A noviembre de este año, Venezuela exportó 921.000 barriles de petróleo por día, en lo que fue el tercer promedio más alto del año.
¡Gracias por suscribirte a Vuelta al Mundo!
Tu inscripción ha sido confirmada. Recibirás nuestro newsletter en tu correo electrónico. ¡Esperamos que disfrutes del contenido!
«,t.textContent=n,t.classList.replace(«cutter-nl__button–free»,»cutter-nl__button–subscribed»)):(i.innerHTML=»
Lamentamos verte partir.
Tu suscripción ha sido cancelada y ya no recibirás más nuestro newsletter en tu correo electrónico. Si cambias de opinión, siempre serás bienvenido de nuevo.
¡Gracias por habernos acompañado!
«,t.textContent=s,t.classList.replace(«cutter-nl__button–subscribed»,»cutter-nl__button–free»)),t.disabled=!1}),3e3):(window.tp.template.show({templateId:»OTFEJQDCHMFK»,displayMode:»modal»,showCloseButton:»true»}),setTimeout((()=>{t.disabled=!1,t.textContent=l}),3e3))}catch(e){console.log(«ERROR AL SUSCRIBIRSE O DESUSCRIBIRSE: «,e)}}))}else window.tp.pianoId.init({display:»modal»,loggedIn:function(e){const{firstName:t,lastName:s}=e.user||{}}}),t.addEventListener(«click»,(()=>{window.tp?.pianoId?.show({screen:»login»})}))}])}))}));const closeSubscribeModal=()=>{document.getElementById(«subscribe-modal»).innerHTML=»»};
Newsletter Vuelta al Mundo
MIRA TAMBIÉN: ¿Trump declaró la guerra a Venezuela? Lo que implica el bloqueo petrolero de EE.UU. que pone a Maduro al límite
Entre enero y octubre de este año, las ventas de crudo y productos petroleros de Venezuela alcanzaron unos 12.250 millones de dólares. Esta cifra representa una disminución de casi el 5 % frente al mismo período del 2024, a pesar de exportar un volumen ligeramente mayor. Esto se debe principalmente a un precio promedio más bajo del crudo en los mercados internacionales y a mayores descuentos aplicados en ventas a intermediarios.

Según el proyecto de presupuesto de Venezuela para el 2025, los ingresos petroleros representan el 53 % de los ingresos corrientes del Estado venezolano. Esa cifra está muy lejos del 95 % de las divisas por exportaciones que provenían del crudo hasta el 2017.
Las sanciones de Estados Unidos contra el petróleo venezolano operan como un cerco integral que va mucho más allá de una simple prohibición comercial. Se trata de un entramado de medidas financieras, legales y operativas diseñado para cerrar el acceso de Venezuela a los mercados, al sistema bancario y a las rutas de exportación.
En el plano financiero, PDVSA está excluida del sistema dominado por el dólar, con activos congelados y pagos bloqueados en bancos internacionales.
El segundo anillo del cerco apunta al transporte. Buques, navieras y aseguradoras que mueven crudo venezolano son incluidos en listas de sancionados, quedando fuera de los grandes puertos, del seguro marítimo y del financiamiento global. En la práctica, transportar petróleo venezolano se convierte en una actividad de alto riesgo.
A esto se suman las sanciones secundarias, una herramienta clave de Washington: empresas y actores extranjeros que compren, intermedien o financien petróleo venezolano pueden ser castigados, aun sin tener vínculo directo con Estados Unidos.
El esquema se completa con licencias temporales y reversibles, que permiten operaciones puntuales pero no restituyen el flujo normal de ingresos.
Con el último anuncio de Trump de un bloqueo total petrolero, las sanciones entran en una fase más dura: la amenaza de interdicción de buques y el cierre efectivo de las rutas marítimas.
¿Quiénes son los mayores compradores de Venezuela?
La industria petrolera venezolana ha orientado la mayor parte de sus envíos hacia muy pocos destinos, cuyos contratos y volúmenes de compra han sostenido al régimen de Maduro.
El mayor destino del crudo venezolano es China, que ha absorbido entre 400.000 y 740.000 barriles diarios, cifra que en meses recientes llegó a representar hasta 80 % del total de las exportaciones venezolanas de petróleo.
Ese volumen de crudo puede traducirse en ingresos que superan los miles de millones de dólares anuales.
El segundo mercado más importante es Estados Unidos, que ha registrado importaciones que han oscilado entre 120.000 y más de 200.000 barriles diarios en distintos tramos del 2025.
¿Cómo Estados Unidos compra el petróleo venezolano si está sancionado? La gigante Chevron es la única productora petrolera estadounidense que sigue activa en Venezuela, tras recibir una licencia bajo el mandato del expresidente Joe Biden en 2022 para operar en el país caribeño, licencia que fue renovada por Trump.
Las operaciones de Chevron constituyen casi una cuarta parte de la producción de petróleo de Venezuela. Esta empresa a menudo transporta el crudo a refinerías de Texas, Luisiana y Misisipi.
Otros mercados menores para el petróleo de Venezuela son Cuba e Irán.
Cómo funciona la «flota fantasma»
Venezuela sigue exportando petróleo pese a las sanciones de Estados Unidos mediante un esquema paralelo, opaco y de alto riesgo, construido para sortear controles financieros, marítimos y comerciales.
Para vender crudo, Venezuela depende de una red de petroleros sancionados o de difícil rastreo, conocidos como la “flota fantasma”. Estos buques serían más de 30.
Para no ser detectada, la “flota fantasma” apaga o manipula sus sistemas de rastreo. También cambian de nombre, bandera y propietario. Realizan transferencias de crudo en alta mar para ocultar el origen del petróleo. Bajo esa modalidad, se podría decir que el crudo venezolano sale del país, pero llega al mercado con otra identidad.
En cuanto al negocio, PDVSA rara vez vende directamente al comprador final. Para ello, usa empresas intermediarias registradas en terceros países. El petróleo pasa por varios contratos y reventas antes de llegar al destino final. Si bien ello diluye el rastreo legal, cada intermediario cobra su parte, reduciendo así el ingreso real de Venezuela.
Sobre los pagos, el dinero no fluye por la banca internacional convencional. Para cobrar su petróleo, Venezuela recurre a pagos en monedas distintas al dólar, compensaciones en especie (combustibles, alimentos, insumos, etc.), y a cuentas en jurisdicciones opacas o mecanismos no transparentes.
Para compensar el riesgo, el petróleo venezolano se vende con rebajas significativas respecto del precio internacional. Los compradores suelen imponen duras condiciones. Entonces, Venezuela pierde margen, pero mantiene flujo mínimo de ingresos.
Las consecuencias del bloqueo total
Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de la Universidad de Rice, le dice a El Comercio que el impacto del bloqueo petrolero total de Estados Unidos contra Venezuela dependerá, en gran medida, de qué tan estricta sea su aplicación
Monaldi indica que todavía no está claro si la medida se limitará a los buques ya sancionados o si se tratará de un bloqueo en sentido pleno, es decir, impedir la salida de cualquier cargamento de crudo venezolano.
“La diferencia es enorme”, explica Monaldi. Actualmente, sostiene, una parte importante de los buques que transportan petróleo venezolano hacia China ya está sancionada, principalmente por violar restricciones impuestas previamente a Irán y Rusia. De hecho, cerca de la mitad de los barcos que hoy operan en aguas venezolanas figuran en listas de sanciones, enfatiza.
Si la medida de Washington se limita solo a esos buques, el golpe sería relevante, pero menor al de un bloqueo total, manifiesta Monaldi. En ese escenario, Venezuela seguiría exportando petróleo mediante embarcaciones no sancionadas, aunque en condiciones mucho más desfavorables: mayores descuentos en el precio del crudo, peores condiciones de pago y mayores riesgos asumidos por PDVSA, lo que afectaría directamente el flujo de caja del régimen.
Sobre las exportaciones a pesar de las sanciones, Monaldi explica que Venezuela, al igual que Rusia e Irán, ha logrado sostener sus ventas de crudo gracias a la “flota fantasma”, una red de buques y empresas diseñadas para evadir las sanciones internacionales. “Estos barcos cambian de identidad, usan banderas falsas, apagan sus sistemas de rastreo, realizan trasvases de crudo en alta mar y ocultan el origen real del petróleo», detalla.
Así, gran parte del crudo de Venezuela termina en China, pero no figura oficialmente como venezolano. “China lo reporta como si proviniera de Malasia”, señala Monaldi. Esta sofisticación del mercado negro permite que las exportaciones continúen, aunque a costa de mayores descuentos y riesgos.
¿Y qué pasaría si Estados Unidos amplía la lista de buques sancionados para incrementar la presión sobre Venezuela? Monaldi refiere que el mercado negro suele adaptarse con rapidez: “surgen empresas fantasma que operan por semanas, toman un cargamento y desaparecen; barcos viejos, casi destinados a chatarra, son reutilizados tras cambiar nombre, pintura y documentación”.
¿El bloqueo total hará que China deje de comprar a Venezuela? Monaldi subraya que el impacto para China sería limitado, pues el crudo venezolano es una fracción menor de lo que importa ese país y representa menos del 1% del mercado petrolero global. Además, los principales beneficiarios son refinerías independientes, no las grandes empresas estatales chinas.
China, añade Monaldi, no está urgida de petróleo venezolano. El país cuenta con inventarios elevados y recibe abundante crudo ruso, redirigido en mayor volumen luego de que Estados Unidos presionara a la India para reducir sus compras a Moscú. En este contexto de sobreoferta global, la ausencia del crudo venezolano no generaría una crisis para Beijing.
Según Monaldi, el actual exceso de oferta en el mercado petrolero mundial es clave para entender la ofensiva de Washington. En otro contexto, un bloqueo de este tipo habría generado temores de un alza abrupta de precios, algo políticamente costoso para Estados Unidos. Hoy, ese riesgo es mucho menor.
No obstante, el escenario cambia si el bloqueo se ejecuta con presencia militar directa, elevando sustancialmente los riesgos para la flota fantasma. “Eso es algo que Estados Unidos difícilmente haría con Rusia o Irán, países con capacidad militar considerable”, explica. “Pero en el caso de Venezuela, la marina no tiene capacidad real para impedir un bloqueo de ese tipo”.
En cualquier variante, concluye Monaldi, el impacto para Venezuela será importante: menores precios, peores condiciones de venta y una probable caída de los volúmenes exportados, al menos en el corto plazo, aunque sin un colapso inmediato mientras el mercado negro siga encontrando vías para operar.




