Apenas en diciembre comentamos en estas páginas que Taylor Swift fue elegida como la Persona del Año de la Revisa Time. El 2023 fue su mejor año en mucho tiempo, parecía también que la historia se repetiría en 2024, al punto de que, aunque no estuviese programada para cantar en el Super Bowl, el evento deportivo más visto de Estados Unidos, su presencia crucial por motivos dramáticos; hay toda una conversación en redes sociales en torno a si llegará a tiempo a Las Vegas para el partido de fútbol americano desde Tokio (Japón), donde tiene un concierto el mismo día, para ver jugar a su novio Travis Kelce, ala cerrada de los Kansas City Chiefs.
Lo que para algunos es un gesto de romance, para otros es el capricho de una persona privilegiada. No porque Taylor de alguna manera haya perdido el derecho de movilizarse por el mundo cuando quiera, sino por el cómo lo hace: ella volvería a Estados Unidos en un Falcon 7X, su jet privado,. ¿Cuál es el problema de usar un avión personal? Sus niveles de contaminación, que según los críticos son demasiados para las pocas personas que puede transportar. Y claro, que su uso también sea en cierto modo una contradicción a la campaña de Taylor contra el cambio climático.
Taylor, cuya fortuna se calcula en los 1.100 millones de dólares según Forbes, no es la única multimillonaria con avión privado. En cambio, es la única -hasta donde se sabe- que ha contraatacado al enviarle una carta de “cese y desista” al estudiante universitario Jack Sweeney, creador de un sitio web que rastrea los vuelos privados de presidentes, oligarcas y famosos del entretenimiento como ella, además de calcular sus emisiones de carbono. “[Sweeney ha causado] daño directo e irreparable, así como aflicción emocional y física”, dice la carta, que pone como víctimas a la artista y su familia. Mientras tanto, las redes sociales [Twitter principalmente] son un campo de batalla donde no faltan las “swifties” que defienden a su ama; y los creadores de ‘memes’, que ironizan que Taylor usa su jet hasta para comprar pan. Ella no hace eso, pero el chiste es tan popular que se difunde más rápido que cualquier verdad.
Las conversaciones sobre el jet de la cantante llevan meses, pero han resurgido por la carta y también por el Super Bowl. Así, ella está en una posición única, habiendo ganado hace una semana los premios por Álbum del año y Mejor álbum vocal pop en los Grammy 2024, ceremonia donde también anunció su próximo álbum, “The Tortured Poets Department”. Puede que su popularidad nunca haya sido mayor, pero sus detractores también son más. Una situación donde no hay más responsables salvo ella misma; esta vez ya no puede culpar a Kanye West de la mala publicidad.
El partido es el domingo, pero por primera vez en mucho tiempo, Taylor no tiene la victoria asegurada. Como menciona el New York Times, se espera que el domingo los cuatro aeropuertos de Las Vegas reciban unos 1.000 aviones privados. Tal vez no haya un espacio para ella y su emisor de carbono portátil entre tantos otros. Así es el fútbol (americano).
Un evento de peso
El Super Bowl se desarrolla este domingo. En Perú podrá verse desde las 5:00 p.m. por ESPN y FOX Sports, además del servicio de streaming Star Plus. Durante el medio tiempo cantará el rapero estadounidense Usher, quien se une a la extensa lista de celebridades que activaron al público, como Jennifer López y Shakira (2020), The Weeknd (2021), Eminem (2022), Rihanna (2023), etc. Hay un rumor de que incluso Justin Bieber podría sumarse a Usher.