Lunes, Septiembre 23

Hasta hace unos días Springfield era la típica pequeña ciudad estadounidense que pasaba desapercibida en el mapa político de dicho país. Una condición que cambió en los primeros días de setiembre y que se acentuó el día 10, luego del debate entre Donald Trump y Kamala Harris en el que el candidato republicano repitió aquello que venía circulando en redes sin asidero real: los migrantes haitianos asentados en dicha localidad se estaban “comiendo a los perros y gatos”.

En las últimas horas, el expresidente republicano ha prometido viajar a Springfield (Ohio), provocando una seria preocupación entre las autoridades locales, quienes aseguran estar abrumadas por los riesgos de seguridad que tal visita implicaría.

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Ubicada en el condado de Clark, en el corazón de Ohio, Springfield es una ciudad que alberga apenas a 60 mil habitantes, de los cuales por lo menos 20.000 son migrantes. Se estima que de ellos, entre 12.000 y 15.000 serían haitianos que llegaron al país en los últimos 4 o 5 años aprovechando beneficios gubernamentales tales como el TPS, y que trabajan en rubros de manufactura, servicios y almacenes.

Las autoridades han aclarado y repetido que no existen casos tales como los que denuncia Trump y, además, han solicitado que cese el acoso hacia la comunidad haitiana, a la cual consideran parte fundamental dentro de la fuerza laboral local.

Estas personas están aquí legalmente y quieren trabajar, y de hecho están trabajando. Y cuando hablas con los empresarios, lo que te dicen es que no saben qué haríamos sin ellos. Están trabajando, y están trabajando muy duro”, dijo el último domingo a ABC News el gobernador de Ohio, Mike DeWine.

A nivel nacional, la comunidad haitiana, que suma por lo menos a un millón de miembros en el país, también ha expresado su indignación por los dichos vertidos por Trump y han pedido que se detengan “esas peligrosas mentiras” que solo buscan demonizarlos.

– Una localidad en alerta –

Lo que sí es real, sin embargo, es el grado de alerta en el que se ha sumido la ciudad luego de las ligeras declaraciones del candidato republicano. Desde el debate, las autoridades de Springfield han reportado más de 30 amenazas de bomba en institutos y otros puntos de la ciudad.

Si bien hasta el momento se han tratado de falsas alarmas, estas han obligado a que se realicen constantes evacuaciones y cierres temporales de colegios, universidades, hospitales y edificios municipales. El gobernador DeWine aseguró a los medios, además, que los investigadores a cargo de los casos determinaron que las amenazas habían llegado desde otros países pero no mencionó uno en específico.

Pese a ello, la policía local ha distribuido a sus agentes para que patrullen las 18 escuelas de la ciudad por lo menos dos veces al día. Sin embargo, muchos padres han preferido no enviar a sus hijos a clase debido a las alertas.

Bajo este contexto, el alcalde de Springfield, Rob Rue, comentó que una eventual visita de Trump sería “una carga extrema” para los recursos de la ciudad. “Me parecería bien que decidieran no hacer esa visita”, dijo el burgomaestre durante una rueda de prensa.

El gobernador DeWine coincidió con Rue y confesó que si bien una visita de Trump “siempre es bienvenida”, en estos momentos “los recursos no dan para más” añadiendo que la ciudad “está al límite”.

Cabe resaltar que tanto Rue como DeWine son republicanos y tuvieron que hacer malabares para no criticar directamente a Trump.

Sin embargo, los pedidos de sus copartidarios parecen tener poco impacto en el polémico expresidente, quien un día después de dicha rueda de prensa afirmó que visitaría Springfield “en las próximas dos semanas”.

Puede que no me vuelvan a ver, pero no pasa nada. Tengo que hacer lo que tengo que hacer. ‘¿Qué pasó con Trump?’ ‘Bueno, nunca salió de Springfield’”, dijo durante un mitin celebrado en Nueva York, insinuando el riesgo que implicaría para su vida llegar a dicha urbe.

Al igual que en su primera campaña electoral, que lo llevó a la Casa Blanca en los comicios del 2016, Trump ha puesto la mira sobre la migración, criminalizando a muchos de ellos e impulsado rumores como el de los haitianos en Springfield.

Su compañero de fórmula, el senador JD Vance, incluso llegó a admitir que la historia de los haitianos comiendo mascotas podía no ser cierta pero “estamos creando que los medios estadounidenses se centren en ella”, lo que habría “permitido que los estadounidenses hablen de esta historia, y del sufrimiento causado por las políticas de Kamala Harris”.

Trump, por su parte, también dejó ver sus verdaderas intenciones la semana pasada, cuando anunció que su plan para efectuar la “mayor deportación” de la historia estadounidense en caso consiga volver a la Casa Blanca comenzaría en Springfield.

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