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Desde hace varios meses, vecinos del distrito han estado manifestando su preocupación por los retrasos en la culminación de las obras, sobre todo del teleférico y corredor, expresando la necesidad de acelerar sus ejecuciones para que todas las personas puedan gozar de los beneficios turísticos y de movilidad que ofrecerán ambas obras.
En lo que respecta a la avenida Espinar, lo que se percibe es un malestar por tener parcialmente cerrada esta importante vía que conecta el óvalo Gutiérrez con la avenida Pardo. Esto genera que en hora punta el tráfico se vuelva casi imposible, pues los vehículos solo pueden pasar por un carril habilitado. En tanto, la intervención acaba de superar los 4 meses y aún no da muestras de terminar pronto.
Del mismo modo, pasan los días y el futuro de las otras dos obras continúa en la incertidumbre. Los constantes aplazamientos no parecen cuándo acabar. Mientras en un caso recién se ha adjudicado la obra a una nueva empresa debido a la disolución del contrato original, en el otro el consorcio a cargo presenta retrasos en la entrega de las piezas necesarias para la instalación del teleférico. “Hace año y medio que pusieron la primera piedra y desde entonces no hemos visto avances. Es importante que se le de prioridad a esta obra, ya que se trata de un proyecto prometedor para Miraflores y la Costa Verde”, dijo Victoria Mejía, residente miraflorina, a El Comercio.
Por su parte, un vecino de la tercera edad indicó que se le dificulta desplazarse por la avenida Espinar pues no hay un adecuado camino habilitado para los peatones. Cabe decir que en dicha vía hay muchos negocios y hasta un establecimiento de cadena de supermercados, gran parte de ellos muy frecuentados. Agregó que
“Tenemos que caminar sobre piedras, bloques de cemento y tierra que dejan ahí tirados. Las mallas protectoras están solo por partes y ha habido veces que he tenido que brincar o estirar mi pierna para poder pasar de un lado a otro. No han pensado tampoco en personas en sillas de ruedas o invidentes, no hay un camino para ellos”, dijo.
Los trabajos en Comendante Espinar a detalle
El 12 de noviembre del 2024, la Municipalidad de Miraflores dio inicio a los trabajos de mejoramiento integral y modernización de la avenida Comandante Espinar. Con una inversión de S/10′910.951,82, el proyecto abarca la intervención de 32 mil m2 a lo largo de 8 cuadras (desde el Óvalo Gutiérrez hasta la avenidas José Pardo), a fin de transformar esta vía en un espacio más accesible, seguro y moderno para peatones, ciclistas y conductores.
Este proyecto incluye la renovación completa de la infraestructura vehicular y peatonal, un pavimento mejorado, veredas laterales con adoquines de concreto y elementos podotáctiles para personas con discapacidad visual, martillos adoquinados en intersecciones, así como una berma central con ciclovía, vereda para micromovilidad y peatones.
Además, se incluirán estacionamientos, paraderos de autobuses, iluminación, bancas y papeleras. La comuna resaltó que esta obra beneficiará el flujo diario de casi 22 mil vehículos, aliviando el tránsito en ambos sentidos y favoreciendo a más de 650 mil pasajeros. También estima un impacto positivo para más de 35 mil residentes del noreste de Miraflores, quienes contarán con una ruta peatonal y ciclística segura, con áreas verdes ampliadas y arborización.
El municipio explicó que estos trabajos surgieron a partir de un estudio de las condiciones actuales de la avenida, donde se evidenció deterioro en la pista, veredas desgastadas y señalización incompleta o en mal estado. Según subrayó, el plazo de toda esta ejecución es de 150 días (5 meses).
Valde decir que hasta el 20 de diciembre pasado los trabajos se realizaron en la vía cuyo sentido va del Óvalo Gutiérrez a la avenida José Pardo. A partir de esta fecha, los trabajos empezaron a llevarse a cabo en la vía de sentido contrario. Mientras tanto, el tránsito vehicular ha sido redirigido a los carriles ya concluidos, un carril habilitado para cada dirección. Con esto el objetivo es mantener la funcionalidad de la avenida durante la ejecución de las obras.
Sin embargo, durante un recorrido por la zona, El Comercio comprobó que hace falta mayor orden, señalización y caminos seguros para los peatones, pues parte de la zona correspondiente a la pista, ya terminada, es utilizada tanto por peatones como por vehículos. Asimismo, hay espacios de la avenida que vienen siendo usados como estacionamiento para autos y motocicletas.
En lo que respecta al avance de la obra, para fines de enero este era del 62 %. Para esa fecha los trabajos entraron a su etapa final, concentrándose en el cruce con la avenida Angamos Oeste. Por dicho motivo, este punto quedó restringido mientras se construía una nueva pista. El coordinador de obra, Juan Carlos Montalvo, precisó que la intervención tomó alrededor de dos semanas.
En tanto, para el 20 de febrero, el avance de la obra, en lo que respecta a renovación de pistas, llegó al 94%. Se habilitaron los cruces de las calles 2 de Mayo y Enrique Palacios, así como la avenida Angamos Oeste. Asimismo, aquel día se iniciaron labores en la intersección de Espinar con Pardo, por lo que la circulación vehicular quedó restringida hasta el 12 de marzo.
Del 20 al 24 de febrero hubo trabajos de demolición y limpieza en la zona intervenida, mientras que del 25 al 28 de febrero, se hicieron labores de vaciado de concreto.
Corredor turístico
Esta obra, cuya inauguración se anunció originalmente para finales de octubre o principios de noviembre pasado, podría finalizar recién en julio de este año, cerca de 9 meses después de lo previsto. El corredor turístico promete conectar los malecones de Miraflores y Barranco mediante la construcción de un puente de 112 metros de longitud, por encima de la Quebrada de Armendáriz. Será de uso exclusivo para peatones y ciclistas.
Cabe mencionar que los trabajos del corredor quedaron paralizados en diciembre último, luego de que la Municipalidad de Miraflores resolviera el contrato con la empresa a cargo de la obra, Incot S.A.C., debido a incumplimientos que impidieron su avance. Tras esto, el alcalde Carlos Canales señaló que su gestión tomaría acciones a fin de que la obra sea retomada y quede lista para los primeros meses del 2025.
Asimismo, el pasado 4 de marzo, el municipio informó que decidió pasar a la fase de contratación directa tras no concretarse un acuerdo con dos antiguos postores para la ejecución del saldo pendiente del proyecto. Una de las empresas solicitó un incremento presupuestal y una ampliación del plazo, lo que fue considerado como una respuesta negativa. La otra no presentó una carta formal de interés, dejando el camino abierto para la contratación directa.
No obstante, unos días después, el 10 de marzo, la comuna miraflorina confirmó la adjudicación del saldo de obra al Consorcio Costa Verde, que deberá culminar los trabajos en un plazo máximo de 90 días. El Comercio conoció que la contratación se realizó tras una invitación pública en la que cuatro empresas presentaron su interés en ejecutar los trabajos restantes.
En tanto, la municipalidad destacó que el Corredor Turístico Miraflores-Barranco cuenta con un control concurrente de la Contraloría General de la República, lo que garantiza el seguimiento de los avances del proyecto y la corrección de cualquier observación que pudiera comprometer su finalización.
Por otro lado, el corredor turístico Miraflores – Barranco tampoco se ha librado de la delincuencia que azota al país. Tan solo unos días atrás, delincuentes se llevaron los cables y otras piezas de una grúa que es utilizada para la construcción del puente y que se encuentra en la Bajada Armendáriz.
La empresa Tecnogruas informó que envió personal especializado para reparar la maquinaria que ha quedado inoperativa. Vale decir que en la zona no hay enrejado y menos un sistema de seguridad que proteja este u otros equipos. Lo que hay son mallas que, incluso, no están completas. Otro problema que existe en el lugar de la obra es la acumulación de basura.
Un teleférico que aun no despega
La construcción de esta alternativa de transporte, que debería unir el parque Domodossola con la playa Redondo, sigue sin fecha clara. Si bien en un principio se anunció que este hito para la conectividad en la Costa Verde estaría listo para los primeros meses del 2025, el proyecto recién vería la luz en setiembre de este año, fecha en la que iniciaría una marcha blanca. Así, el servicio de transporte estaría totalmente operativo para el verano 2026.
La iniciativa del teleférico fue presentada en noviembre del 2022, fecha en la que se colocó simbólicamente la primera piedra. A partir de ese momento, ha sufrido constantes demoras. En julio del 2024, el alcalde de Miraflores, Carlos Canales, había proyectado que el novedoso sistema de transporte estaría listo para el primer trimestre del 2025. Sin embargo, en diciembre de ese año, el plazo de entrega cambió, pues la concesionaria a cargo fijó como fecha tentativa para la inauguración agosto de este año.
Asimismo, entre fines de marzo y primeros días de abril estaba programado el envío de cabinas, templadores, frenos, cables, arranques, enlaces, engranaje y demás partes. Sin embargo, Luis Miguel Ciccia, accionista del consorcio Zig Zag Teleféricos S.A.C., a cargo del proyecto, contó hace poco a El Comercio que en julio de este año recién estará llegando proveniente de Austria todas estas piezas. Tras esto, se dará inicio al ensamblaje de la estructura.
“De allá (Austria) solo nos han mandado piezas de anclaje, falta el 90%, que está programado para que llegue a mitad de julio. Lo único que hemos avanzado hasta ahora y seguimos haciendo es lo referente a la obra civil, anclar las piezas que tenemos, tanto en la playa Redondo como en la parte de arriba, en el parque”, detalló.
Según explicó Luis Ciccia, el retraso en el proyecto se debe principalmente al descubrimiento de un antiguo cable de alta tensión que solo podía ser manipulado por Luz del Sur, lo que generó una prolongada demora. El incidente ocurrió en una zanja excavada en la zona profunda destinada a la instalación de los pilares de la base 2, en la playa. Agregó que la empresa de luz tardó cerca de 50 días en retirar ese cable.
“Durante ese tiempo no pudimos tocar nada de obra civil en la playa Redondo. Es por eso que el retraso de la obra no es responsabilidad del fabricante del teleférico. Tuvimos que aguantar la entrega de las piezas”, detalló.
Ciccia sostuvo que si las piezas hubiesen llegado como estaba programado habrían permanecido en un almacén de Aduanas. Por eso es que se frenó la fabricación de las piezas y se mandó solo una pequeña parte. Lo que resta (casi la totalidad) se enviará a mediados de julio. “Yo creo que estaremos iniciando la marcha blanca la última semana de agosto o primera semana de setiembre. Ahora estamos haciendo los trabajos de anclaje, sostenimiento y excavación de tres niveles”, precisó.
Expertos opinan
El urbanista Aldo Facho sostuvo a El Comercio que estos tres proyectos tiene una naturaleza muy distinta, pese a que comparten el hecho de que terminan impactando en el uso de los espacios públicos. En el caso de la pavimentación o la mejora de la avenida Comandante Espinar mencionó que el posible malestar del vecino se deba al tiempo de obra. Sin embargo, dijo que para calificar ello habría que analizar qué nivel de detalle tiene esta obra, es decir, qué exactamente es lo que se está ejecutando, más allá de lo que podemos ver.
“¿Con qué nivel de profundidad están trabajando? ¿Se está rehaciendo la base de la calzada o solo es un tema de asfaltado, de capas superficiales? Dependiendo del tipo de intervención, se establecen los tiempos de la obra. Es muy importante mencionar que estas obras se pueden hacer de manera más rápida si es que se trabaja sobre turnos”, explicó.
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Facho agregó que hay formas de avanzar mucho más rápido una obra, pero que resultaría más costoso, y al tratarse de recursos municipales, obviamente, hay una limitante que es presupuestaria. “Cuando la municipalidad evalúa la ejecución de la obra no solamente mide el costo de la misma como costo directo, sino que ve el impacto de la obra en la economía del distrito. Si por ejemplo, el impacto de una obra me genera una pérdida económica o un malestar en mis vecinos, debería poder hacer un mayor desembolso para acortar los plazos, trabajando horario nocturno y cuidando de no fastidiar a los vecinos”, manifestó.
En tanto, con respecto al corredor turístico, Facho destacó que su naturaleza es notablemente distinta. Se trata de una obra que se ha licitado y ha sido adjudicada a un consorcio para su ejecución. “Hoy seguimos teniendo, si no me equivoco, un puente, una grúa, una estructura sin terminar, con el evidente peligro y riesgo que esto puede conllevar a los transeúntes y vehículos”, mencionó.
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Finalmente, sobre la obra del teleférico, Facho explicó que es una iniciativa privada por lo que habría que analizar el espíritu del proyecto, o sea, si se trata de una obra por impuestos, una APP, o si tiene simplemente un permiso de operación.
“Lo que se tiene que pedir a nuestras autoridades ediles es que se planifiquen las obras que se van a ejecutar. Organizar las para que no perjudiquen el libre tránsito por la ciudad. Es muy importante que nuestras autoridades sean personas con formación, con experiencia en la acción municipal, y que tengan la sabiduría (13:32) y también la humildad de poder contratar profesionales para trabajar en la municipalidad, que puedan resolver estas situaciones”, sostuvo.
Por último, Facho señaló que se podría decir que algo en común que comparten estas tres obras son las ineficiencias asociadas a gestión y planificación de las mismas. “Estas ineficiencias podrían estar asociadas justamente a una falta de experiencia en la gestión edil”, puntualizó.