La opositora María Corina Machado descartó este lunes abandonar su candidatura presidencial, tras un fallo judicial que la hace inelegible para los comicios presidenciales de este año.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, selló el viernes una inhabilitación política por 15 años, que en la práctica le impediría participar en las elecciones.
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“Nicolás Maduro no va a escoger el candidato de la gente, porque la gente ya escogió su candidato, punto”, dijo Machado ante seguidores, tres días después de la sentencia, que tachó de “decisión grotesca”.
“Yo recibí el mandato de casi tres millones de venezolanos que ejercieron la soberanía popular el 22 de octubre” en unas primarias, en las que arrasó el 22 de octubre (92% del escrutinio).
“Yo represento esa mayor soberanía popular. No pueden hacer elecciones sin mí”, sentenció descartando al mismo tiempo designar a un sustituto.
El TSJ tomó la decisión dentro de un mecanismo creado bajo presión de Estados Unidos para que los candidatos inhabilitados pudieran impugnar la sanción, en medio de los acuerdos suscritos en Barbados por gobierno y oposición en un proceso de negociación que media Noruega.
Esos acuerdos incluyen además la celebración las elecciones presidenciales en el segundo semestre del año -aún sin fecha- con observación de la Unión Europa y otros actores internacionales.
Maduro, en el poder desde 2013, no ha confirmado su candidatura aunque aparece como candidato natural del chavismo.
Las inhabilitaciones políticas son una vieja arma del chavismo para sacar del medio a sus rivales. Las impone la Contraloría, facultada por ley para tomar medidas contra funcionarios bajo investigación, aunque la Constitución establece que solo una sentencia judicial “definitivamente firme” impide aspirar a la presidencia.
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“Nunca” notificada
Machado ya había sido inhabilitada por un año en 2015 por asistir como “embajador alterno” de Panamá a una reunión de la Organización de Estados Americanos, donde denunció supuestas violaciones a derechos humanos durante las protestas que ese año pedían “la salida” de Maduro y dejaron 40 muertos.
Pero la sanción fue extendida a 15 años en junio pasado, en el auge de su campaña en primarias.
La Sala Político Administrativa del TSJ validó los argumentos de la Contraloría para sancionar a la política liberal de 56 años por ser “partícipe de la trama de corrupción”, vinculada al dirigente Juan Guaidó, que manejó recursos bloqueados en el exterior y “propició el bloqueo criminal” y “el despojo descarado de las empresas y riquezas del pueblo venezolano en el extranjero”.
Machado sostiene que “nunca” fue notificada del acto administrativo en su contra y mucho menos pudo tener acceso a la defensa.
La delegación opositora en la mesa de negociación exigió el sábado que la decisión fuera revertida, y adelantó que denunciaría la situación ante Noruega, así como ante los gobiernos de Francia, Colombia y Brasil, involucrados igualmente en el proceso de diálogo.
Mientras que la representación del gobierno considera el fallo como “cosa juzgada” y pasa la página sobre Machado. “No vamos a volver a llover sobre mojado”, señaló el sábado, Jorge Rodríguez, de esa delegación.
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UE “muy preocupada”
La Unión Europea se mostró el lunes “muy preocupada” por la decisión de la máxima corte, que también ratificó una inhabilitación contra el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles.
“Las decisiones destinadas a impedir que miembros de la oposición ejerzan sus derechos políticos fundamentales no pueden sino socavar la democracia y el Estado de Derecho”, indicó en un comunicado.
El abogado constitucionalista, Juan Manuel Rafalli, explicó a la AFP que Machado pudiera “intentar una acción de amparo constitucional contra esa decisión que se produjo o demandar la nulidad de el acto administrativo”.
“Pero esto es un problema político, no es un problema jurídico”, insiste. “Si no hay un poder judicial independiente, autónomo (…) nunca vas a tener una respuesta favorable”.
El diálogo entre el gobierno y la oposición comenzó en agosto de 2021 y fue paralizado en dos oportunidades, antes de la firma del acuerdo en Barbados. Ningunas de las partes ha expresado intención de levantarse de la mesa por ahora.