Los recientes días no han sido los mejores para el presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez. El político socialista, experto en supervivencia y en driblear las situaciones incómodas, está presenciando cómo su círculo más cercano sigue manchando la imagen de un gobierno que se presentaba como incólume ante la corrupción.
Pero las denuncias, los arrestos y los juicios siguen entrando por todos los flancos, desde el pago de coimas millonarias hasta escandalosos testimonios de acoso sexual en el PSOE, el partido oficialista que agita las banderas del progresismo y el feminismo.
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Así, el jueves pasado, el exministro de Transportes José Luis Ábalos, entró en prisión provisional mientras se investiga su participación en un entramado de corrupción que involucra también a su exasesor Koldo García -que sigue tras las rejas- y a Santos Cerdán, exdiputado, exsecretario de organización del PSOE y otrora mano derecha de Sánchez.
Las acusaciones señalan pagos de comisiones ilegales en contratos para la compra de mascarillas durante la pandemia del COVID-19, pero también han sacado a la luz el pago a prostitutas con dinero público, así como sospechosas adjudicaciones de millonarias obras públicas.
En los últimos meses, desde que el escándalo del caso Koldo salió a la luz, Sánchez se ha escudado diciendo que es un “complot de la ultraderecha” y ha pintado a los acusados como una especie de manzanas podridas dentro del partido. Esta semana, tras el ingreso a prisión de Ábalos, se desmarcó de él señalando que “desde el punto de vista personal era un gran desconocido para mí”, pese a que fue uno de los líderes más visibles del PSOE, estuvo al frente del ministerio con mayor presupuesto y además era un visitante frecuente en su casa.
Pero los escándalos también están afectando su círculo familiar, pues su esposa y su hermano están siendo investigados en otros casos judiciales, que solo echan más leña al fuego a un gobierno que viene haciendo agua por varios lados.
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José Luis Ábalos
Exsecretario de Organización del PSOE y exministro de Transportes. Esta semana entró a prisión preventiva y se espera que en febrero se inicie el juicio en su contra por los delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y malversación de fondos públicos.
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Koldo García
Exasesor de Ábalos y pieza clave en la trama de comisiones ilegales por la compra de mascarillas durante la pandemia y otras adjudicaciones de obras públicas. Fue detenido en febrero del 2024 y las investigaciones en torno a él han afectado a la cúpula del PSOE.
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Santos Cerdán
Hasta el 12 de junio fue secretario de Organización del PSOE, diputado y uno de los hombres de confianza de Pedro Sánchez. Estuvo cinco meses en prisión preventiva y también se le investiga por el caso Koldo. Renunció a la militancia del partido.
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Francisco Salazar
Exdiputado, formaba parte del Comité Federal del PSOE y era el secretario general de Coordinación Institucional del gabinete de Pedro Sánchez. En julio renunció a sus puestos luego que saltaron las denuncias de acoso sexual en su contra de parte de militantes socialistas.
Ante esto, la pregunta sigue siendo cuánto tiempo más resistirá Pedro Sánchez, teniendo en cuenta que por otros casos de corrupción han caído gobiernos anteriores. Él ha repetido que no tiene intenciones de renunciar y que terminará su mandato en el 2027, pero su permanencia en el poder no solo depende de él.
El manual del superviviente
“Pedro Sánchez puede resistir hasta el 2027. Pero podrá aguantar, pero no puede convencer porque su mayoría parlamentaria ya es muy frágil. De hecho, ya perdió uno de sus apoyos importantes, el partido Junts, que son los independentistas catalanes de derecha. Estos casos de corrupción solo acentúan la debilidad de Sánchez como presidente”, expresa a El Comercio Jordi Sarrión-Carbonell, analista y experto en comunicación política.
Efectivamente, la lluvia de denuncias ha provocado que los independentistas de Junts, que fueron claves para que Sánchez pudiera formar gobierno en el 2023, han decidido romper palitos con el PSOE, pese a los últimos intentos del mandatario de tenderles la mano.
EN LAS CALLES
Unas 50 mil personas se reunieron el domingo pasado en el centro de Madrid, convocadas por el PP, para protestar contra la corrupción en el gobierno de Sánchez.
“El gobierno está pasando por una de sus situaciones más graves y el presidente está en un momento muy delicado, sobre todo en cuanto al desgaste político pues las denuncias tienen que ver con personas de alta responsabilidad dentro de su partido, lo que contradice todo su discurso de tolerancia cero a la corrupción”, recalca Ángel Valencia, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Málaga.
Otro discurso que ha quedado seriamente dañado es el de la igualdad y respeto hacia las mujeres. También esta semana, eldiario.es reveló cómo varias militantes del PSOE que habían denunciado por acoso sexual a Francisco Salazar, otro de los hombres de confianza de Sánchez en la Presidencia y en el partido, no habían recibido ninguna respuesta durante meses. Recién, tras la investigación periodística, han salido los dirigentes socialistas a intentar enmendar el daño, aunque para la opinión pública se trata de una reacción hipócrita y tardía.
“El caso de Salazar contradice completamente el comportamiento que, se supone, ha defendido un partido de carácter progresista y de izquierda. Esto se suma a lo demás, que está oscureciendo profundamente la imagen de un gobierno que, al principio de la legislatura, habló en todo momento de rendición de cuentas y de limpieza”, agrega Valencia.
La estrategia de la oposición
Lo que está sucediendo en España también se puede analizar como una judicialización de la política. Y en este aspecto, es necesario hablar de la oposición y del conservador Partido Popular (PP), que aspira a regresar al poder apenas Sánchez caiga.

“Los asuntos políticos importantes en España se estén resolviendo a través de los tribunales, y no se trata solo de los casos de corrupción”. Valencia recuerda también lo que ha pasado recientemente con el exfiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quien debió renunciar a su cargo luego de ser inhabilitado por el Tribunal Supremo por violar el secreto judicial, en un caso que involucraba al novio de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid y una de las caras más reconocidas del opositor Partido Popular.
Así, la estrategia del PP, y de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, es apostar al desgaste del gobierno para que la frágil mayoría que mantiene Sánchez en el Congreso se siga resquebrajando. Pese a ello, la oposición aún no se anima a presentar una moción de censura que podría provocar la salida anticipada del presidente. Y el motivo se reduce a que no tienen los votos suficientes para que puedan ganar con seguridad si hay convocatoria de elecciones.
“El PP tendría que presentar una moción de censura, pero no lo hace”, señala Sarrión-Carbonell. “La idea del PP es rodear a Sánchez a través de la estrategia judicial y los tribunales. Pero lo que no se está produciendo es un liderazgo político por parte de Núñez Feijóo, pues no presenta una moción de censura ni un programa de gobierno donde diga, efectivamente, que proyecto tiene para el país”, resume Valencia.
Y en medio de todo esto, el que sale beneficiado es Vox, el partido de derecha que sigue sumando apoyos en el país. “Estamos pasando por un momento antipolítico en España que deslegitima el bipartidismo. Porque no solo es la corrupción, sino también hay problemas muy importantes encima de la mesa, como la crisis de la vivienda y la precarización del trabajo. Entonces, los escándalos de corrupción fomentan esta antipolítica”, precisa Sarrión-Carbonell, que destaca el crecimiento de Vox y el resto de movimientos similares en España.
Mientras el PP aún no decide dar el gran paso, Pedro Sánchez seguirá utilizando su manual de supervivencia para mantenerse en el poder. Ya ha comprobado que tiene cintura política para capear los temporales. Solo queda saber hasta cuándo.













