Sábado, Octubre 26

En la actualidad, los videojuegos se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares y accesibles del mundo. Desde los más pequeños hasta los adultos, millones de personas dedican parte de su día a sumergirse en mundos virtuales llenos de desafíos y aventuras. Sin embargo, durante décadas, estos han sido objeto de debate debido a su influencia en la salud mental. Las preocupaciones sobre las adicciones y su impacto en las relaciones sociales han dominado la narrativa, proyectando una imagen predominantemente negativa. No obstante, un reciente estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour desafió esta visión al revelar que los videojuegos pueden mejorar el bienestar mental cuando se usan de manera moderada.

A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, los juegos de video han evolucionado más allá de ser simples pasatiempos, ya que hoy en día, abarcan un amplio espectro de géneros que van desde contenidos más educativos y de estrategias, hasta simulaciones de la vida real o experiencias colaborativas. Sin duda, esta diversidad ha permitido que las consolas y los juegos en línea se conviertan en herramientas útiles para fomentar una serie de habilidades cognitivas. Sin embargo, como cualquier forma de entretenimiento, el abuso de estas actividades virtuales puede tener consecuencias negativas, tanto en la salud física como en la emocional, lo que continúa generando dudas sobre su impacto.

José Soza, psicólogo y docente de Continental University Of Florida explicó a Bienestar que la relación entre los videojuegos y la salud mental es compleja, ya que depende de varios factores, como el tipo de juego, la cantidad de tiempo invertido y el contexto en el que se juega, así como también la personalidad del jugador. Por lo tanto, algunos videojuegos pueden fomentar habilidades sociales y emocionales, mientras que otros, si se utilizan de forma desmedida, pueden exacerbar problemas preexistentes como la ansiedad o el aislamiento social.

Por ello, para profundizar en esta cuestión, la investigación titulada “Causal effect of video gaming on mental well-being in Japan 2020–2022″, liderada por Hiroyuki Egami, analizó el impacto de los videojuegos en el bienestar mental y el malestar psicológico de los jugadores durante la pandemia de COVID-19. El estudio, que se basó en un experimento natural utilizando la distribución aleatoria de consolas Nintendo Switch y PlayStation 5 debido a la escasez de estos dispositivos, contó con la participación de 97,602 personas de entre 10 y 69 años en Japón. Los resultados revelaron que quienes jugaban entre 1 y 3 horas diarias experimentaron mejoras en su salud mental y satisfacción con la vida.

¿Cuáles son los factores que influyen en el bienestar mental de los jugadores de videojuegos?

Cantidad de tiempo de juego

Según el estudio publicado el pasado mes de agosto, uno de los principales factores que determina el bienestar mental es el tiempo, pues se observó que jugar menos de tres horas al día se asocia con efectos positivos en la salud mental, como la reducción del malestar y un aumento en la satisfacción con la vida, así como también actúa como una forma de entretenimiento relajante. Sin embargo, al exceder este rango, los efectos contraproducentes pueden aparecer.

“El uso excesivo de videojuegos puede generar diversas consecuencias negativas en la vida cotidiana. Entre los efectos más comunes se encuentran la adicción, la disminución de habilidades sociales, el bajo rendimiento académico o laboral, y el deterioro de la salud física debido a la inactividad. Además, puede agravar problemas de salud mental preexistentes, como la depresión y la ansiedad, creando un ciclo de dependencia emocional donde los videojuegos se convierten en una vía de escape y la principal fuente de satisfacción. Sin duda, este ciclo puede llevar al aislamiento social, ya que las personas tienden a evitar enfrentar sus dificultades a través del juego, lo cual no solo empeora la salud mental, sino que también limita el desarrollo de habilidades de afrontamiento adecuadas. Asimismo, la falta de interacción cara a cara y la inactividad física intensifican sentimientos de soledad, desesperanza y fatiga, lo que afecta tanto la concentración como el bienestar general”, expresó el psicólogo.

Tipo de consola

Asimismo, Egami y el equipo de investigadores determinó que los efectos varían según la consola utilizada. En este caso, el Nintendo Switch, que fomenta un juego cooperativo y familiar, mostró mayores beneficios en los adolescentes. Como destacó la psicóloga clínica, Ana Rodríguez, este tipo de consola les permite una mayor interacción social y conexión con amigos y familiares, además de que los juegos suelen ser más accesibles y menos intensivos, lo que reduce el riesgo de adicción y promueve un uso más equilibrado

En contraste, la PlayStation 5, con juegos más complejos, resultó ser más beneficiosa para jugadores adultos y “hardcore”. De acuerdo con Soza, aunque esta consola también ofrece juegos multijugador, tiende a estar más centrada en experiencias individuales y competitivas, lo que puede limitar sus beneficios sociales en comparación con el Nintendo Switch.

“Igualmente, las características de los videojuegos pueden influir en la salud mental. Aquellos con niveles ajustables de desafío y una curva de aprendizaje equilibrada pueden mejorar la autoestima y fomentar la perseverancia. Los juegos narrativos que promueven la empatía, y los cooperativos que impulsan la socialización, también tienen un impacto positivo en el bienestar emocional. Además, los juegos que permiten la creatividad y la personalización ofrecen satisfacción y un sentido de control, lo que favorece a la salud mental. Sin embargo, los videojuegos violentos pueden aumentar la agresividad y disminuir la sensibilidad hacia la violencia real, afectando negativamente el comportamiento emocional”.

Contexto social del juego

Según Liliana Tuñoque, psicóloga de la Clínica Internacional, un contexto social positivo, como jugar con amigos o familiares, puede enriquecer la experiencia de los videojuegos, creando recuerdos compartidos y conexiones emocionales esenciales para la salud mental. Los videojuegos, al permitir compartir logros y experiencias, pueden fortalecer las relaciones y fomentar un sentido de comunidad y pertenencia. Además, como señaló Rodríguez, el apoyo social recibido a través del juego puede actuar como un mecanismo de protección contra el estrés y la ansiedad, promoviendo así una mayor resiliencia emocional.

Perfil del jugador

El impacto de los videojuegos también depende del perfil del jugador. El estudio encontró que los adolescentes y jugadores casuales obtienen mayores beneficios psicológicos, especialmente al usar consolas como el Nintento Switch. En este grupo, los videojuegos pueden promover el bienestar emocional de manera más efectiva. En cambio, los jugadores intensivos experimentan mejoras, pero los beneficios dependen en mayor medida del tipo de consola y del tiempo de juego.

Además, el impacto de la PlayStation fue más prominente entre los hombres, mientras que los efectos positivos de el Nintendo Switch fueron similares para ambos géneros, favoreciendo ligeramente a las mujeres.

“Definitivamente, hay diferencias significativas entre los grupos etarios y de género, pues los adolescentes y los jóvenes adultos tienden a ser más vulnerables a los efectos tanto positivos como negativos de los videojuegos, ya que se encuentran en una etapa de desarrollo emocional y social crítica. En cuanto al género, algunos estudios sugieren que los hombres suelen preferir videojuegos más competitivos o de acción, en cambio, las mujeres pueden inclinarse hacia juegos de estrategia o sociales. Por su parte, los adultos mayores pueden beneficiarse de los videojuegos que estimulan la memoria y la cognición, mientras que los niños pueden desarrollar habilidades motoras y de resolución de problemas”, recalcó José Soza.

¿Cuáles son los beneficios más destacados de los videojuegos en la salud mental?

La publicación reveló que los jugadores que participaron, especialmente aquellos que jugaron menos de tres horas al día, experimentaron una reducción significativa en el malestar psicológico, lo que sugiere que, los videojuegos pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en un contexto moderado. Asimismo, los participantes reportaron una mayor satisfacción con la vida, lo que les proporcionó una mayor sensación de logro, diversión y gratificación personal.

De igual manera, se reportó que, estos juegos pueden fomentar las interacciones sociales, sobre todo, consolas como el Nintendo Switch, ya que el juego cooperativo o compartido puede reforzar los lazos sociales y reducir el sentimiento de aislamiento, especialmente durante momentos de distanciamiento social como la pandemia del COVID-19. Otro beneficio importante es que estos también actúan como una herramienta para la gestión emocional, ayudando a los jugadores a regular sus emociones, lo que mejora significativamente su estado de ánimo, reduciendo así sentimiento de frustración o tristeza.

“Igualmente, los videojuegos se suelen asociar con el desarrollo de habilidades cognitivas, como la resolución de problemas, la toma de decisiones, la memoria, la atención, la concentración y la coordinación mano-ojo. Básicamente, los juegos que requieren de planificación estratégica y resolución de desafíos pueden proporcionar estos beneficios cognitivos, los cuales a su vez contribuyen a un mayor bienestar mental”, mencionó la psicóloga clínica.

¿Qué mecanismos psicológicos pueden explicar los beneficios de los videojuegos para la salud mental?

De acuerdo al experto, los videojuegos pueden activar el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, lo que genera sensaciones de logro y satisfacción. Además, fomentan la resiliencia emocional al enfrentar desafíos dentro del juego, así como también les permite a los jugadores experimentar con su identidad en un entorno seguro, lo cual reduce el estrés y mejora la autoestima. Los videojuegos también pueden proporcionar una forma de escapismo saludable, permitiendo a los jugadores desconectarse de las preocupaciones diarias y sumergirse en una actividad placentera y estimulante.

¿Cómo fomentar un uso saludable de los videojuegos?

  • Priorizar juegos sociales o familiares: Los videojuegos que fomentan la interacción social, como los que se juegan en grupo o en familia, muestran mayores beneficios emocionales, ya que estos juegos promueven la cooperación, las conexiones interpersonales y la diversión compartida.
  • Equilibrar el tiempo de juego con otras actividades: Es importante que el tiempo dedicado a los videojuegos no interfiera con otras áreas clave de la vida, como el trabajo, los estudios, el sueño y las relaciones sociales fuera del entorno digital.
  • Supervisar el juego en adolescentes: Dado que los adolescentes parecen beneficiarse más de los videojuegos en ciertos contextos, es recomendable que padres o cuidadores fomenten un uso responsable y equilibrado. Asimismo, es importante optar por juegos que sean apropiados para su edad.
  • Evitar el juego excesivo o compulsivo: Jugar videojuegos por más de tres horas diarias o de manera compulsiva puede tener efectos negativos en la salud mental. Por consiguiente, es fundamental reconocer señales de uso excesivo, como aislamiento social, problemas de sueño, descenso en el rendimiento escolar o laboral, cambios de humor (irritabilidad o ansiedad) y descuido de las obligaciones.
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