Después de casi tres años de una guerra de desgaste extenuante entre Rusia y Ucrania, y de 15 meses de bombardeos sin fin en Gaza por parte de Israel, que terminó extendiendo el conflicto hacia el Líbano para descabezar a Hezbolá, el mundo mira hacia el 2025 como un punto de quiebre para lograr un alto el fuego, sea en el este de Europa como en Medio Oriente.
La esperanza de lo que pueda pasar el próximo año va de la mano con las expectativas de las negociaciones, y lo que puedan ganar o perder en el terreno los contendientes. El devenir de estos conflictos bélicos dependerá ahora mucho más de la diplomacia que de las tácticas de guerra, pero, sobre todo, de la disposición que tenga un hombre: Donald Trump.
El presidente electo de Estados Unidos, quien regresará a la Casa Blanca el 20 de enero del año entrante, será el factor decisivo para lo que pueda pasar, y los apoyos que la nueva administración quiera dar a Ucrania, Rusia o Israel. Trump, como no puede ser de otra manera, quiere ser reconocido como el jefe de Estado que sí pudo encontrar una solución a conflictos tan complejos. Solo el tiempo dirá si efectivamente lo logra.
El momento de las concesiones
Tanto Vladimir Putin como Volodimir Zelenski saben que ya se tiene que encontrar una solución debido a la presión de su propia población, ante la cual no quieren mostrar una derrota. Sin embargo, los dos gobernantes no podrán salir enteramente satisfechos de un acuerdo en el que algo tendrán que ceder.
Putin no podrá colocar un gobierno prorruso en Kiev, que era su objetivo principal, pero puede negociar quedarse definitivamente con el territorio ucraniano que ya controla, que es alrededor del 20% del país vecino. Zelenski tiene más que perder pues su ejército no está en capacidad de recuperar el este del país, pero puede seguir siendo la pieza clave que las potencias occidentales necesitan para contener a Moscú. Sobre la mesa seguramente se negociará su entrada a la OTAN y a la Unión Europea y qué tanto apoyo continuará recibiendo de Estados Unidos, algo que está en juego con la llegada de Trump al poder.
“Habrá que esperar qué solución de negociación ofrece Trump a ambas partes, y si Rusia y Ucrania están dispuestos a aceptarla. Si no se llega a nada, y Trump sigue apoyando a Ucrania al nivel como lo ha hecho Joe Biden, entonces la guerra de desgaste podría seguir. Pero si Trump no está dispuesto a apoyar a Kiev y se desentiende del conflicto, dejará a Ucrania librada a su suerte y podría perder todavía más territorio”, comenta a El Comercio el analista internacional Roberto Heimovits.
Soldados fallecidos
150 mil soldados rusos han muerto en la guerra de Ucrania, según estimaciones de los medios independientes rusos Meduza y Mediazona. Del lado ucraniano habrían perecido cerca de 70 mil, aunque oficialmente se han declarado 43 mil soldados fallecidos.
Los republicanos han manifestado su oposición a seguir financiando la guerra, una postura que va acorde con la línea de Trump, pero la campaña electoral ya pasó y ahora el magnate deberá afrontar las cosas con mayor cabeza fría. Sobre todo porque abandonar a Ucrania supondría que Europa llene el vacío de Washington, algo que no ocurrirá, no solo por las inmensas diferencias militares, sino porque los países europeos están librando sus propias crisis políticas internas, como Francia y Alemania.
“Rusia llega a una mejor posición en el caso de una negociación porque controla unos 120 mil km2 de territorio ucraniano, mientras que Ucrania ha ocupado menos de 1.000 km2 de Rusia”, señala Heimovits.
Por eso, Zelenski sigue tratando de encandilar a Trump para que continúe apoyando a Ucrania, poniendo sobre la mesa el peligro que supone para Washington y Bruselas que Putin se salga con la suya, pues así podría volver a formar en su frontera occidental un muro de contención de países afines. Lo que está pasando en Georgia, Moldavia y Rumanía ya muestra que las fichas para Europa Occidental se vienen volteando.
Israel se empodera
Hasta hace unos meses, Israel parecía solo enfrascada en eliminar a la organización palestina Hamas, mientras seguía bombardeando sin cesar la franja de Gaza, donde ya han muerto más de 45 mil civiles. Pero el plan del primer ministro Benjamin Netanyahu era mayor y amplió sus objetivos a una guerra en dos frentes.
A inicios de octubre, las fuerzas militares israelíes emprendieron hacia el sur del Líbano iniciando una invasión corta pero eficaz, consiguiendo eliminar a las principales cabezas de Hezbolá, el grupo chiíta que junto con Hamás forma parte del Eje de la Resistencia iraní, además de otros grupos. Por ahora sigue vigente un alto el fuego establecido a fines de noviembre, pero se trata de una pausa frágil que puede romperse en cualquier momento.
En Gaza, la presión incesante sobre Hamas continúa, mientras que para este 2025 se espera un acuerdo que permita la liberación de los rehenes israelíes, algo que por ahora no se avizora en el corto plazo.
Las pérdidas en Israel y la franja de Gaza
- La guerra en la franja de Gaza se inició el 7 de octubre del 2023, cuando Hamas perpetró una masacre en Israel, matando a casi 1.200 israelíes, entre civiles y militares, y llevándose a 250 rehenes.
- Actualmente, Hamas tiene en su poder a 96 personas, pero no se sabe cuántos de ellos siguen vivos o si continúan en la Franja de Gaza.
- 45 mil palestinos han muerto en la Franja de Gaza y Cisjordania desde el 7 de octubre del 2023. Entre enero y noviembre del 2024 perecieron más de 28 mil personas.
“Hamas -que ha quedado muy disminuido por la muerte de sus principales líderes- apostó todo en esta guerra. Para asegurar su futuro tiene que obtener el mejor acuerdo posible para liberar a los rehenes israelíes y no presentarlo como una derrota. Pero ahí choca con el liderazgo político y militar israelí, que quiere la liberación de los rehenes, mas no a cualquier precio”, dice Heimotivs.
En la guerra, Netanyahu también se juega su supervivencia política y depende de su coalición con la ultraderecha para seguir al frente del Gobierno. Los colonos israelíes siguen construyendo asentamientos en Cisjordania, pese a las prohibiciones de los tratados internacionales, y hay varios miembros del gabinete israelí que exigen la ocupación militar definitiva de la franja de Gaza para asegurarse que Hamas no cometa ningún atentado contra Israel.
“Israel permanecerá en Gaza militarmente en el futuro previsible porque cualquier retirada conlleva el riesgo de que Hamas se reorganice. Israel cree que la única manera de mantener las ganancias militares es permaneciendo en Gaza”, ha dicho el analista palestino Ghassan al-Khatib a Reuters.
Las victorias militares de Israel en Gaza y el Líbano vienen apoyadas por un declive de la influencia de Irán, que ha visto mermado su liderazgo regional no solo por la presión hacia Hamas y Hezbolá, sino por la inesperada salida de uno de sus principales aliados: Bashar al Assad, el exdictador de Siria.
La llegada al poder del movimiento islamista sunita HTS viene reconfigurando el tablero del Medio Oriente, que ahora tiene un nuevo actor con el que también hay que negociar. Israel ha aprovechado el caos sirio para posicionarse en los Altos del Golán e incluso atacar algunas posiciones militares en el país.
Y acá el factor Trump vuelve a estar sobre la mesa. Si bien la administración Biden ha mostrado su apoyo irrestricto a Israel, el mandatario electo no quiere cargar con varias guerras a cuestas pese a que ha nombrado a funcionarios muy cercanos a la postura israelí. Pero también podría buscar un acuerdo que involucre a Arabia Saudita, un jugador regional clave que, a la vez, es el verdadero rival de Irán.
LAS GUERRAS OLVIDADAS
El 15 de abril del 2023 comenzó la guerra entre el ejército y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Desde entonces, el número de desplazados llega casi a los 9 millones, mientras que cerca de 19 mil han muerto, según cifras del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La guerra civil que estalló en el 2014 entre el gobierno y los rebeldes hutíes sigue estancada. Las negociaciones se suspendieron desde que se inició la guerra en Gaza, pues los hutíes son chiítas aliados de Irán. La crisis se atizó cuando lanzaron misiles contra Israel.
- REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO
El grupo rebelde M23 se enfrenta desde el 2022 al Ejército por el control del gobierno. Desde entonces, han capturado varias ciudades e incluso han rodeado la capital, Goma. Casi dos millones de personas se han visto desplazadas por la violencia, según la ONU.
La junta militar, que controla el país, se enfrenta a varios grupos étnicos y milicias prodemocráticas desde el golpe de Estado del 2021. Unos 6 mil civiles han muerto y más de 21 mil han sido detenidos de manera arbitraria, entre ellos la exministra y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.