El Sarawja, una tradición musical y dancística aimara que se practica en los valles del Ticsani y San Felipe, en Moquegua, fue inscrito este miércoles en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
La decisión se adoptó durante la vigésima sesión del Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, realizada en Nueva Deli, India.
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Con esta incorporación, el Perú suma trece manifestaciones culturales en la lista global y, por primera vez, una expresión originaria de la región Moquegua obtiene este estatus. La Unesco felicitó al Estado peruano por el trabajo articulado con las comunidades portadoras durante el proceso de postulación.
El Sarawja es una práctica colectiva que reúne canto en aimara y castellano, silbidos y la sonoridad característica del charango o guitarrilla de hasta 24 cuerdas.
Cada año, tras la Semana Santa, las comunidades de Carumas, Cuchumbaya y San Cristóbal–Calacoa celebran esta expresión asociada a la renovación y la abundancia, en el marco de festividades itinerantes protagonizadas por las llamadas “ruedas”, integradas por familias y grupos vinculados por lazos de parentesco y amistad.
Esta manifestación, declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2010, logró su postulación internacional tras un proceso sostenido que incluyó reuniones técnicas, recopilación de material audiovisual y participación activa de las comunidades. El expediente final fue presentado a la Unesco en 2023 y actualizado en 2024.
El Ministerio de Cultura resaltó que este reconocimiento pertenece, sobre todo, a las comunidades que han preservado y transmitido el Sarawja de generación en generación, reafirmando el compromiso del país con la protección y puesta en valor de su patrimonio inmaterial.














