Jueves, Abril 24

El Sodalicio de Vida Cristiana ha dejado oficialmente de existir. Este 14 de abril de 2025, el Superior General de la comunidad firmó el decreto de supresión como Sociedad de Vida Apostólica laical en la sede del Dicasterio para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica en el Vaticano, en presencia de Sor Simona Brambilla, Prefecta del Dicasterio.

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La decisión, aprobada directamente por el papa Francisco, pone fin a una institución que por años estuvo marcada por denuncias de abusos físicos, psicológicos y sexuales, y una estructura interna calificada por sus críticos como “sectaria y abusiva”.

“Con dolor y obediencia aceptamos esta decisión”, señala el comunicado publicado por el Sodalicio en su sitio web, donde también expresa un pedido de perdón: Nuestra mirada se dirige también a las víctimas, les reiteramos nuestro sincero pedido de perdón por los maltratos y abusos cometidos en nuestra comunidad. Pedimos perdón también a toda la Iglesia y a la sociedad por el dolor ocasionado. Asimismo, fue anunciado el nombramiento de Mons. Jordi Bertomeu Farnós como Comisario Apostólico encargado de la ejecución del proceso de supresión.

El decreto, fechado originalmente el 14 de enero, fue entregado recién ahora debido a la necesidad de identificar propiedades y fundaciones moralmente vinculadas al Sodalicio, con el fin de evaluar su destino como parte de la reparación a las víctimas y el sustento de los miembros que dependían económicamente de la comunidad. Además del núcleo central del Sodalicio, el Vaticano ha dispuesto la supresión de sus ramas femeninas (la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y las Siervas del Plan de Dios) y del Movimiento de Vida Cristiana, con presencia en América, Europa y Asia.

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El camino hacia la desaparición del Sodalicio comenzó hace más de dos décadas con las denuncias de exmiembros, y fue profundizado por las investigaciones de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz. Estas revelaciones expusieron un sistema de abusos sistemáticos liderado por su fundador, el laico peruano Luis Fernando Figari, quien fue finalmente expulsado en agosto de 2024. A lo largo de los años, la organización también fue acusada de emprender campañas de desprestigio contra sus críticos, incluyendo al cardenal Robert Prevost y a los enviados especiales del papa Francisco, Charles Scicluna y Jordi Bertomeu.

El comunicado del Sodalicio concluye citando una frase de esperanza: “El Buen Señor tiene caminos misteriosos -citan en su comunicado- por los cuales siempre puede hacer nuevas todas las cosas. Con esperanza nos encomendamos a las oraciones de todos en estos momentos”. Sin embargo, para muchas víctimas, el cierre marca más un punto de justicia y reparación que de redención.

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