Japón lleva más de 30 años luchando contra la caída de la tasa de fertilidad. Ha buscado incentivar la natalidad con subsidios, la apertura de más guarderías y hasta pagos en efectivo. Pero nada ha funcionado. En lugar de tener más hijos, su población se reduce y envejece rápidamente.
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Si bien muchos países desarrollados enfrentan bajas tasas de natalidad, el problema es especialmente grave en Japón, que tiene la segunda población más envejecida del mundo, después de Mónaco, y una insuficiente fuerza laboral para sustentarlos. El número de nacimientos en el país asiático alcanzó un nuevo mínimo alarmante en el primer semestre del 2024.
Japón registró 350.074 nacimientos entre enero y junio de este año, el nivel más bajo desde 1969. La cifra representa una disminución del 5,7% en comparación con el mismo período del 2023, según un informe del Ministerio de Salud del país nipón.
La caída marcó el tercer año consecutivo en que el número de nacimientos en Japón cayó por debajo de los 400.000 durante el primer semestre. En el 2023 se redujo un 3,6% en comparación con el mismo período del año anterior.
“Centrar la atención en las políticas relativas a los niños y su crianza es un tema que no puede esperar ni posponerse”, dijo en enero del 2023 el primer ministro Fumio Kishida, quien agregó que Japón estaba “al borde de la indecisión de si podremos seguir funcionando como sociedad”.
La población actual de Japón es de poco menos de 125 millones. Según estimaciones del Banco Mundial, para el 2050 el país asiático podría sufrir una reducción de una quinta parte de su población actual.
Según la BBC, la caída de las tasas de natalidad está impulsada por una variedad de factores, incluido el aumento del costo de vida que dificulta el poder mantener a los hijos, la mayor participación de las mujeres en la educación y la fuerza laboral, así como un mayor acceso a los métodos anticonceptivos, lo que lleva a muchas familias a decidir tener menos hijos.
Expertos citados por “The Independent” afirman que los problemas que enfrenta Japón se ven agravados por la disminución de los matrimonios y el aumento de los divorcios, lo que afecta aún más la tasa de natalidad, lo que ha llevado al gobierno a fomentar la formación de familias y a apoyar a las parejas a través de diversas iniciativas.
A inicios de junio de este año, un portavoz dijo que el Ejecutivo tomaría “medidas sin precedentes” para hacer frente a la disminución de la tasa de fecundidad.
“La tasa de natalidad en descenso se encuentra en una situación crítica (…) Los próximos seis años, hasta 2030, cuando el número de jóvenes disminuirá rápidamente, serán la última oportunidad para revertir la tendencia”, dijo a la prensa el secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi.
Japón es la tercera economía más grande del mundo, pero el costo de vida es alto, los aumentos salariales han sido lentos y aproximadamente el 40% de los nipones son trabajadores a tiempo parcial o contratados, señala la agencia AP.
Más medidas desesperadas
El exprimer ministro Fumio Kishida (ocupó el cargo hasta octubre) estableció como uno de sus principales objetivos políticos abordar la disminución de la natalidad y se comprometió a introducir medidas más drásticas.
En esa línea, el Gobierno Metropolitano de Tokio anunció recientemente la implementación de una semana laboral de cuatro días para empleados públicos a partir de abril del 2025.
La iniciativa contempla la “licencia parcial por cuidado de niños”, que permite a los trabajadores reducir su jornada hasta dos horas diarias para atender a sus vástagos menores de tres años.
El objetivo es mejorar la conciliación familiar y dar más tiempo a los trabajadores para compartir con sus seres queridos.
La ciudad de Tokio también anunció este jueves 12 que planea ofrecer guarderías gratuitas para niños en edad preescolar a partir de setiembre del año entrante.
Según la prensa japonesa, Tokio, una de las mayores urbes del mundo con 14 millones de habitantes, es la primera ciudad en adoptar una medida de ese tipo a nivel regional.
La capital nipona también lanzó recientemente su propia aplicación de citas, pero no ha publicado ninguna cifra de inscritos. Uno de los más entusiastas con esa iniciativa fue el multimillonario tecnológico Elon Musk. “Me alegra que el gobierno de Japón reconozca la importancia de este asunto. Si no se toman medidas radicales, Japón (y muchos otros países) desaparecerán”, escribió en su cuenta de X.
Hace algunos meses el gobierno japonés afirmó que planea asegurar una financiación anual de alrededor de 3,5 billones de yenes (25.200 millones de dólares) durante los próximos tres años para un nuevo paquete de cuidado infantil, que incluye subsidios por nacimiento y crianza de los hijos, así como mayores subsidios para la educación superior.
Las autoridades del país del Sol Naciente también están probando una nueva táctica: promover las bodas. Según “The New York Times”, en el 2024, menos de 500.000 parejas se casaron en Japón, la cifra más baja desde 1933, a pesar de que las encuestas muestran que la mayoría de los hombres y mujeres solteros querrían hacerlo.
Un obstáculo es que muchos adultos jóvenes viven con sus padres: cerca del 40% de las personas de entre 20 y 39 años, según datos del 2016, el último año para el que hay datos disponibles.
Atención a las consecuencias
El gobierno japonés ha advertido que una población en declive y envejecida tendrá enormes implicaciones para la economía y la seguridad nacional, y amenaza la sostenibilidad económica de Japón.
Entre las consecuencias más mencionadas están la afectación al crecimiento económico, la reducción en la disponibilidad de mano de obra y el aumento de la despoblación en áreas rurales.
“El PIB de Japón está destinado a disminuir junto con la disminución de la población en edad de trabajar, a menos que haya un gran aumento de la productividad. Esta disminución se puede frenar ampliando la edad de jubilación para aumentar el número de trabajadores de mayor edad y aumentando la participación femenina en la fuerza laboral”, escribió el reconocido economista japonés Shujiro Urata en el Foro de Asia Oriental, según consigna “The Independent”.
El medio señala que a pesar de los esfuerzos del gobierno, los expertos pronostican que la disminución de la población continuará durante décadas debido a la estructura actual del país. “Incluso con un aumento inmediato de la tasa de fertilidad, la población seguirá disminuyendo hasta que se estabilice el desequilibrio demográfico entre jóvenes y ancianos”, apunta.
Un análisis publicado en el Michigan Journal of Economics señala que los desafíos socioeconómicos y los factores culturales de Japón, incluidos los roles de género rígidos y las altas presiones profesionales, han complicado los esfuerzos para revertir el descenso de la tasa de natalidad, dejando a la nación en una posición precaria mientras se buscaba soluciones sostenibles.