En los primeros nueve meses del 2024, la región norteña tuvo fuertes caídas en la producción de cultivos importantes como el mango (-75,9%), y la uva (-76,7%), mientras que los volúmenes de arroz cáscara y el limón aún mostraron un crecimiento respecto al año anterior. Piura concentra el 67% de la producción anual de mango en el país [ver gráfico]. De mantenerse la misma tendencia hasta diciembre, este sería el segundo año consecutivo de contracción de la actividad agrícola en la región, tras un descenso de 7,2% en el 2023 asociado a El Niño costero y el ciclón Yaku. En aquel año, los cultivos de mango también cayeron en 29% y los de uva en 11%, respectivamente.
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Por su parte, Ica tampoco se ha recuperado de las malas condiciones heredadas del 2023 en dos de sus principales cultivos orientados al mercado mundial: los espárragos y las uvas. De enero a septiembre, la producción de los primeros aún ha estado un 20% por debajo del año anterior, mientras que la de uvas ha sido menor en 23%. En contraste, la producción regional de palta subió 60% en el mismo período. En el 2023, Ica produjo el 49% del volumen nacional de espárragos y el 54% de uvas, seguido por Piura.
A nivel nacional, 27 de los 71 principales productos agrícolas muestran un descenso respecto a los 9 primeros meses del 2023. Además del mango y la uva (cuyos volúmenes en el país cayeron en 62,1% y 27,8%) las principales reducciones se observan en cultivos como la aceituna (-77,4%), el frijol de grano seco (-47,4%), el pallar de grano seco (-26,8%), el orégano (-19,6%), las pecanas (-46,5%), el garbanzo (-41,9%) y las lentejas (-15%).
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Factores detrás
Para Angie Higuchi, profesora e investigadora del departamento de Administración de la Universidad del Pacífico, los eventos climáticos adversos de los últimos años han afectado el rendimiento de varios cultivos, especialmente en Piura e Ica, regiones donde el estrés hídrico ha empezado a cobrar relevancia. Advierte que esta afectación podría extenderse a cultivos como el arroz o el limón a inicios del verano.
“Actualmente no tenemos problemas con el mango tipo Edward, de consumo nacional, pero el tipo Kent de exportación ha pasado por etapa de segunda floración, pero no está floreando, se ha quedado chico. Eso va a afectar su rendimiento. En limón, el rendimiento [capacidad de producción por hectárea] podría caer hasta en 40%, [el limón] está amarillo y va a ser pequeño. Sin agua no hay cultivo, debemos empezar a concientizar sobre el uso del agua, cada vez se verá más mermado. Se va a priorizar el recurso humano y luego el agrícola, pero vas a tener menos rendimiento y con eso el precio puede subir”, explica.
Higuhi añade que las inundaciones, friajes y sequías han afectado principalmente al pequeño agricultor, que abastece en un 80% a las mesas peruanas. “El agroexportador va a sobrevivir, tienen pozo, técnicas (microaspersión, riego por goteo), pero el que sirve tu mesa son de secano [lluvias], no conocen otro tipo de cultivo. El Midagri tienen que poner su cuota para capacitarlos]”, anota.
Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), resalta además que el volumen o la producción física de los principales productos de la agroexportación no han aumentado respecto a años previos. “El 2023 pasamos los US$10.100 millones en agroexportaciones, que fue todo un récord; sin embargo, caímos 4,5% en toneladas producidas de esos mismos productos. Todas las comparaciones te llevan a que este año comparado con el año pasado, que ya era malo, se está produciendo menos en toneladas. Por ejemplo, la agroexportación en toneladas de enero a abril fue 19,8% menos que en el mismo período del año anterior. Lo importante no es crecer por factor precio, debes tener un equilibrio entre precio y cantidad″, señala.
Según el ejecutivo, el agro viene siendo afectado por factores climatológicos, pero también por temas regulatorios que aumentan los sobrecostos del sector, especialmente en pequeños productores. Dentro de estos, destaca la actual ley de promoción agraria y una posible subida de las remuneración mínima vital en el agro.
“Un tema estructura es la ley agraria, porque un sector que no tiene nueva inversión está condenado a desaparecer. Que se hagan una serie de reformas regulatorias y una serie de infraestructuras para bajar los costos logísticos” opina.