Las olas de calor que se han registrado en nuestro país han representado un verdadero desafío para la población en general, pues han llegado a afectarnos tanto de forma física como mental. Como bien sabemos, los niños son aún más vulnerables a sufrir de los efectos adversos del calor excesivo razón por la cual, el retorno a clases supone un reto tanto para los padres y el personal educativo. Estos últimos deben garantizar el bienestar integral de los menores mediante diversas medidas como una adecuada alimentación, tomando en cuenta que también son más propensos a contraer otras enfermedades durante su jornada escolar.
¿Cuáles son las principales condiciones de salud que pueden afectar a los niños en las escuelas?
Los niños pueden sufrir de deshidratación, agotamiento y golpe de calor, debido a las altas temperaturas que aún se mantienen en nuestro país. Por consiguiente, es fundamental que los docentes estén atentos a síntomas, como sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, sed intensa, sequedad en la boca, cansancio, debilidad, irritabilidad, piel roja, respiración y frecuencia cardíaca acelerada, dolores de cabeza, desorientación y confusión, precisó Carla Young, pediatra de la Clínica Internacional a Bienestar.
Además, las afecciones que generan una mayor preocupación, dada a su rápida propagación en ambientes cerrados, son las infecciones virales. Los síntomas típicos incluyen: fiebre, congestión nasal, dolor de cabeza, malestar general, dolor de garganta y tos. Sin embargo, las enfermedades más comunes que pueden contagiarse en las aulas son:
- Resfriado común: causado por virus que se propagan fácilmente en ambientes cerrados, con síntomas, como congestión nasal, estornudos, tos y malestar general.
- Gripe: otra infección viral que se transmite rápidamente en espacios concurridos, con síntomas más intensos que el resfriado, como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y fatiga.
- Gastroenteritis: infección intestinal, la cual es causada por virus o bacterias, con síntomas como diarrea, vómitos, dolor abdominal y deshidratación.
- Conjuntivitis: infección ocular contagiosa que puede propagarse fácilmente en los entornos escolares, causando enrojecimiento, picazón, secreción y sensibilidad a la luz en los ojos.
- Infecciones de garganta: como la faringitis estreptocócica, que puede transmitirse a través de las gotas respiratorias y el contacto directo, con síntomas como dolor de garganta, fiebre y dificultad para tragar.
¿Cómo proteger a los niños del contagio de enfermedades y de golpe de calor?
Desde luego, como recalcó Romy Mayta, médica ocupacional de B Braun, para poder proteger a los niños de estas enfermedades durante su estancia en el colegio, es necesario que los centros educativos cuenten con agua, desagüe y luz. Una vez que estos elementos están disponibles, lo que sigue es educar a los pequeños en higiene: correcto lavado de manos, uso de mascarillas si están resfriados o guardar reposo en casa hasta curarse, y en caso de que tengan deposiciones líquidas tendría que toman un rehidratante o una dieta que evite la deshidratación en el sistema digestivo. Adicionalmente, es crucial mantener una adecuada ventilación de las aulas de clase y los distintos espacios.
“De igual modo, la alimentación y la hidratación son esenciales para proteger a los niños del golpes de calor y prevenir enfermedades durante su jornada escolar. En definitiva, una dieta equilibrada y una adecuada ingesta de líquidos los ayudan a regular la temperatura corporal y fortalecen el sistema inmunológico, lo que es clave para enfrentar el calor y evitar contagiarse de alguna afección, además de mejorar el estado de ánimo, la memoria y la atención de los estudiantes”, señaló el nutricionista Luis Zambrano.
¿Qué alimentos y bebidas deben consumir los niños para estar protegidos del calor y otras enfermedades?
Ciertamente, una alimentación saludable y equilibrada impide que se produzca una deficiencia de vitaminas y minerales. Por ejemplo, podemos evitar que los niños desarrollen enfermedades como la anemia, la cual es causada por la falta de hierro. En general, una nutrición adecuada reduce la prevalencia de que contraigan enfermedades infecciosas o cualquier otro padecimiento, pues se logra un fortalecimiento del organismo en su totalidad.
“Por esta razón, los niños deben consumir alimentos ricos en agua, tales como frutas frescas (sandía, melón, mandarina y naranja), verduras (zanahorias y brócoli). Igualmente, alimentos con alto contenido de antioxidantes y vitaminas, como el kiwi y los vegetales de hoja verde (espinaca), puesto que son excelentes opciones para protegerse del calor y fortalecer el sistema inmunológico. Es fundamental tener en cuenta que, después de una actividad física intensa, los alumnos tienen que consumir alimentos y bebidas que los ayuden a reponer su energía y los líquidos perdidos, ya sean snacks saludables, como yogurt con frutas, sándwiches de pavo o pollo y verduras, plátano e ingerir mucha agua”, refirió el especialista.
Por su parte, Mayta destacó la importancia de consumir agua o agua en gelatina y rehidratantes orales, evitando las bebidas que contengan mucho azúcar, puesto que condicionan un círculo vicioso, produciéndoles más sed y un daño significativo en su salud.
¿Cómo fomentar una alimentación saludable en los estudiantes?
De acuerdo con el nutricionista, los padres y maestros pueden colaborar promoviendo loncheras más saludables, así como que en los quioscos de las escuelas se ofrezcan productos que aporten diversos nutrientes y favorezcan a la salud general de los niños. De igual forma, es necesario inculcarles a los alumnos sobre la importancia de una alimentación saludable.
“Los padres deben comprometerse y verificar qué tipo de alimentos se consumen en casa, procurando mantener una buena nutrición e hidratación basada en proteínas, vitaminas y minerales, mientras que, en las escuelas, también deben fomentar una alimentación saludable y reconocer a la comida chatarra como una opción nada favorable para la nutrición de sus estudiantes. En efecto, si un niño en casa sabe cómo comer, en el colegio podrá tomar mejores elecciones alimenticias y de esta manera, estar más protegido ante diversas enfermedades”, mencionó la médica de B Braun.
Tres consejos de lonchera saludable
Las loncheras saludables deben incluir una variedad de alimentos que proporcionen los nutrientes esenciales para el crecimiento y el desarrollo integral de los niños, además de ayudarlos a prevenir una serie de enfermedades y fomentar hábitos alimenticios más saludables desde una edad temprana. Por ello, Luis Zambrano recomendó las siguientes opciones:
Lonchera antianemia
- Torreja de sangrecita con pan
- Limonada
- Mandarina
Esta es una excelente fuente de hierro que les ayudará a prevenir la anemia y mantener sus niveles de energía. Es importante acompañarlo de una limonada que le aporta vitamina C, esencial para la absorción del hierro y una mandarina que le da un aporte extra de vitamina C y nutrientes. Podemos considerarla 2 veces por semana para la prevención de esta y otras enfermedad.
Lonchera para un niño con obesidad
- Agua
- Manzana / bastones de zanahoria
- Pan integral con pollo
Esta lonchera es una opción rica en fibra y proteínas que les ayudará a sentirse satisfechos por más tiempo. Los bastones de zanahoria son una excelente fuente de vitamina A, importante para la salud de la piel y la visión, y por supuesto, el agua los mantendrá hidratados.
Lonchera para niños en general
- Chicha morada o agua de maracuyá (bajo en azúcar)
- Choclo con queso
- Arándanos
En esta lonchera encontramos choclo con queso, una combinación rica en carbohidratos y proteínas que les brindará energía para sus actividades. La chicha morada y maracuyá importante para mantenerse hidratados y frescos. Mientras que, los arándanos son una de las frutas con una mayor cantidad de nutrientes, ya que son una buena fuente de fibra, vitamina C, vitamina K, manganeso y otras sustancias esenciales que mejoran el comportamiento del organismo.