Martes, Diciembre 24

El mandatario electo lanzó la amenaza durante el discurso que pronunció en el evento conservador AmericaFest, de la organización Turning Point USA, realizado en Phoenix, Arizona. También usó su red Truth Social para insistir en el tema.

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“Nos están estafando en el Canal de Panamá”, dijo Trump. Sostuvo que su país cedió “tontamente” el control del canal.

Estados Unidos construyó el Canal de Panamá, que fue completado en 1914. Washington entregó el control del canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999, mediante tratados firmados en 1977 durante los gobiernos de los presidentes Jimmy Carter y Omar Torrijos, por lo que dichos documentos pasaron a denominarse Tratados Torrijos-Carter.

En su discurso, Trump dijo que, una vez que comience su segundo mandato, “si no se siguen los principios, tanto morales como jurídicos, de este gesto magnánimo de dar, entonces exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos de América, en su totalidad, rápidamente y sin hacer preguntas”.

“No voy a tolerarlo… Así que, a los funcionarios de Panamá, por favor déjense guiar debidamente”, subrayó.

También denunció una creciente influencia de China en el canal. Explicó que era una situación preocupante que amenaza los intereses de Estados Unidos, ya que los negocios estadounidenses dependen del canal para transportar bienes entre los océanos Atlántico y Pacífico.

“Era exclusivamente para que Panamá los administrara, no China ni nadie más”, dijo Trump. “¡Nunca dejaríamos ni dejaremos que caiga en malas manos!”, siguió.

La agencia Reuters precisó que China no controla ni administra el canal. Sin embargo, una filial de CK Hutchinson Holdings, con sede en Hong Kong, gestiona dos puertos situados en las entradas caribeña y pacífica del canal.

Trump no explicó cómo recuperará el control del canal.

En respuesta, el presidente panameño Mulino publicó un video el domingo en el que dijo que “cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente, es de Panamá y lo seguirá siendo. La soberanía y la independencia no son negociables”.

“Cada panameño aquí o en cualquier lugar del mundo lo lleva en su corazón, y es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible”, señaló.

“Los panameños podemos pensar diferente en muchos aspectos, pero cuando se trata de nuestro Canal y nuestra soberanía, nos unimos todos bajo una única bandera, la de Panamá”, agregó.

Sobre las quejas de Trump por el aumento de las tarifas para los barcos que cruzan el canal, Mulino sostuvo que las establecen expertos que toman en cuenta los costos operativos, al igual que los factores de oferta y demanda.

“Las tarifas no son un capricho”, afirmó Mulino. Señaló que Panamá ha expandido el canal a lo largo de los años para aumentar el tráfico de barcos “por decisión panameña”, y agregó que los incrementos en las tarifas a los buques ayudan a pagar por las mejoras.

Trump contestó a Mulino en su red social Truth Social, donde escribió: “¡Ya veremos!”. También publicó una imagen de una bandera de Estados Unidos colocada en la zona del canal, acompañada de la frase: “¡Bienvenidos al canal de Estados Unidos!”.

En tanto, este lunes el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (Suntracs), el más poderoso de Panamá, quemó una bandera de Estados Unidos y fotos con el lema “Fuck Trump” frente al Parlamento.

Un 5% del comercio marítimo mundial pasa por el Canal de Panamá.

Los países que más lo usan son Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur. En octubre, la Autoridad del Canal de Panamá reportó ganancias por casi 5.000 millones de dólares en el último año fiscal.

La doctrina de Trump, amenazar para negociar

El analista internacional Francisco Belaunde Matossian calificó la declaración de Trump como “alucinante”, y aseguró que su pretensión viola totalmente el derecho internacional.

Pretender apoderarse del Canal de Panamá es colocarse al nivel de Rusia contra Ucrania. Si lo hace, Trump hará ver a Estados Unidos como un país agresivo y, como muchos denuncian, totalmente imperialista”, dijo Belaunde a El Comercio.

“Es impresionante lo dicho por Trump, porque es amenazar con violar abiertamente el derecho internacional invadiendo un país; es poco usual escuchar algo así, sobre todo desde una potencia como Estados Unidos”, remarcó Belaunde.

El analista cree que finalmente Trump no ordenará una invasión militar de Panamá. “Estados Unidos tiene el poderío militar, pero sería un escándalo internacional y tendría a toda América Latina en su contra, sería un desastre diplomático para Estados Unidos. Evidentemente, eso favorecería a Rusia, que tendría argumentos para justificar su guerra en Ucrania”.

Belaunde sostuvo que la amenaza a Panamá tiene que ver con una tendencia de Trump a asumir esas posiciones como una manera de presionar para iniciar negociaciones. “En el fondo, lo que hace es lanzar este tipo de amenazas para conseguir sus objetivos económicos-comerciales, en este caso la rebaja de las tarifas que se cobran en el canal”.

Agregó que tras lo dicho por Trump no solo sobre Panamá, sino también contra México y otras naciones, ya se puede perfilar que la política exterior durante su segundo gobierno estará basada en las amenazas a todo el mundo, incluidos los aliados.

“Aunque está visto que el concepto de aliado no le gusta a Trump. Él prefiere personalizar las relaciones con determinados jefes de Estado por los cuales puede tener simpatía. Para él no existe el concepto de alianzas entre Estados, todo se resume a simpatías por determinadas personas con las cuales puede negociar y puede tener algún vínculo privilegiado. Para él todo es un tema personal y de negocios, él ve el manejo del Estado como si fuera en el fondo una especie de empresa”, recalcó Belaunde.

Para el analista internacional Enrique Banús, estamos ante la incógnita Trump, quien va haciendo muchas declaraciones, no se sabe si son para tener atrapada a la opinión pública, y cuáles de ellas luego van a pasar a ser realidad”.

“Lo más prudente es esperar e ir viendo a quién pone en los puestos de confianza. Desde luego, en política exterior ha puesto a personas totalmente afines a su visión de cerrar los frentes conflictivos cuanto antes para centrarse en la gran prioridad, que es el enfrentamiento con China”, destacó Banús.

“De hecho, el tema del Canal de Panamá tiene que ver con ese enfrentamiento, porque su visión es que el canal está bajo el control de China, y en ese afán de reducir la presencia de Beijing parece que ha detectado esto como un elemento que puede ayudar en ese empeño”, dijo el analista.

“Si uno mira el mapa del mundo, es cierto que hay una estrategia de China para ir teniendo una presencia privilegiada y un control en rutas marítimas. Es interesante ver cuántos puertos en todo el mundo ya están de una u otra manera bajo la influencia de China, a través de empresas, acuerdos entre gobiernos, etc.”, agregó.

Banús sostuvo que se debe esperar a ver en qué medida la amenaza de Trump se traduce en acciones concretas. “Pero no creo que Estados Unidos se atreva a entrar por la fuerza a controlar el Canal de Panamá”, finalizó.

La historia del Canal de Panamá

En 1880, el francés Ferdinand Lesseps comenzó la construcción del Canal de Panamá, pero fracasó tras 20 años debido a enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla, y a los altos costos.

En 1903, Panamá y Estados Unidos firmaron un tratado mediante el cual el país norteamericano emprendió la construcción de un canal interoceánico para barcos a través del Istmo de Panamá.

En 1904, Estados Unidos compró a la Compañía Francesa del Canal de Panamá sus derechos y propiedades por 40 millones de dólares y comenzó la construcción.

El proyecto fue terminado en 10 años a un costo aproximado de 387 millones de dólares de la época.

El primer barco que atravesó el Canal de Panamá fue el estadounidense Ancón, el 15 de agosto de 1914.

Estados Unidos controló el canal desde su inauguración hasta 1977, cuando se inició el proceso de transferencia a Panamá.

De acuerdo con dos tratados firmados en las oficinas de la OEA en Washington, D.C., el 7 de setiembre de 1977, el canal debía ser operado hasta el final del siglo bajo arreglos diseñados para fortalecer los lazos de amistad y cooperación entre Estados Unidos y Panamá.

Los tratados fueron aprobados en Panamá en un plebiscito el 23 de octubre de 1977. Mientras que el Senado de Estados Unidos dio su respaldo para su ratificación en marzo y abril de 1978. Los nuevos tratados entraron en vigor el 1 de octubre de 1979.

Durante los primeros 10 años del período de transición, un ciudadano estadounidense sirvió como administrador del canal y un panameño era el subadministrador. A partir del 1 de enero de 1990, de acuerdo con lo establecido, un panameño sirvió como administrador y un estadounidense como subadministrador.

Finalmente, Panamá asumió la responsabilidad total de la administración, operación y mantenimiento del Canal de Panamá el 31 de diciembre de 1999.

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