Jueves, Octubre 17

Solemos asociar la fidelidad a las relaciones de pareja, las promesas y compromisos que hacemos hacia los demás. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre la fidelidad hacia nosotros mismos. Todos los días tomamos decisiones que impactan en nuestro bienestar, nuestros objetivos y nuestra satisfacción personal, por lo que en ocasiones terminamos traicionándonos sin siquiera darnos cuenta. Básicamente, esta “infidelidad personal”, la cual es mucho más íntima, profunda y a menudo ignorada, suele ser devastadora, ya que lentamente erosiona nuestra autoestima, nuestras metas e incluso nuestra propia felicidad, alejándonos de quienes realmente somos y de los que verdaderamente queremos lograr.

Probablemente, todos hemos experimentado alguna vez ese malestar silencioso que surge cuando decimos “sí” a algo que en el fondo queríamos rechazar, o cuando nos obligamos a encajar en moldes ajenos, sacrificando nuestras pasiones y autenticidad. En un mundo que constantemente nos empuja a adaptarnos a las expectativas de los demás, es fácil perder el contacto con nuestra verdadera esencia. Desde pequeñas decisiones cotidianas, como aceptar compromisos que no deseamos, hasta grandes elecciones de vida, como seguir una carrera que no nos llena, la infidelidad hacia uno mismo se manifiesta de muchas maneras. Aunque puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, puede que un día nos demos cuenta de que hemos estado viviendo para complacer a los demás en lugar de a nosotros mismos.

¿Qué es la infidelidad hacia uno mismo?

La infidelidad representa una ruptura de confianza y una violación de los acuerdos implícitos que existen entre dos personas, como en una relación de pareja. No obstante, como señaló Zendy Pinedo, estratega de vida, coach ontológica y autora del libro “Consciencia de un Infiel” a Bienestar, este tipo de quiebre también puede ocurrir en la relación que tenemos con nosotros mismos. A menudo, establecemos una serie de metas o deseos personales, como trabajar en cierto lugar, vivir de determinada manera, bajar de peso o estudiar una maestría; sin embargo, nuestras acciones no siempre están alineadas con estos objetivos, lo que resulta en una traición personal, al ignorar todas aquellas promesas que un día nos hicimos.

“La infidelidad hacia uno mismo ocurre cuando no honramos nuestros valores, deseos o necesidades genuinas. Es una traición a nuestro propio ser, nuestra identidad y a lo que consideramos importante, por lo que surge cuando vivimos en desacuerdo con lo que verdaderamente sentimos o pensamos. A diferencia del autoengaño, donde nos convencemos de una realidad distorsionada, en la infidelidad somo conscientes de que estamos traicionándonos, pero seguimos actuando en contra de nosotros mismos, ya sea por conformismo, miedo al rechazo, presión social o por la creencia de que no somos lo suficientemente valiosos para seguir nuestros propios sueños o aspiraciones”, expresó Madeli Santos, psicóloga clínica y experta en relaciones conscientes y gestión emocional.

¿Qué lleva a una persona a traicionarse a sí misma?

En definitiva, el miedo es una de las principales razones por las que una persona puede llegar a traicionarse. Como mencionó la coach ontológica, esta emoción está presente cuando se comete una infidelidad, ya que nos alerta de la posibilidad de perder algo valioso. Por ejemplo, alguien que es infiel a sí mismo podría temer perder la aprobación de su familia, su estabilidad financiera o cualquier otra cosa que valore.

“El miedo al rechazo o al juicio de los demás, sin duda, es uno de los principales motores de la infidelidad. Este temor nos lleva a actuar de manera que obtengamos la aprobación social o de las personas que nos rodean, aún cuando esas decisiones van en contra de nuestros deseos auténticos. En las decisiones cotidianas, este miedo puede manifestarse en la elección de palabras, acciones, e incluso en decisiones importantes como la carrera que seguimos, las relaciones que mantenemos o las metas que nos proponemos. Cuando una persona prioriza lo que otros piensan sobre lo que ella realmente quiere, está traicionándose a sí misma para encajar en un molde ajeno, lo que genera frustración y desconexión con su propio ser”, explicó la especialista en relaciones conscientes.

Las expectativas sociales y familiares también juegan un papel importante, pues muchas veces podemos sentir una gran presión por cumplir con lo que los demás esperan de nosotros, lo cual puede llevarnos a ignorar nuestros propios deseos. La realidad es que, el miedo a decepcionar a los demás o a ser juzgados puede hacer que traicionemos lo que realmente queremos, creando una brecha entre nuestras acciones y nuestras necesidades internas.

“Venimos de una cultura y, muchas veces de familias muy verticales, donde no queremos decepcionar a nuestros padres. Sin lugar a duda, esta es una preocupación común mientras crecemos, especialmente porque nuestros padres, de generaciones anteriores, suelen valorar la estabilidad, ya que, para ellos, el tener un trabajo fijo o un matrimonio duradero representa seguridad. Por esta razón, esa necesidad de validación permanente, de asegurar que nuestros padres o la sociedad aprueben nuestras decisiones, está profundamente arraigada en nosotros, por lo que siempre optamos por ser percibidos como personas exitosas o estables”, expresó Pinedo.

De igual manera, como refirió Santos, el perfeccionismo puede ser una forma de infidelidad a uno mismo. Al tratar de ser “perfectos”, dejamos de ser auténticos, lo que nos lleva a ignorar nuestras verdaderas emociones y necesidades, generando una desconexión interna.

¿Qué señales podrían indican que una persona está siendo infiel a sí misma?

Identificar este tipo de infidelidad es clave para vivir una vida más auténtica y satisfactoria, por este motivo, como destacó la psicóloga clínica, Ana Ramírez, es importante considerar las siguientes señales y comportamiento que podría indicar que nos estamos traicionando:

  • Aceptar una vida que no nos llena.
  • Tener una sensación de insatisfacción constante.
  • Evitar confrontar nuestras emociones.
  • Menospreciarnos o compararnos con los demás.
  • Tomar decisiones basadas en la aprobación externa.
  • Sentirnos vacíos, sin entusiasmo o sin interés por la vida.
  • Falta de autenticidad o congruencia.
  • Priorizar las necesidades de los demás sobre las nuestras.
  • Ignorar nuestra salud física y mental.

¿Qué estrategias pueden ayudarnos a identificar y superar esta traición interna?

Superar la infidelidad hacia uno mismo requiere de un proceso consciente. Por ello, Madeli Santos recomendó las siguientes estrategias que pueden ayudarnos a reconectar con nuestros sueños y esencia individual.

  1. Desarrollar la autoobservación consciente: La autoobservación implica hacer un alto en el día a día para preguntarnos si estamos viviendo de acuerdo con nuestros valores y deseos.
  2. Clarificar los valores personales: Dedicar tiempo a reflexionar sobre lo que realmente es importante para nosotros, ya sea la autenticidad, la libertad, el amor, la creatividad, entre otros, nos ayudará a tomar decisiones más alineadas con nuestra esencia.
  3. Escuchar las señales del cuerpo y las emociones: Sensaciones como ansiedad, tensión, fatiga o incluso apatía pueden ser señales de que estamos viviendo de una manera que no se alinea con nuestras verdaderas necesidades.
  4. Revisión periódica de metas y sueños: Una estrategia clave es hacer revisiones periódicas de nuestras metas a corto, mediano y largo plazo para asegurarnos de que estamos alineados con nuestros deseos.
  5. Establecer límites saludables: Aprender a establecer límites saludables es crucial para mantenernos fiel a nosotros mismos.
  6. Buscar apoyo en un entorno seguro: La terapia psicológica puede ser una herramienta valiosa para explorar a fondo las razones subyacentes de por qué nos traicionamos. Un terapeuta puede ofrecernos una mirada objetiva y ayudarnos a desarrollar estrategias personalizadas.
  7. Practicar la autocompasión durante el proceso: La autocompasión es fundamental en la reparación con uno mismo, pues nos permite aceptar nuestros errores sin juzgarnos duramente. Al tratarnos con amabilidad y compresión, podemos empezar a sanar las heridas causadas por la traición personal y construir una relación más sólida y amorosa con nuestra esencia.
  8. Tomar decisiones alineadas con tu esencia, aunque sean pequeñas: Estas decisiones fortalecen nuestra confianza interna y nos recuerdan que somos capaz de vivir de manera alineada con nuestros valores y deseos.

Practicar el perdón es fundamental porque, al perdonarnos, asumimos la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, lo cual nos permite ser coherentes con nuestros valores y deseos. Muchas veces no nos damos cuenta de qué manera nos estamos traicionando, pero el perdón nos ayuda a reconocer esas áreas y actuar con más autenticidad. No solo nos libera, sino que también nos hace más conscientes de nuestras emociones, las cuales son el motor de nuestras acciones, por lo que podemos elegir entre actuar desde el miedo o la rabia, o desde emociones más elevadas como la aceptación, la paz o la alegría. Al perdonarnos, transformamos nuestras decisiones y nos alineamos con nuestra verdadera esencia”, sostuvo la autora.

¿Cuáles son las consecuencias más visibles de ser infiel con uno mismo?

Las consecuencias de la infidelidad hacia uno mismo incluyen una sensación de insatisfacción crónica, baja autoestima y, en muchos casos, conflictos en nuestras relaciones. Cuando no somos fieles a nosotros mismos, es difícil establecer relaciones auténticas, lo que puede generar resentimiento o distanciamiento. Asimismo, en el trabajo, la falta de alineación con nuestros valores puede llevar a la desmotivación y al agotamiento emocional.

Según la experta en gestión emocional, el traicionarnos a nosotros mismos genera un conflicto interno que, si se prolonga, puede derivar en ansiedad o incluso depresión. Vivir desconectados de nuestros deseos y necesidades puede producir una sensación de vacío, lo que a su vez puede ser muy desgastante. Además, la autocrítica excesiva y la falta de autocompasión puede exacerbar estos sentimientos negativos. Por ello, reconocer y abordar estas tensiones internas es fundamental para recuperar nuestro equilibrio emocional y mental.

“Definitivamente, la insatisfacción puede llevarnos a perdernos en el camino. A medida que crecemos, solemos olvidar los deseos que teníamos de niños, aquellos sueños auténticos que como adultos muchas veces consideramos fantasiosos. En nuestra infancia, éramos genuinos y ambiciosos, queríamos ser grandes y soñar en grande; sin embargo, esos deseos se desvanecen, los racionalizamos y los abandonamos porque quizás no parecen prácticos o no garantizan éxito económico. Por ello, para volver a encontrarnos y reconectar con lo que realmente deseamos, es importante recordar a nuestro yo niño y adolescente, esas versiones de nosotros mismos que no tenían miedo de soñar”, recalcó Pinedo.

Compartir
Exit mobile version