Jueves, Diciembre 12

Al reaccionar al terrible asesinato de una menor de edad a manos de su presunto violador, la presidenta Dina Boluarte ha querido dar un salto adelante planteando un tema en la agenda política y legislativa: la pena de muerte para violadores de menores.

“Es momento [de] que, ante hechos de esta magnitud, que deberían ser inconcebibles dentro de una sociedad, planteemos medidas drásticas; es momento de abrir el debate sobre la pena de muerte para violadores de menores”, dijo Boluarte, en un evento cuyo motivo (la inauguración del nuevo sistema de comunicación satelital de la FAP) pasó rápidamente al olvido.

El planteamiento de Boluarte puede ser entendido como un esfuerzo adicional por salir de la incómoda posición de gran impopularidad que enfrenta (91%, según Ipsos para América TV). Además, inevitablemente, termina siendo la asunción de la incompetencia de su gobierno ante lo que se percibe como el principal problema del país: la inseguridad (Kantar, diciembre del 2024).

En término formales, la apertura del debate debería concluir con la presentación de algún proyecto de ley sobre el tema. No obstante, la voz del encargado sectorial que podría formularla, el ministro de Justicia, Eduardo Arana, no se ha oído hasta el momento.

A su silencio se une el canciller Elmer Schialer. Ambos ministros deberían explicar los pasos a seguir –cambio constitucional y renuncia a la Corte Interamericana de Derechos Humanos– de continuar en la senda que plantea la jefa del Estado.

Como si fuera poco, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén –el segundo principal vocero gubernamental–, matizó, recientemente, las declaraciones presidenciales.

“Hay situaciones abominables que gatillan la reflexión y la hacen imprescindible, y en esa situación no se está tomando una decisión definitiva, se está abriendo el debate. No significa que mañana vayamos a salir nosotros con un proyecto de ley de reforma constitucional, o que se manden cartas para desvincularnos del Pacto de San José de Costa Rica, pero sí se trata de que el Ejecutivo diga ‘este tema nos preocupa’”, dijo el titular de la PCM, desde París, la mañana de ayer (RPP).

Sin embargo, una manera más efectiva de mostrar preocupación por el tema sería aplicar medidas que realmente palien la situación de inseguridad que vive el país, lo que parece lejano.

En cambio, se opta por recurrir a una efectista, aunque aislada, invitación al debate. Un llamado que, en lo que va de formulado, solo refuerza esa imagen de encierro en el que se encuentra la presidenta, como si quisiera repetir aquella canción de Roberto Blades, cuyo estribillo encabeza esta columna, sobre todo en aquel pasaje que dice: “Solo, que solo estoy / Aun con tanta gente a mi alrededor / Yo sigo solo…”.

Al cierre de esta columna el ministro de Justicia y Derechos Humanos anunció que se harán audiencias para escuchar las opiniones de la población con respecto a la posibilidad de implantar la pena de muerte para violadores y asesinos de menores.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

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