El escenario será una máquina del tiempo. Quince cambios de vestuario, cinco pelucas de pelo natural, coreografías ochenteras y noventeras, videos originales de hace cuatro décadas y una sola voz: la de Yuri (Veracruz, 1964), que este 21 de marzo traerá al Arena Monumental su gira más íntima y exigente, “Icónica”.
El show nació, paradójicamente, en un momento de duda. La artista mexicana no sabía cómo volver a sorprender a su público. “Yo le decía a mi esposo: ‘¿Cómo regreso? Ya estoy muy grande para volver a mis orígenes’”, cuenta. Fue él quien le recomendó recorrer todas las etapas de su carrera. Volver a cada Yuri que había sido.
Entonces empezó la locura. Llamó a su hermana en México para pedirle que revisara la bodega familiar en busca de sus vestuarios de hace 15, 20, 30 y hasta 40 años. Cuando vio las fotos, la emoción la desbordó. “No podía creer que esos vestuarios todavía existieran”, recuerda.
Detrás de cada prenda había una historia: la chica que dejó su casa muy joven, los años en que no alcanzaba el dinero para comer, su primer matrimonio, las giras agotadoras. Remover ese baúl de recuerdos no fue fácil.
“Lloraba por todo. Veía una película, pasaba una mosca, y lloraba”, recuerda. “Mi hija me dijo: ‘Mamá, tienes ansiedad, aborta la misión, este show te va a dejar acabada’. No te quiero ver así”. Yuri tuvo que ir a terapia para atravesar esa marea de recuerdos. “El terapeuta me dijo: ‘Aquí tienes que bloquear tus emociones y sanar poco a poco a tus Yuris’. Porque sí, hay cosas hermosas, pero también cosas fuertes que viví de jovencita”.
De ese proceso nació “Icónica”, un espectáculo de transformismo emocional y escénico. No es un simple recital de éxitos; es un diálogo entre todas las Yuris que habitan en ella. No solo canta sus canciones del pasado. Se transforma en cada una. En la Yuri de “El apagón”, la de “Qué te pasa”, la de “La maldita primavera”, con los vestuarios originales y los peinados de cada época.

“El 60 % del vestuario que uso en escena es original. El resto son réplicas, porque algunas telas ya no soportan la exigencia de una gira: sudor, movimiento, viajes”, señala.
Para llegar a enfundarse otra vez esos trajes, Yuri tuvo que preparar también el cuerpo. “Sin saber que venía este show, un año antes empecé a dejar el azúcar y los carbohidratos. Bajé mucho de medidas. Cuando me probé los vestuarios pensé: ‘Con esto tenía 17, 20, 26 años… y ahora me queda perfecto’ (ríe)”.
El cambio no fue solo estético: hace unos años le detectaron un tumor cancerígeno en el intestino y, al investigar, se encontró de frente con los efectos del azúcar en el organismo. Ajustar su alimentación fue una decisión de salud y, sin querer, también un pasaporte para volver a vestirse como aquella adolescente que empezaba a comerse el mundo.

Raíces firmes
Han pasado más de 46 años desde que, a los 11, era telonera de Celia Cruz, José José o las estrellas de la Fania All Stars en Veracruz. Cinco años después, “La maldita primavera” la convirtió en fenómeno internacional, con discos de oro en España, Venezuela, Perú y Chile. En medio de ese vértigo, fue la disciplina y sabiduría de su madre lo que la mantuvo en equilibrio.
“Ella fue mi manager, mi coach, mi cable a tierra. Siempre me decía: ‘Tú no eres estrella, las estrellas están en el cielo; tú eres popular’. Me bajaba el ego, me enseñó a ser disciplinada y humilde. Le debo mucho”, asegura.
Hay otra fuente de equilibrio en su vida: la fe. Tras años de éxito, reconocimientos y giras, llegó también un vacío silencioso.
“Llegó un momento límite en mi vida, un instante en el que sentí la muerte tan cerca que tuve que decidir qué quería hacer…. Yo, que lo tenía todo, quería morirme… eso no era normal. Había buscado respuestas en psicólogos, brujos, nuevas ideologías, de todo, y nada me llenaba. Llegas a la cima, tienes fama, dinero, premios, todo… y un día dices: ‘¿Y ahora qué sigue? ¿Por qué me siento así?’. Ahí me di cuenta de que necesitaba a Dios a gritos”, rememora.
Nueva vida
Hoy, Yuri es parte activa de una iglesia junto a su esposo, pastor, y sostiene que ese equilibrio espiritual le ha permitido tener lo que considera su mayor logro: una familia estable, un matrimonio de 30 años y una hija que es su motor.
Y mientras Yuri revive sus propias etapas en “Icónica”, invita al público a mirar las suyas, a reconocerse en esas canciones que alguna vez acompañaron un comienzo, una ruptura o un sueño.
El dato
La cita es este 21 de marzo en Arena Monumental. Las entradas están a la venta en Ticketmaster.















