Comercio.

De acuerdo con el viceministro, el proyecto arrancaría en febrero con la etapa de información y educación. Además, aún no se define el lugar, que debería ser una territorio de 20 km2. “La implementación inicial tendría que ser en Lima norte o Lima este. Estamos haciendo la evaluación de territorio, considerando la temperatura, humedad y vientos porque vamos a liberar zancudos y mal haríamos en hacerlo en una zona donde se mueran por las características medioambientales”, precisó.

El proyecto tiene un presupuesto total de S/ 8′792.144 y se realizará con la asistencia técnica de World Mosquito Program (WMP), institución que ha desarrollado dicha tecnología y que proveerá de los huevos de los zancudos infectados desde su biofábrica en Colombia. Solo el contrato con WMP está presupuestado en S/4′978.125. Estos huevos serían criados hasta su estadía adulto en el Perú. Se liberarían 10 mil mosquitos con una periodicidad semanal durante cuatro a seis semanas.

Para la etapa de liberación, será necesario contar con contenedores adecuados, un sistema que controle temperatura y humedad que aseguren su desarrollo.

Expectativas vs. retos

La epidemiología Amy Morrison, especialista en el control de vectores que lleva más de 26 años estudiando el dengue en Iquitos, explica que se trata de un método prometedor, “sin riesgo ecológico y completamente seguro”, aunque su éxito depende de varios factores, como la elección de lugar, la implementación y el monitoreo.

En diálogo con El Comercio, Morrison indica que con el método Wolbachia se pueden establecer dos estrategias: la supresión y el reemplazo poblacional. Con la primera, se usa a la bacteria para causar “incompatibilidad reproductiva”, de tal manera que los huevos que resulten del cruce machos infectados con hembras naturales no sean viables. “Teóricamente la población va ir desapareciendo, pero esto requiere números muy grandes y de debe realizarse constantemente. No necesariamente es sustentable a largo plazo”, señala.

La segunda estrategia, que es la que implementará el Minsa, se basa en la “incompatibilidad citoplasmática” para ir reduciendo la población salvaje. “Cuando el Aedes aegypti con Wolbachia se reproduzca con el mosquito salvaje, muere la población local. Se sueltan hembras y machos infectados y con el tiempo la población con Wolbaquia va a superar a la natural”, indica Morrison.

El desafío está en que la estrategia no ha tenido el mismo resultado para todos los lugares donde se ha aplicado.Los sitios con más éxito han sido dos comunidades en Australia, pero en América Latina el reemplazo no llega necesariamente al 100%. Es más complejo, una hipótesis es que en esta región se usan más pesticidas y a veces las cepas con Wolbachia son menos competitivas”, indica.

Por eso resulta indispensable que el lugar que se escoja para el piloto tenga características de accesibilidad y poca movilización. De hecho, los sitios con mejores resultados son aquellos que funcionan como “islas”. Ahí, Lima tiene una desventaja a superar. “Lima es un área demasiado grande. En Iquitos funcionaría porque es como una isla, pero la mayoría de la población ya ha tenido dengue y necesitas una población menos expuesta. […] De todas formas hay suficiente evidencia para intentarlo, pero la clave es cómo y dónde lo van a implementar”, puntualiza.

Con ella coincide Paz Soldán, quien añade que todas las estrategias deben ser complementarias y basadas en las características de cada localidad. “Para enfrentar el dengue tienes varios serotipos, el zancudo se va adaptando, se vuelve resistente a los insecticidas, tienes el cambio climático, hay más población expuesta, hay muchos elementos difíciles de controlar y pensar que vamos a tener una sola solución es imposible. Se necesita manejo integrado”, explica a El Comercio. Ambas especialistas son miembros del comité de expertos que reúne a once reconocidos profesionales e investigadores en dengue que brindan sugerencias al Minsa ad honorem.

El éxito de cualquier estrategia también se relaciona con la comunicación y un amplio trabajo de sensibilización con las comunidades, tomando en cuenta planificación diferenciada para cada región.

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