viernes, diciembre 5

Desde hace una semana, cuando se realizó la esperadísima cumbre de Alaska entre Donald Trump y el presidente Putin, y luego la histórica reunión en la Casa Blanca entre Trump, el mandatario ucraniano Volodymyr Zelensky, y los líderes europeos de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Finlandia (además del secretario general de la OTAN y la presidenta de la Comisión Europea), parecía haber un camino de salida. Sin embargo, las negociaciones se presumen muy complejas debido a las condiciones rusas y a las cesiones que tendría que hacer Ucrania.

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Mientras que Rusia quiere un acuerdo de paz, Ucrania busca un alto el fuego que permita las condiciones para un futuro acuerdo. Estos son algunos de los principales puntos de discordia:

1. Garantías de seguridad

En la reunión en Washington, Donald Trump señaló que Estados Unidos estaría dispuesto a implicarse en garantías de seguridad para Ucrania a través de una fuerza de estabilización. No dio detalles ni fue categórico, pero fue suficiente para que Zelensky y los líderes europeos salieran de la cumbre con optimismo. Días antes, en Alaska, Putin había sido recibido con honores por Trump y claramente salió legitimado después de varios años de ostracismo internacional.

Las fuerzas de estabilización fueron planteadas en febrero pasado por los jefes de Estado del Reino Unido y Francia, y buscan que algunos países, sobre todo europeos, proporcionen soldados a Ucrania para reforzar sus tropas. Se trata de unos 15 mil hombres estacionados en el oeste de Ucrania, lejos del frente de batalla.

Trump ya ha dicho que no enviará soldados estadounidenses, pero manifestó su intención de un posible apoyo aéreo como respaldo a las garantías de seguridad.

Pero esta promesa de intervenir es algo muy gaseoso y con señales poco concretas. “El presidente Trump ya rechazó la posibilidad de una presencia militar norteamericana en Ucrania, lo cual debilita muchísimo cualquier forma de garantía de seguridad. Incluso Ucrania en los últimos días ha mencionado la posibilidad de comprar armas estadounidenses, con dinero europeo, para ver si de alguna forma se puede convencer a Washington de que comprometa sus capacidades militares en Ucrania, pero eso no ha sido el caso. En ese contexto, es una gran victoria para Putin”, comenta a El Comercio el analista internacional Jesús Ágreda Rudenko, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, en Bogotá.

Desde Moscú, el ministerio de Exteriores, Serguéi Lavrov, ya dijo que Rusia solo dará el visto bueno a las garantías de seguridad si participa en las negociaciones y tiene derecho a veto sobre ellas.

2. Ucrania en la OTAN

Las garantías de seguridad vienen enlazadas con otro punto clave: la adhesión de Ucrania en la alianza militar de la OTAN. Uno de los motivos de Rusia para invadir Ucrania se sostuvo en la progresiva expansión de la organización del atlántico norte hacia sus fronteras, y la más frecuenta presencia de tropas occidentales en un país considerado de su órbita. Aunque la OTAN viene estudiando la adhesión de Ucrania desde el 2008, el país solicitó oficialmente su ingreso en el 2022, tras la invasión rusa.

Los líderes europeos, Zelensky y Trump en la Casa Blanca.

“No se ha dicho con claridad en qué consiste la garantía de seguridad, cómo sería y si pudiera ser una alianza parecida a la OTAN, sin ser la OTAN, pero que pueda garantizarle a Ucrania la tranquilidad de que Rusia no la vuelva a atacar. Y ahí hay un punto de quiebre muy fuerte, porque no hay claridad sobre cuál es la opción que podría darse”, afirma la analista de asuntos globales Aribel Contreras, coordinadora de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana en México.

Trump ha rechazado la inclusión de Ucrania en la alianza, y para Putin es un punto no negociable. De hecho, el propio secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dijo esta semana que la membresía de Ucrania no se está discutiendo, pero sí se está hablando de elaborar algo parecido al artículo 5, el cual es clave pues señala que si un país miembro de la OTAN es atacado, todos los demás tienen que salir en su defensa.

3. Cesiones territoriales

Esta es una de las partes más complejas pues ni Ucrania está dispuesta a entregar territorio, ni Rusia quiere perder lo que se anexionó ilegalmente desde el 2014, como Crimea, y lo que ha ido ganando en esta incursión militar.

Desde que inició su invasión en el 2022, Rusia pasó de controlar el 27% del territorio ucraniano a un 20% en la actualidad, la mayor parte en la zona del Donbás, donde los enfrentamientos siguen estancados. En esta región están las provincias de Lugansk y Donetsk, que Putin quiere conseguir por completo a través de estas negociaciones.

Actualmente, Rusia controla casi todo Lugansk y más del 70% de Donetsk, pero ese 30% es estratégico para Ucrania pues se ha convertido en una barrera de contención contra las tropas rusas, y perderla sería tirar por la borda los esfuerzos bélicos que han hecho, incluyendo las decenas de miles de vidas que se han perdido en el camino.

Zelensky ha dicho que Ucrania “no puede” abandonar el Donbás, ya que Moscú utilizaría la región como trampolín para atacar al resto del país.

El asunto se vuelve más complejo pues la Constitución ucraniana señala que cualquier cambio en las fronteras del país debe ser aprobado por un referéndum, por lo que el presidente -que además sigue en el poder gracias a la ley marcial- no puede firmar por su cuenta ningún tipo de entrega territorial pues debe tener aprobación popular.

“El principal objetivo de Rusia desde el 2014 era el control absoluto de estas dos regiones de mayoría rusoparlante. Y el presidente Putin busca que se le garantice quedarse con el territorio ocupado y las partes que aún no controla. Si a esto le sumamos unas garantías de seguridad débiles o poco concretas, significaría que Ucrania le entregue su seguridad a Rusia en bandeja de plata. Y eso para el presidente Zelensky no es aceptable”, refiere Ágreda Rudenko.

Y los países europeos están muy preocupados con esta posibilidad. “La mayoría de los países de Europa Occidental consideran que una modificación de las fronteras nacionales a través de la fuerza pone en riesgo la seguridad de Europa a futuro”, añade.

Para Contreras, en este punto Rusia tiene todas las de ganar. “Siempre he dicho que veremos nuevas fronteras en Ucrania, habrá un nuevo mapa. Aquí lamentablemente el gran ganador será Putin y el gran perdedor será Zelensky, y por ende, Ucrania”.

El gobierno de Zelensky ha señalado que podría reconocer la realidad actual en el terreno, dadas las conquistas rusas, con el fin de llegar a un alto el fuego y congelar el conflicto, pero no como parte de un tratado de paz.

4. Putin versus Zelensky

Para Vladimir Putin, Zelensky es un presidente ilegítimo y ni siquiera lo llama por su nombre o hace alguna referencia a él. Por eso, una cumbre entre ambos sería algo más que histórico y es un gran punto que se quiere anotar Donald Trump. Sin embargo, la expectativa está muy lejos de la realidad.

Aunque desde la Casa Blanca se anunció que el presidente ruso había aceptado reunirse “en las próximas semanas” con Zelensky, desde el Kremlin han preferido la cautela. En Moscú lo único que han dicho es que hay intenciones de retomar reuniones entre representantes de ambos países e ir escalando a medida que se lleguen a acuerdos, sobre todo si se incluye la intención de un tratado de paz.

Para Ágreda Rudenko, es muy poco probable que se realice la reunión. “Lo único que necesita Putin es ganar tiempo para seguir avanzando en sus objetivos militares en el campo, y quitarse de encima la presión de Estados Unidos, por lo que podría aceptar reuniones de niveles bajos y ahí ir escalando”, señala.

Contreras concuerda: “Es muy difícil que en un corto plazo veamos esta reunión entre Zelensky y Putin. Trump desea que se realice, igual que los europeos, pero no están de acuerdo en nada, hay todavía mucho por definir, por negociar, por hacer diplomacia. Yo espero que sí veamos esa imagen, pero no va a ser rápido, eso es de cocción lenta”.

Zelenski también le bajó el tono a las expectativas pues señaló que este primer encuentro se tiene que dar una vez que las potencias occidentales dibujen las garantías de seguridad para su país.

Trump ha afirmado que, tras la reunión entre Zelensky y Putin, un siguiente paso clave sería celebrar una reunión con los tres, una foto que busca con desesperación pero que, por ahora, será difícil de conseguir.

El drama de los niños desplazados

En medio de la guerra, los niños son los más vulnerables y en Ucrania esto se ha vivido de manera dramática. Según el gobierno de Kiev, hay más de 19.500 niños ucranianos que han sido deportados a la fuerza hacia Rusia, para ser adoptados y quitarles su identidad, aunque investigaciones como las de la Universidad de Yale, señalan que el número podría llegar a los 35 mil. De ellos, unos 1.350 han sido devueltos gracias a la mediación de Qatar, Sudáfrica y el Vaticano. Debido a esto, la Corte Penal Internacional dictó en marzo del 2023 una orden de detención contra Vladimir Putin por crímenes de guerra por su participación en el secuestro de menores. Esta situación ha captado la preocupación de la primera dama estadounidense, Melania Trump, quien a través de su esposo le envió un mensaje al propio Putin donde no menciona directamente la guerra, pero sí le pide “proteger la inocencia de los niños”. En esta cruzada ha estado involucrada la primera dama ucraniana, Olena Zelenska, y fue un tema que el presidente Trump mencionó durante la reunión con los líderes europeos.

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DATOS

Según una investigación del think tank Centro de Estudios Estratégicos, unos 250 mil soldados rusos habrían perdido la vida en la guerra desde el 2022. Incluyendo los heridos, la cifra sube a 950 mil.

De acuerdo con el mismo centro estadounidense, Ucrania habría perdido entre 60 mil y 100 mil soldados desde que se inició la invasión.

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