
Si se sentaba, perdía el uso de la palabra. A las 7 de la noche del lunes, el senador demócrata Cory Booker comenzó un discurso para arremeter contra las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y lo terminó pasadas las 8 de la noche del día siguente. Estuvo 25 horas y 5 minutos hablando y marcó un récord histórico en la cámara alta.
El discurso de Booker superó al del senador demócrata Strom Thurmond, quien el 28 de agosto de 1957 habló 24 horas y 18 minutos intentando bloquear la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de ese año en el Senado.
MIRA: Putin llama a un reclutamiento récord para el servicio militar a pesar de las conversaciones de paz: ¿Cuáles son sus planes?
Booker, de 55 años y senador por Nueva Jersey, comenzó su discurso prometiendo hablar mientras fuera “físicamente capaz”. En adelante, criticó con dureza los recortes impulsados por Trump a las agencias gubernamentales y la represión de la migración, según el diario The New York Times.
“Me levanto con la intención de interrumpir la actividad normal del Senado de Estados Unidos mientras me sea físicamente posible”, dijo Booker al inicio. “Me levanto esta noche porque creo sinceramente que nuestro país está en crisis”.
“En tan solo 71 días, el presidente de Estados Unidos ha causado un gran daño a la seguridad de los estadounidenses, a su estabilidad financiera y a los cimientos de nuestra democracia”, manifestó Booker. “Estos no son tiempos normales en Estados Unidos. Y no deberían ser tratados como tales en el Senado de Estados Unidos”, agregó.
Lo hecho por Booker es una extensión del denominado filibusterismo en la política de Estados Unidos, que es una táctica parlamentaria utilizada en el Senado para retrasar o bloquear la votación de una ley o una nominación mediante discursos prolongados o maniobras procesales. Como las reglas del Senado permiten a los senadores hablar sin límite de tiempo sobre un tema, un senador o un grupo de ellos puede prolongar los debates con el objetivo de impedir que se alcance el número de votos necesarios para cerrar la discusión y proceder a la votación. Para detener un filibusterismo, se requiere una votación de cierre, que necesita el apoyo de al menos 60 de los 100 senadores.
A Booker, las normas del Senado le impidieron sentarse o salir al baño durante su discurso para poder mantener el turno de su palabra.
Booker explicó que su acción nace de su necesidad de “elevar las historias de los estadounidenses perjudicados por las acciones de la Administración Trump”, que a su juicio, ha sumido al país en una “crisis”.
“Las amenazas que se ciernen sobre el pueblo y la democracia estadounidenses son graves y urgentes, y todos debemos hacer más para combatirlas”, aseguró.
La agencia EFE indicó que a lo largo de su intervención, Brooker aceptó preguntas de algunos de sus compañeros de partido, como el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, lo que le permitió descansar brevemente sin perder el turno de palabra ni sentarse.
Booker arremetió contra los recortes al gasto público ideados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que lidera Elon Musk y leyó testimonios de personas perjudicadas por el Gobierno de Trump, y también habló de temas distendidos para dejar correr el reloj, reseñó EFE.
Cuando le comunicaron que había superado el récord, se emocionó y siguió hablando unos minutos más, aunque reconoció que debía lidiar con “algunas urgencias biológicas”, anotó EFE.
Terminó su discurso citando a John Lewis, héroe de los derechos civiles y congresista. “Dijo que saliéramos y causáramos algunos buenos problemas, problemas necesarios, para redimir el alma de nuestra nación. Quiero que rediman el sueño. Seamos osados en Estados Unidos”, manifestó Booker sobre Lewis.
La cadena CNN remarcó que el discurso de Booker destaca como una de las formas de protesta más notorias de un legislador demócrata en lo que va del segundo mandato de Trump. Cabe indicar que en ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos los demócratas son minoría y no han sido capaces de adoptar una postura más dura contra el Gobierno.
¿Quién es Cory Booker?

Cory Booker nació el 27 de abril de 1969 en Washington DC, pero creció en Harrington Park, Nueva Jersey, en una familia de clase media alta.
Sus padres, Cary y Carolyn Booker, fueron ejecutivos de IBM y participaron activamente en la lucha por los derechos civiles, lo que influyó en su compromiso con la justicia social y la política.
Desde joven, Booker destacó en los estudios y los deportes, sobresaliendo en el fútbol americano mientras cursaba la secundaria.
Booker asistió a la Universidad de Stanford, donde obtuvo una licenciatura en ciencias políticas y una maestría en sociología.
Durante su tiempo en Stanford, fue un jugador destacado en el equipo de fútbol americano y participó activamente en proyectos de servicio comunitario.
Posteriormente, obtuvo una beca Rhodes para estudiar en la Universidad de Oxford, donde cursó Historia de los Estados Unidos.
Más tarde, obtuvo el título en derecho en la Universidad de Yale, donde continuó su activismo en comunidades de bajos recursos.
Tras graduarse, Booker se trasladó a Newark, Nueva Jersey, donde inició su carrera política con un enfoque en la vivienda asequible y la reforma educativa.
En 1998, fue elegido para el Concejo Municipal de Newark, desde donde impulsó iniciativas para mejorar la seguridad y las condiciones de vida en los barrios más necesarios.
En el 2006, se convirtió en alcalde de Newark, cargo en el que se destacó por atraer inversiones privadas a la ciudad, mejorar la educación pública y reducir la criminalidad, aunque sus políticas también generaron críticas y controversias.
En el 2013, Booker ganó una elección especial para ocupar un escaño en el Senado de Estados Unidos, convirtiéndose en el primer afroamericano en representar a Nueva Jersey en el Senado.
Desde entonces, ha sido reelegido y ha trabajado en temas como la justicia penal, el acceso a la salud, la protección del medio ambiente y la equidad económica. Es conocido por su estilo enérgico y su habilidad para conectarse con el público, además de su activa presencia en redes sociales.
En 2019, Booker lanzó su candidatura para la nominación presidencial demócrata en las elecciones del 2020, con un enfoque en la unidad y la justicia social. Sin embargo, se retiró de la contienda en enero del 2020 debido a la falta de apoyo en las encuestas y dificultades en la recaudación de fondos.