Sábado, Noviembre 23

Este lunes 22 el canciller Javier González-Olaechea aseguró que el presidente de China, Xi Jinping, visitará nuestro país hacia finales de año para participar de la inauguración del megapuerto de Chancay -una obra a cargo de la empresa china Cosco Shipping- y de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).

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La visita de Xi demuestra, sin duda, la importancia que representa el Perú para los planes del gigante asiático en la región. Para ello solo basta con recordar que se espera que el megapuerto de Chancay se convierta en la principal conexión comercial de China en Sudamérica.

Sin embargo, como cada vez que un personaje de alto perfil llega a nuestro país, se espera que la visita de Xi traiga consigo un enorme despliegue de seguridad y protección para uno de los más importantes líderes del mundo.

Las distintas visitas de Xi al exterior han reflejado la rigurosidad con la que las agencias chinas prevén cada viaje, aunque en muchos casos esto ha llevado a serias interrupciones en la vida cotidiana de las ciudades que acogen al mandamás chino.

– Vehículos presidenciales –

A diferencia de otros jefes de Estado, como el caso estadounidense en el que el presidente tiene a su disposición el indestructible Air Force One, Xi suele viajar en un Boeing 747/400 operado por Air China, que cuando no está trasportando al líder del gigante asiático es utilizado para vuelos comerciales.

Ya en el país de destino, Xi tiene dos opciones: abordar un vehículo brindado por la nación anfitriona que cumpla con los requerimientos presentados previamente por la Oficina Central de Seguridad, la agencia responsable de resguardar a los altos funcionarios chinos; o por lo contrario, haber transportado hasta dicho país la imponente limosina blindada diseñada especialmente por la empresa Hongqi para el gobernante de turno.

Conocido como N701, el modelo presidencial es único en el mundo y, como es propio del hermetismo chino, sus características son consideradas secreto de Estado. Sin embargo, la limosina guarda una gran similitud con el modelo LS7, por lo que se sabe que sus dimensiones son de 5,7 metros de largo por 2,02 de ancho y casi dos metros de alto.

Se estima que tanto la carrocería como los cristales cuentan con un blindaje capaz de parar proyectiles de calibre 50, aumentando el peso de la máquina muy por encima de sus 3 toneladas originales.

Los ejes del vehículo, además, se encuentran más separados de lo usual para garantizar su estabilidad en altas velocidades. El vehículo de Xi, además, contaría con un motor V8 o V12, como los que utiliza la marca china para sus exclusivos modelos L7 y L5, lo cual es garantía de potencia pese al enorme peso.

El N701, además, cuenta con un sistema especial de comunicaciones que garantiza que Xi siempre esté conectado. El precio del vehículo se estima en unos 6 millones de dólares, por lo menos.

– Megadespliegues policiales –

Más allá de los autos, los viajes de Xi al extranjero conllevan un megadespliegue tanto de agentes chinos como de las autoridades del país que lo recibe.

Para comenzar, Xi es resguardado por el Regimiento Central de Guardias, el escuadrón más preparado de los 36 que componen la Oficina Central de Seguridad. Sus integrantes son agentes de élite seleccionados entre los grupos de Fuerzas Especiales del Ejército Popular de Liberación. Para llegar a trabajar junto a Xi, los agentes son investigados a profundidad y seleccionados por un comité especial del Partido Comunista Chino.

Durante su visita a Madrid en el 2018, por ejemplo, la Policía Nacional española tuvo que desplegar a decenas de oficiales en la ciudad semanas antes de su llegada. Una vez que Xi pisó suelo español, centenares de agentes de distintas agencias gubernamentales acompañaron al mandatario durante los 3 días que permaneció en la capital española.

Las medidas de seguridad, además, incluyeron el cierre de gran parte del centro de Madrid, lo que provocó un verdadero caos.

Desde que la pandemia de COVID-19 estalló a comienzos del 2020, Xi se mantuvo protegido en una burbuja sanitaria y las fronteras del país fueron cerradas. El 30 de junio del 2022 el líder chino saldría por primera vez del territorio continental y lo hizo para visitar la isla de Hong Kong.

En aquella oportunidad, Xi viajó a bordo de un tren de alta velocidad y sus dos días de visita estuvieron caracterizados por los rigurosos controles de seguridad instalados a lo largo de toda la excolonia británica.

En total, unos 11 mil agentes policiales fueron desplegados en Hong Kong, donde además fueron prohibidos los vuelos de drones mientras Xi estuviese en la isla, varios helicópteros se encargaron de vigilar desde el aire, mientras que barreras de 2 metros de altura fueron instaladas alrededor del hotel y el centro de convenciones en el que se presentaría el mandatario chino.

Las medidas, endurecidas tanto por un rebrote de COVID-19 como por las protestas separatistas surgidas un par de años antes en la isla, fueron tan rigurosas que los policías incluso aplicaron selladores entre los adoquines de las veredas para evitar que algún posible manifestante los rompiera y arrojara.

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