MIRA: “A mí se me fue un amigo que Dios quiso que fuese Papa”
El ejército de Israel ha instalado un punto de control en la entrada de Nir Oz. Más adelante, las fotos de los ciudadanos de este lugar que fueron secuestrados están colocadas a ambos lados de la vía que conduce a las viviendas.
El 7 de octubre del 2023, 47 personas fueron asesinadas por Hamás en Nir Oz y 76 fueron secuestradas y llevadas a Gaza.
Es jueves 24 de abril, Día del Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto en Israel. A las 10 de la mañana, las sirenas suenan en todo el país durante dos minutos, como un momento de silencio para recordar a las víctimas.
Silvia Cunio, de origen argentino, vivió en Nir Oz desde 1988 hasta el 2023. “Era un paraíso, Como dicen, un 95% era paraíso y un 5% un desastre, por los misiles y demás”, dice.
Es madre de cuatro varones: Lucas, Eitan, David y Ariel.
Recuerda que el 6 de octubre había 20 personas en su casa, todos sus hijos con sus familias más invitados. Cenaron juntos y se divirtieron antes del Shabat, que es el sábado.
Al día siguiente, a las 6:29 de la mañana, “empezó todo el desastre, que para mí es una película de terror que no termina”.
“Cada uno estaba en su casa. Yo estaba con mi marido. Todos mis hijos viven en Nir Oz, así que estaban pasando lo mismo que yo estaba viviendo al amanecer”, recuerda.
La familia se empezó a comunicar por Whatsapp. “Mi hijo menor, Ariel, dijo que hay terroristas en el kibutz, que estaban disfrazados de soldados. Los habían visto en la enfermería del kibutz. ¿Qué pasa?, dijimos. Bueno, capaz que son dos, tres terroristas que entraron, los agarrarán y ya está, pensamos”.
“Pero no fue así. Al final no eran, como nos dijeron, 200 o 400 terroristas, eran miles, porque no solamente estaban los terroristas, también había personas de Gaza que vinieron para robar, para destrozar, para quemar y demás”, manifiesta Silvia.
A las 8:28 de la mañana Silvia recibió el último mensaje de Ariel. Este dijo que habían entrado en una película de terror.
“Ese fue su último mensaje, hasta hoy, no sabemos nada”.
Ariel Cunio fue secuestrado junto a su novia Arbel Yehud. Ella fue liberada el 30 de enero de 2025, tras pasar 481 días de cautiverio en Gaza. Su liberación formó parte del último acuerdo entre Israel y Hamás.
Junto a Silvia fuimos hasta la casa de Ariel. En la ventana y en la puerta están las fotos de Arbel Yehud y del hijo de Silvia. Los sillones de la sala están uno encima del otro y en el piso hay huellas de bala. “Ya arreglamos algo”, dice.
Silvia cuenta que Ariel intentó asegurar la puerta con el cerrojo, pero no pudo impedir que entraran a su casa. Los terroristas lo sacaron de abajo de la cama.
“Tenían una perrita que hacía dos semanas que la habían adoptado, tenía dos meses, chiquita, le disparan, acá están los disparos, todo esto estaba lleno de sangre y de los pelos del perro. De acá fue que me mandó el último mensaje diciéndome que entramos en una película de terror. De acá lo sacaron, hasta hoy”, narra Silvia.
Ariel tenía 26 años cuando fue secuestrado, cumplió 27 el 12 de junio del 2024. “Espero que no llegue al 12 de junio y que vuelva antes, que no pase su segundo cumpleaños en Gaza”.
Otro hijo de Silvia, David, fue secuestrado junto a su esposa Sharon y sus hijas mellizas de tres años, Emma y Yuli.
Sharon y las niñas fueron liberadas a fines de noviembre del 2023 como parte del primer acuerdo de intercambio de rehenes.
Silvia manifiesta que en febrero del 2025, la familia recibió una señal de vida de David a través de un rehén recientemente liberado, quien informó haberlo visto en Gaza.
Lucas, el hijo mayor, vivía enfrente de la casa de sus padres. Los terroristas entraron a su casa por la ventana e intentaron abrirle cuatro veces la puerta de seguridad donde estaba escondido, pero no pudieron. Encontraron dinero y se fueron, después de destrozarle parte de la casa.
La acción que salvó a Silvia y a su esposo
Silvia narra que los terroristas intentaron entrar cuatro veces a su casa. “Fueron minutos interminables. Escuchamos gritos y risas, y que tiraban las cosas, buscaban destrozar la casa, estaban robando todo lo que podían”.
Ella y su esposo, paciente de cáncer, se refugiaron en la habitación de seguridad. Silvia salió a buscar agua porque no sabía cuánto tiempo pasarían en el lugar. Cuando pasó por la ventana de la cocina, levanto la cortina y vio que enfrente estaba estacionado el carro de su hijo mayor, y que del vehículo entraban y salían terroristas, llevándose todo lo que podían.
Su esposo pudo asegurar la puerta del cuarto de seguridad con el picaporte. Luego, agarró una bufanda y la ató en el picaporte, puso un aparato de gimnasia abajo del picaporte, y con eso impidió que los terroristas ingresen.
Estuvieron en el cuarto de seguridad desde las 6:30 de la mañana hasta casi las 5 de la tarde, cuando entraron los soldados israelíes.
“No volveré a Nir Oz”
“No volvemos a Nir Oz. Por desgracia, no podemos volver. Yo podría volver porque desgraciadamente me acostumbré. No soy una nena, pero mis hijos no van a venir a visitarnos. Y nosotros somos una familia muy unida. Todos los viernes nos encontrábamos en mi casa o en la casa de mis hijos, y comíamos todos juntos”, dice Silvia.
Cuenta que su vecino, que vivía en Nir Oz de manera temporal, recibió la visita de una pareja que terminó asesinada por Hamás, mientras que a los duenlos de la casa se los llevaron.
“Cada uno tiene un vecino al que le pasó algo y no va a ser posible que podamos volver”, reflexiona.
“Me mantengo en pie por mis hijos secuestrados y por toda la gente, como ustedes los periodistas, que nos dan fuerzas”, agrega.
¿Qué piensa que no se haya entrado a la segunda fase de esta última tregua, que es cuando tocaba la liberación de todos los rehenes, incluidos sus hijos?, le preguntó El Comercio.
“Esperábamos que haya otra vez salidas de cautivos y no fue así. No voy a decir que me rompió el corazón porque si no, no estaría acá, pero me dolió mucho, me dolió mucho que todos los que están en el poder en Israel no hayan podido seguir con las salidas de las personas secuestradas”, responde.
“Esperamos que en el Gobierno estén haciendo algo, porque si no sería una vergüenza que dejen a personas, hermanos nuestros, que están adentro de Gaza”.