Miércoles, Octubre 23

Tellechea fue arrestado por cargos relacionados con su función como ministro de Petróleo, que cumplió hasta agosto de este año. Según un comunicado de la Fiscalía General, el exfuncionario entregó el “Sistema de Control y Mando Automatizado, conocido como cerebro de de PDVSA, a una empresa controlada por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, vulnerando así todos los mecanismos legales de nuestra soberanía nacional”.

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El coronel del Ejército de 48 años había asumido el cargo de ministro de Petróleo en marzo del 2023 con la promesa de “sanear” este sector después del escándalo de corrupción que terminó con el encarcelamiento del poderoso dirigente chavista Tareck El Aissami, quien dirigió la cartera entre el 2020 y 2023.

Tellechea “se había ganado la fama de eficiente, ordenado, ejecutor: las cualidades de un buen gerente. Maduro se lo reconocía en público y sus amigos -y hasta sus enemigos- en privado. Nadie mejor para leer métricas, ordenar, sanear, tapar agujeros presupuestarios, vigilar a los funcionarios de alto rango, pero también a la señora de la puerta y al señor de mantenimiento”, reseñó el diario español “El País”.

Cuando fue presidente de PDVSA, Tellechea pagó deudas, subió la producción de barriles de petróleo y se ganó la confianza de grandes empresas de la industria, como Exon.

La producción de barriles pasó de 700.000 al día a 940.000 durante la gestión de Tellechea en PDVSA, gracias en parte a las licencias que Estados Unidos le otorgó a Chevron para operar en Venezuela, y a las cartas de conformidad que recibieron la española Repsol y la italiana Eni.

Cuando fue designado ministro de Industria y Producción Nacional, Maduro destacó “su capacidad gerencial y profesional” para la recuperación de toda la industria del país.

Tras ser sacado del ministerio de Industria y Producción Nacional, Tellechea indicó en redes sociales que su salida obedecía a “problemas de salud” que requerían “atención inmediata”.

Pero el lunes, Maduro, sin nombrarlo, dijo que no descansará en su lucha contra el “burocratismo, la indolencia, los corruptos y los traidores, vamos por ellos, con firmeza, caiga quien caiga”.

El que sí mencionó a Tellechea fue el jerarca del chavismo Diosdado Cabello, quien ahora es ministro del Interior. El martes lo acusó de “traición a la patria”.

Cabello sostuvo que Tellechea “entregó el cerebro de la empresa, toda la administración de pozos, contratos, operaciones”, a una compañía estadounidense que también “tenía el control” cuando se produjo el golpe de Estado en abril de 2002, que sacó del poder al entonces presidente Hugo Chávez durante dos días.

El arresto de Tellechea se produce en medio de una fuerte crisis política tras denuncias de fraude de la oposición en la reelección de Maduro para un tercer período consecutivo en las elecciones del 28 de julio.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) lo proclamó ganador, pero no ha publicado las actas, como ordena la ley, al alegar que su sistema sufrió un ataque cibernético.

La oposición publicó en una página web copias de actas electorales con las que reclama un triunfo del candidato Edmundo González Urrutia, quien ahora está exiliado en España tras una orden de detención en su contra.

¿Qué hay detrás de la salida de Tellechea?

El analista político venezolano José Vicente Carrasquero dijo a El Comercio que la acusación de la Fiscalía contra Tellechea no es creíble. Piensa que es una excusa para tapar la destrucción de la industria petrolera, la corrupción y los ajustes de cuentas en la interna del chavismo.

“Por el número de personas que ya van detenidas, aquí debe haber un problema grave de corrupción. La Fiscalía dice que es porque le dieron a una empresa norteamericana un software de PDVSA. Eso parece una excusa no razonable”, sostuvo Carrasquero.

“Esto parece ser una hebra de esta corrupción omnipresente en Venezuela, donde parece que la norma de los funcionarios venezolanos es que si te ponen ahí es para robar. Entonces tienes que aprovecharlo”, agregó.

“Por supuesto, me imagino que PDVSA está rindiendo por debajo de las expectativas del régimen. Y en ese sentido, es el quinto presidente de PDVSA detenido. El único presidente de PDVSA de los últimos que no está detenido es el primo hermano de Hugo Chávez. Me imagino que es por eso. No creo que haya sido ningún santo”, siguió Carrasquero.

El analista recordó que cuando Tellechea dejó el ministerio de Petróleo, fue reemplazado por la vicepresidente Delcy Rodríguez, muy cercana a él y aliada de Maduro.

Carrasquero mencionó también que hay cuatro facciones del chavismo que se disputan cuotas de poder: una es la dirigida por el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, que maneja el sector militar y tiene buena relación con Maduro, quien también maneja su propia facción. La tercera facción es la de los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, que tienen poder sobre el Consejo Nacional Electoral, la Asamblea Nacional y el sector del petróleo. Y la cuarta otra facción es la de Diosdado Cabello, con intereses de poder.

“Parece que en el centro de todo esto está Maduro como un articulador, aunque yo no lo veo como una figura lo suficientemente hábil y potente como para manejar a todas estas estructuras. Más bien me parece que Maduro es un elemento débil que puede terminar pagando las consecuencias de un enfrentamiento entre las otras tres facciones”, remarcó.

En ese grupo hay una crisis de confianza. Tú ves a un Padrino cambiando a los militares. A un Cabello haciendo las cosas él mismo, como un ministro policía, un ministro que anda haciendo rondas en la calle. Ves a Maduro cambiando ministros y ves a los Rodríguez tomando acciones fuera de su competencia, presionando a Maduro para que rompa relaciones con España, tratando de involucrar más a Maduro con la cuestión de los BRICS, etc. Es un grupo ahí agavillado, si se quiere, para mantenerse en el poder, pero donde hay evidentemente una crisis de confianza entre ellos”, explicó Carrasquero.

Por su parte, la periodista venezolana Carmen Beatriz Fernández, CEO de DataestrategIA y profesora de Comunicación Política en la Universidad de Navarra, le dijo a El Comercio que el caso de Tellechea confirma que en el Gobierno de Venezuela existe una institucionalidad mafiosa que está “alrededor del botín”.

Y esa esa visión del Estado como el botín tiene a PDVSA como el arca mayor. Es una visión muy alejada del deber ser de una República donde las instituciones funcionan. Al final, lo que te está delatando es una enorme fragilidad institucional donde las instituciones responden sólo en la medida que tú tienes cuentas con los favores del poder absolutista”, manifestó Fernández.

“Si son de uno, si son de otro, si es una cacería de brujas, si es un enfrentamiento mafioso entre ese archipiélago de poderes que constituye el alto gobierno, si son los Rodríguez enfrentados contra los Cabello, más allá de todo eso, lo que te está hablando este caso es de esa enorme fragilidad institucional, donde las instituciones son supeditadas a los apetitos y a las voracidades de elementos poderosos del alto gobierno. Es otra representación micro de lo que ha venido siendo el deterioro de la República, básicamente”, agregó Fernández.

De la mano de Tareck El Aissami

De acuerdo con el portal venezolano Efecto Cocuyo, Pedro Tellechea ascendió dentro de la administración chavista con Maduro en el poder. De la mano de Tareck El Aissami, comenzó su carrera en Venalum, una de las empresas básicas de Guayana, en el año 2018.

En el 2019 pasó a la industria petrolera nacional, cuando fue presidente de Petroquímica de Venezuela (Pequiven) y de allí dio el gran salto cuando fue nombrado presidente de PDVSA en enero del 2023.

Dos meses después, asumió como ministro de Petróleo, en reemplazo de El Aissami, quien tras caer en desgracia fue encarcelado al ser involucrado en una trama de corrupción.

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