Lunes, Marzo 31

En el debate sobre el desarrollo de los países, a menudo se destacan sectores como el transporte, la construcción o la industria manufacturera. Estas áreas son fácilmente reconocibles, ya que su infraestructura es visible para todos: carreteras, aeropuertos y puertos son símbolos evidentes de progreso. Sin embargo, existe un sector que viene creciendo y a menudo pasa desapercibido: las telecomunicaciones.

Si comparamos a un país con el cuerpo humano, el transporte sería su columna vertebral, permitiendo el movimiento de bienes y personas. Por el contrario, sin telecomunicaciones, el país carecería de un sistema nervioso que haga fluir la información de manera rápida y eficiente. Esta conectividad es fundamental para mejorar la productividad, promover la inclusión social y fortalecer la integración educativa, económica y cultural.

Las telecomunicaciones también desempeñan un rol clave en la seguridad y la salud. Gracias a la digitalización, la telemedicina permite atender con mayor eficacia a poblaciones remotas. Las nuevas tecnologías ofrecen herramientas para gestionar emergencias, prevenir delitos y garantizar una educación de calidad sin barreras geográficas. En términos económicos, la competitividad de un país depende en gran medida de su infraestructura digital.

Un estudio del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) demuestra que un aumento de 10% en el acceso a Internet incrementaría el Producto Bruto Interno (PBI) en 2 puntos porcentuales. Esto evidencia que invertir en telecomunicaciones no es solo una necesidad tecnológica, sino una estrategia clave para impulsar el desarrollo económico de un país.

Dado su impacto, tanto el sector privado como el Estado deben asumir la responsabilidad de fortalecer este sector. Las empresas de telecomunicaciones tienen el deber de ampliar la cobertura, aumentar la capacidad y renovar constantemente la tecnología para mantenerse a la par de los estándares globales. Asimismo, el Gobierno también desempeña un papel crucial: debe facilitar la inversión en el sector eliminando trámites burocráticos y regulaciones excesivas.

El Perú es una de las economías con mayor crecimiento en la región. Sin embargo, podríamos avanzar aún más si se impulsaran mecanismos que simplifiquen la expansión de la infraestructura digital. Apostar por las telecomunicaciones es apostar por el futuro del país. Una nación bien conectada es más competitiva, más equitativa y ofrece mejores oportunidades para todos.

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