Martes, Abril 22

En el contexto del nuevo “orden” mundial, donde Estados Unidos decide dejar de ser el ejemplo de buenas prácticas y máximo “garante” o “benefactor”, a Europa le toca repensar su postura sobre varios temas estratégicos.

Ya escuchamos a Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, hablar del plan “ReArm”, recientemente redenominado “Readiness 2030”, con el cual la Unión Europea ha decidido reforzar sus capacidades de defensa como respuesta a los nuevos desafíos geopolíticos. Se habla de un programa que invertirá 650 billones de euros en 4 años para aumentar el gasto de defensa, equivalente al 1,5% del PBI de los países miembros; otros 150 billones en préstamos para el programa SAFE, y además inversiones públicas y privadas.

Por otro lado, Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo y ex primer ministro de Italia, ha lanzado una provocación al Parlamento Europeo sobre la necesidad de impulsar la innovación tecnológica en descarbonización en sus discursos de febrero y marzo de este año. “Super Mario”, como muchos lo conocen, enfatizó en el retraso de Europa en materia de inteligencia artificial y energía, subrayando que estos sectores son clave para la soberanía y la competitividad. Además, sostuvo que la fragmentación de la industria europea limita la eficacia del gasto militar y favorece la dependencia del bloque en Estados Unidos. Propuso mantener 3 prioridades: primero, la defensa común europea; segundo, la reducción de costos energéticos y la descarbonización, y finalmente, la desregulación.

La semana pasada, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, declaró en una entrevista que Europa debería reducir su dependencia de la tecnología estadounidense y también de la china, y ganar autonomía en lo que denominó “una marcha hacia la independencia”. En particular, enfatizó que la infraestructura de los pagos digitales europeos debería estar bajo control europeo. Para ejemplificar su punto, explicó que los pagos en e-commerce, con tarjetas de crédito y débito o con el teléfono en los diversos países europeos, se hacen a través de Visa, Mastercard, PayPal, Alipay… todas empresas americanas y chinas. Lo que propone es construir una infraestructura europea de pagos que se convierta en una alternativa.

Como en todo, cada nueva amenaza representa también una oportunidad de mejora. Algunos creen, incluyendo el conocido profesor y TED ‘speaker’ de la New York University, Scott Galloway, que Europa tiene una importante oportunidad para acelerar su crecimiento con foco en inteligencia artificial, energía renovable y automatización industrial. Para esto, le toca enfrentar retos como la sobre regulación y dependencia de Estados Unidos y puede aprovechar en mejorar la coordinación entre industria, estado y academia.

Sea como sea, la última pausa impuesta por Trump a los aranceles (y por Europa a EE.UU.) desencadena nuevos procesos de negociación que seguirán generando incertidumbre, pero también muchas oportunidades como las discutidas para Europa. China y Latinoamérica tampoco se escapan a este ‘trend’. Y parece que esto recién empieza.

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