Lunes, Noviembre 25

Puedo sentir cómo aumenta la rabia. ¿Cómo es que estoy enfrentando este abuso otra vez después de 20 años?

Mi nombre es Alex, pero cada vez más jóvenes me gritan “Timmy” en la calle. Esto no es una confusión de identidad, es una burla porque voy en silla de ruedas.

MIRA: Cómo Rusia le entrega decenas de miles de barriles de petróleo a Corea del Norte a cambio de su ayuda militar contra Ucrania

Debería ignorarlo, pero esta vez reacciono. Me doy la vuelta y veo a un grupo de adolescentes sonriendo con desdén frente a mí. “Los he oído”, les digo. “Sé exactamente quién es Timmy”.

Lo sé porque aunque no compartimos nombre, he sentido la sombra de Timmy desde la infancia, nunca por elección propia.

Timmy es un personaje discapacitado de la serie de dibujos animados South Park, que va en silla de ruedas y sólo puede gritar su nombre, sobre todo en voz alta y sin control.

Cuando iba creciendo, durante el apogeo inicial de la serie en el cambio de milenio, Timmy me seguía por los pasillos del colegio, las salas de clases y los patios de recreo, sin importar mis amigos, mi sociabilidad o mis relativamente buenas notas.

Ahora, a mis 30 años, ha vuelto. Por tercera vez en un año, esta vez de camino a la estación de tren local en mi silla de ruedas, oigo su familiar y brutal acento: “Timmaaah”.

Una carcajada. Una risita. Una suposición que o bien no escucho o bien soy incapaz de entender.

Cuando me enfrento al grupo, uno finge inocencia, alegando que estaba hablando con su amigo.

“No es cierto”, le digo. “Yo veía el programa antes de que tú nacieras”.

Culpa de las redes sociales

Inicialmente, estaba desconcertado por cómo este fenómeno ha regresado a una nueva generación joven, 24 años después de que el personaje apareciera por primera vez.

La respuesta está en las redes sociales, sobre todo en TikTok, donde cientos de breves clips de Timmy editados por los usuarios y audios suyos pronunciando su nombre están provocando su renacimiento.

Los usuarios de TikTok a menudo participan en tendencias utilizando el audio de videos populares y superponiéndolo con sus propios clips.

Eso es lo que muchos han hecho con Timmy, cuyo nombre se utiliza como remate, o se reproduce sobre clips no relacionados con usuarios de sillas de ruedas, reforzando estereotipos dañinos y deshumanizantes.

Lo irónico es que el personaje de Timmy es presentado con calidez en South Park y los cocreadores Matt Stone y Trey Parker le dan profundidad.

En la sátira de la serie, su discapacidad no es necesariamente el blanco de las bromas.

Timmy es un miembro aceptado de la clase: no hace los deberes, se enfrenta a la adversidad y causa problemas con su mejor amigo, también discapacitado, Jimmy. Su personalidad se transmite a través de las diferentes entonaciones con las que pronuncia su nombre.

En el episodio “Timmy 2000”, el personaje gana una batalla de bandas como líder de un grupo de metal. Los personajes adultos reaccionan de forma sobreprotectora y condescendiente, lo que constituye una llamativa crítica a la forma en la que la sociedad suele tratar a las personas discapacitadas.

Hace casi 20 años, una encuesta de Ouch!, el antiguo nombre de la sección de discapacidad de la BBC, coronó a Timmy como el personaje discapacitado más popular de la televisión.

Jeff Shannon, el difunto crítico de discapacitados del Seattle Times, describió a Timmy como el “humor sobre discapacidad más progresista, provocador y socialmente relevante jamás presentado en la televisión estadounidense”.

“Sin decir a los espectadores lo que tienen que pensar, South Park desafía los propios miedos y debilidades de la audiencia en relación con la discapacidad, y Timmy sale triunfante”, escribió en 2005.

En entrevistas, Stone y Parker han hablado de lo cuidadoso y deliberado que fue su proceso para integrar a Timmy en el programa.

Pero dos décadas después, el hecho es que al conocer a Timmy, sobre todo a primera vista, muchos lo encuentran escandalosamente ofensivo.

Ridiculez unidimensional

South Park siempre ha funcionado en múltiples niveles, ofreciendo un valor de shock prohibido y escandaloso para los niños en edad escolar, mientras entrega una sátira adulta mordaz.

Ninguno de estos matices está reflejado en las tendencias de TikTok, que reducen a Timmy, y por extensión a los usuarios de sillas de ruedas, a la ridiculez unidimensional.

Este resurgimiento distorsionado guarda paralelismos con el caso de Joey Deacon, un hombre con parálisis cerebral cuya aparición en el programa de la BBC Blue Peter en los años 80 tuvo un efecto contrario, provocando burlas en los patios de recreo, con niños gritando ‘¡eres un Joey!’ y ‘haz la cara de Joey’.

TikTok afirma que sus lineamientos prohíben estrictamente el discurso de odio y el contenido que promueva la discriminación, la violencia o el daño basado en la discapacidad.

La plataforma eliminó los videos reportados por la BBC por violar esta política. Pero no hizo lo mismo con el sonido de Timmy utilizado en varios otros videos, lo que significa que puede seguir utilizándose.

TikTok no respondió a la pregunta específica sobre la eliminación del audio ofensivo.

Ciaran O’Connor, del Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD), una organización centrada en el odio en línea, afirma que los sonidos son un “punto ciego en las prácticas de moderación de contenidos de TikTok”.

Incluso si un video con un “sonido original” es eliminado por la plataforma, con el audio no suele ocurrir lo mismo, sostiene.

Esto lo convierte en una forma habitual de eludir las directrices de moderación de contenidos de TikTok, incluidos el acoso y el abuso.

El acoso y el troleo de personas discapacitadas sigue siendo habitual en internet. En una encuesta realizada por la organización benéfica Scope entre 4.000 personas discapacitadas, 3 de cada 10 afirmaron haberlo sufrido.

La última vez que me soltaron el nombre de Timmy por la calle me sorprendió no tanto por los insultos, sino por la absoluta falta de remordimiento que mostraron incluso cuando me enfrenté a ellos.

Se pareció a una experiencia que tuve el año pasado cuando unos adolescentes, nuevamente burlándose de mí, se fueron gritando “Timmy nos va a atropellar”.

Ross Hovey, usuario de silla de ruedas y aficionado del Liverpool, publicó recientemente en LinkedIn una experiencia casi idéntica.

Se dirigía a un partido del Liverpool con su padre de 79 años, y su cuidador cuando un grupo de jóvenes le gritó “Timmy”. Cuando Ross los desafió con un “los he escuchado”, ellos también trataron de alegar su inocencia.

Educar a los usuarios

Estos abusos plantean preguntas sobre qué papel deben asumir las plataformas al proporcionar contexto a los usuarios jóvenes.

“Los clips breves y sin contexto, así como las tendencias participativas, están en el centro de la popularidad de TikTok”, dice O’Connor.

“Normalmente eso es bueno, positivo y gracioso… pero cuando estas dinámicas se utilizan para menospreciar, ridiculizar o estigmatizar a otros, surge la pregunta de si TikTok debería hacer más para informar o educar a sus usuarios”.

Alison Kerry, directora de comunicaciones de Scope, le dijo a la BBC: “Este tipo de tendencias capacitistas son profundamente dañinas. No existen en una especie de vacío. Una tendencia en redes sociales puede rápidamente convertirse en alguien enfrentando abuso en su vida diaria“.

El impacto en el mundo real es ciertamente cada vez más notorio.

Los usuarios discapacitados de TikTok han contado sus experiencias, y un profesor escribió hace poco un hilo en Reddit titulado “Estoy harto de esta moda de Timmy”, expresando su frustración por la falta de concientización de los estudiantes.

Es por eso que desafié a los adolescentes en la estación: me sentía en deuda no sólo con mi yo de 12 años, que una vez rompió en llanto sintiéndose impotente ante burlas similares, sino también con los estudiantes discapacitados de hoy.

Insistí por segunda vez cuando los chicos volvieron a gritar “Timmy” después de que yo me diera la vuelta para irme.

“¿Por qué?”, pregunté enérgicamente. Silencio. Uno del grupo acabó disculpándose, admitiendo que el comportamiento no había sido correcto.

“Habla con tus amigos”, le supliqué, sintiendo un atisbo de esperanza. “Quizá entonces escuchen”.

Compartir
Exit mobile version