
El sector de la construcción, motor clave para el desarrollo de infraestructuras y viviendas en el Perú, se enfrenta a un desafío crítico: su elevado impacto ambiental. La generación masiva de residuos, el uso intensivo de recursos naturales y la dependencia de soluciones y materiales que no cumplen con los estándares ambientales vigentes contribuyen significativamente a la emisión de gases de efecto invernadero. Este escenario exige una transformación profunda.
En ese camino, el avance hacia la economía circular es una prioridad nacional. Según el Ministerio del Ambiente (Minam), en el último año se lograron valorizar más de 148.500 toneladas de residuos sólidos municipales en el país, a través de iniciativas de reciclaje y reaprovechamiento. Esta cifra evidencia el potencial de la gestión responsable de residuos para reducir la presión sobre el medio ambiente.
Sin embargo, sectores como la construcción, uno de los mayores generadores de desechos, deben acelerar su transición hacia modelos más sostenibles que integren prácticas de reutilización de materiales, disminuyan el uso de recursos vírgenes y alineen sus procesos a los objetivos climáticos del país.
“Es fundamental que todos los sectores productivos, y de manera prioritaria la industria de la construcción, avancen hacia modelos sostenibles que reduzcan su huella ambiental y contribuyan de forma concreta a la mitigación del cambio climático. La adopción de prácticas responsables no solo protege al planeta, sino que también garantiza la disponibilidad de recursos esenciales, como el agua, para las futuras generaciones”, indicó Karim Chacaltana, especialista en sostenibilidad de Pavco Wavin.
Bajo este contexto, recomendó implementar diversas acciones concretas para reducir las emisiones y contribuir a un futuro más sostenible:
- Impulsar la economía circular mediante la incorporación de materiales circulares y el diseño de productos que faciliten su reciclaje y reutilización. Además, es esencial que estos productos sean de bajo contenido en carbono, lo que contribuye directamente a la reducción de emisiones.
- Promover el uso eficiente de la energía a través de la diversificación de fuentes energéticas, incorporando energías limpias y renovables. Esto ayuda a disminuir las emisiones de carbono asociadas con la construcción de edificios e infraestructuras.
- Fomentar el uso eficiente del agua mediante la adopción de soluciones y tecnologías que optimicen su aprovechamiento, lo cual no solo maximiza su uso, sino que también contribuye a la conservación de este recurso esencial para el bienestar global.
- Desarrollar infraestructuras resilientes. Esto garantizará que las infraestructuras puedan soportar el cambio climático, a la vez que las emisiones de los edificios sean 100% netas cero para 2050.
- Apoyar a comunidades vulnerables. Una de las acciones clave es implementar iniciativas que no solo beneficien a la empresa, sino también a las comunidades y entornos en los que estas operan.