“Quise crear canciones que celebren la determinación, la bondad y la belleza de la diversidad”, señala. Y ese propósito se siente en cada verso, en cada acorde que atraviesa fronteras y lenguas. ‘Herstory ‘—un juego de palabras que transforma history (la historia de “él”) en her story (la historia de “ella”)— es un viaje musical que rescata las voces de mujeres que están cambiando el mundo: Greta Thunberg, Isabel Allende, Gloria Estefan, Emily Calandrelli, entre otras.
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“Este álbum lo hice para mi hija de 10 años y para cada niño y niña que merece ver modelos femeninos fuertes representados en la música. Un día llegó a casa jugando a ser influencer de maquillaje”, recuerda Flor. “Y pensé: está bien divertirse, pero también quiero que sepa que puede ser científica, artista, astronauta, atleta. Que hay muchas maneras de brillar”. Así nació el álbum: como un espejo para las nuevas generaciones, una invitación a mirar la fuerza femenina sin estereotipos.
Una historia contada en 10 canciones
Producido por Lucy Kalantari y acompañado por artistas como Tony Succar, Alphabet Rockers y Jabali Afrika, “Herstory” combina ritmos del mundo —desde lo afroperuano hasta lo neozelandés— con letras que inspiran curiosidad, empatía y esperanza.
“Cuando escribí la canción ‘Crossover’, pensaba en Gloria Estefan, una mujer que logró cruzar fronteras con su música. Quería rendirle homenaje a ese espíritu valiente”, cuenta.
Otra de las piezas más conmovedoras es la dedicada a Sahilji, una adolescente india que inventó un método para detectar la contaminación del agua en su comunidad.
“Tenía solo 14 años cuando lo hizo”, dice Flor. “Esa historia me tocó profundamente. Me recordó que el cambio empieza con una idea, con un acto pequeño de amor por los demás”.
De Lima a Nueva York
Flor creció en Lima rodeada de cumbias, valses y sonidos andinos. “Creo que ser peruana me da una ventaja invisible: llevo dentro muchos ritmos, muchas mezclas. Y eso aparece sin darme cuenta en mis canciones”, asegura.
Su camino artístico comenzó en el TUC, donde descubrió el teatro musical. En su entorno la llamaban ‘Flor Broadway’, un apodo que parecía un presagio. “Soñaba con cantar en los escenarios de Nueva York”, dice. En el 2008, con una beca y una maleta cargada de ilusiones, emigró a Estados Unidos para estudiar arte dramático. Allí, entre audiciones y obras off Broadway, encontró su verdadera voz: la de una compositora capaz de unir la música y la educación y el arte.
Una historia que recién comienza
Hoy, mientras su nombre suena entre los nominados al Grammy, Flor mantiene los pies sobre la tierra. “Ganar sería hermoso, claro, pero lo más importante es que más niños y niñas conozcan este mensaje. Que descubran que ellos también pueden escribir su propia historia”, dice con convicción.




