Lunes, Mayo 13

MIRA: “Milei se involucró con un tema muy sensible para las clases medias de Argentina”

Abrió X (antes Twitter). Entre la medianoche y las 3 a.m. el presidente ya había reposteado más de 400 publicaciones en su cuenta personal. Al terminar el día, había superado las 1000 interacciones en casi cinco horas conectado a la red de Elon Musk.

Si bien esa jornada constituye el punto máximo de su consumo, la participación intensiva en X es uno de los rasgos más particulares de su gestión. Según @estoesnulo, sitio web que mide la actividad de Milei en esta red, el mandatario pasa, en promedio, tres horas diarias (principalmente a la medianoche) retuiteando, escribiendo o likeando más de 300 publicaciones.

Esta actividad es más intensa entre lunes y viernes, aminorando los fines de semana. “Podría sonar contraintuitivo, pero también podría entenderse que toma estar en X como un trabajo”, refiere el creador de esta herramienta que se identifica como Nulo.

En marzo, el líder de La Libertad Avanza justificó este uso continuo en X afirmando que ahí “tiene comunicación directa con la gente”. “En las redes sociales no necesito ningún intermediario para comunicarme”, argumentó en una entrevista televisiva.

Al revisar su cuenta, salta a la vista que la mayoría de los posteos subidos son retuits de cuentas con afinidad ideológica. Un análisis del diario “La Nación” en febrero detectó que más del 90% de sus interacciones eran reposteos.

En base a sus reportes, Nulo identifica a @DiegoMac227, @TommyShelby_30 y @TraductorTeAma como las cuentas más likeadas por el presidente. Pertenecen a seguidores libertarios. También aparecen con asiduidad los medios liberales @agarra_pala y @laderechadiario.

“Siempre son las mismas cuentas. Entonces, ¿con qué gente parece conectarse? Principalmente con la gente que lo apoya”, dice Nulo.

X como lugar de batalla

Tanto en los retuits y posts propios, abundan elogios a su gestión, como también cuestionamientos duros y burlas a sus adversarios. Esta semana, tras las marchas en defensa del financiamiento de las universidades públicas, el presidente posteó la imagen de un león bebiendo de una taza con la leyenda “Lágrimas de zurdos”.

Para los especialistas, el estilo confrontacional de Milei forma parte de la batalla cultural que libra desde que emergió como figura mediática. “Hablamos de la dosificación diaria de mensajes que busca intervenir la opinión pública. Busca mostrar una manera de ver las cosas en tensión – antagonismo con otros actores instalados”, menciona Lisandro Bregant, especialista en narrativas públicas y director del observatorio Narraglobal.

En ese juego los dardos no solo pueden apuntar a políticos opositores, también a artistas, periodistas y cualquier personaje público que discrepe de sus medidas. Desde su trinchera virtual, algunos de los ataques más sonados los dirigió en febrero a la cantante pop Lali Espósito, a quien tildó de “parásito” por los pagos que recibió del Estado para hacer shows. Más recientemente, acusó al periodista Jorge Lanata de “mentiroso” e insinuó que “cobra sobres” por su trabajo. Lanata había cuestionado el Comité de Crisis por el ataque de Irán a Israel.

“Su enemigo en campaña fue la casta política. A partir de que asume la presidencia, esa casta fue adquiriendo distintas caras. Ahora son los artistas, universidades, referentes de opinión, periodistas, ya no exclusivamente los políticos”, describe Lara Goyburu, integrante de la Red de Politólogas.

Para Bregant, el desenfado que expone en las redes no contribuye a generar climas de consensos ni aproximaciones con opositores. “La diaria confrontación conforma un piso de conversación hostil y de inflexibilidad”, precisa.

Esta semana el diputado de Hacemos Coalición Federal, Oscar Agost Carreño, expresó una insólita recomendación. “Sería bueno que el presidente no utilice Twitter hasta la sesión de votación”, dijo el representante cordobés, preocupado en que ciertas declaraciones puedan poner en riesgo la aprobación de la nueva ley de Bases (o también conocida como Ley Ómnibus).

Al ser consultado a fines de febrero, uno de sus ministros más allegados, Guillermo Francos (Interior), justificó las formas de Milei en las redes, describiéndolo como un luchador que defiende sus convicciones. “El presidente no recula, no va para atrás, Es un ‘figther’”, expresó.

En cuanto a sus niveles de aceptación, este perfil aún no le ha significado grandes pérdidas en sus filas. Según una última encuesta de la consultora Zuban Córdoba, Milei tiene una imagen positiva de 47,2%, porcentaje entendido por los analistas como un núcleo duro del libertario.

Goyburu señala que ni los enfrentamientos con los gobernadores provinciales, ni los que tuvo con artistas y periodistas, tuvieron un costo político entre sus seguidores. “Vamos a ver qué sucede con el reciente enfrentamiento con los universitarios. Hay temas que pueden ser vulnerables al sentimiento nacional y podrían hacerle disminuir ese 47% sólido que conserva”.

Nuevas identidades

Diversas voces del arco político y mediático han expresado preocupación por el uso intensivo de X por parte del presidente. El periodista Jorge Lanata le recomendó recientemente “que para conocer la realidad pase menos tiempo en Twitter y más en la calle”.

Durante la última campaña electoral, la influencer libertaria Lisa Caro logró reclutar varios personeros a las fuerzas de La Libertad Avanza a través de X. La joven sostiene que no debe menospreciarse la llegada de las redes sociales y destaca el factor humano detrás de las cuentas. Considera que estos espacios fueron claves en el ascenso del economista.

“Nosotros también somos votantes y ciudadanos, no ‘bots’ o ‘trolls’ como muchos quieren llamarnos. Claramente representamos porcentaje en cualquier ámbito. Les ganamos en encuestas por este medio y luego lo replicamos en la realidad”, menciona.

La politóloga Lara Goyburu indica que si bien llama la atención que, en un contexto económico complicado, el presidente dedique tantas horas a las redes, subsiste una lógica detrás. “Si la política tradicional consideraba la calle como el lugar donde se construyen identidades políticas y se ganaba poder, desde las nuevas derechas existe la misma convicción con las territorialidades virtuales”.

Javier Milei parece tener claro ello. Y saca provecho de X como una potente caja de resonancia. A través de sus posteos o ‘me gusta’, varias veces los periodistas se han enterado de despidos de funcionarios o próximas medidas. A cuatro meses del inicio de su gestión, su cuenta de X es también el principal canal comunicativo del gobierno. Un sello de estos tiempos.

RIESGOS

Citar datos falsos: el Caso Jumbo Bot

Una confianza excesiva en X podría conllevar algunos riesgos. A inicios de abril, en su afán de querer mostrar una rápida desaceleración de la inflación, el presidente en una entrevista citó los datos de @Bot_Jumbo, una cuenta que supuestamente medía precios del supermercado Jumbo. “Caída de precios”, anunció emocionado.

Sin embargo, a las pocas horas, los administradores del perfil salieron a explicar que los datos publicados no eran reales, sino que formaban parte de un “experimento social”. “Pedimos disculpas a quienes se esperanzaron por nuestros datos, incluido al presidente”, publicó la cuenta.

La politóloga Lara Goyburu indica que este tipo de hechos sólo indignan a quienes se busca indignar. “No importa si es falso o verdadero mientras vaya en línea con lo que los seguidores piensan. Más bien, cuanto más indignado el progresismo se muestre, más se fortalece la posición de Milei y sus seguidores”.

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