
A hora y media del centro de Piura, en el distrito de Buenos Aires, la educación ha sido siempre un desafío. Durante años, los estudiantes del Colegio Buenos Aires tuvieron que enfrentarse a condiciones precarias, con aulas inadecuadas y peligros constantes. Sin embargo, la historia ha dado un giro, pues gracias a una obra ejecutada por la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), la comunidad educativa estrenará, en este 2025, una nueva edificación que no solo ha transformado los espacios, sino que renueva la esperanza de cientos de niños y sus familias.
Después de tres largos años de espera, más de 200 estudiantes del Colegio Buenos Aires podrán disfrutar de instalaciones modernas, seguras e inclusivas, para tener mejores oportunidades de aprendizaje. Este cambio ha sido posible gracias a un proyecto ejecutado por la Autoridad Nacional de Infraestructura con una inversión superior a los 26 millones de soles, marcando un antes y un después en la educación de esta zona rural de Piura.
Un colegio que sí motiva a aprender
El nuevo colegio cuenta con ocho aulas completamente equipadas, una sala de innovación pedagógica, una biblioteca, una sala de usos múltiples, dos patios techados y un biohuerto. Todo ha sido diseñado no solo para mejorar la enseñanza, sino también para crear un entorno más inclusivo y motivador.
La emoción entre los estudiantes es evidente. Alejandra Benítez, una de las alumnas, cuenta con alegría su primera impresión al ver su colegio renovado. “Llegué a las 8 y media y cuando lo vi me sentí feliz porque está muy bonito”, señaló la pequeña de 9 años.
Para Alessia Varillas, los colores y el diseño de las aulas hicieron que todo se sintiera diferente:
“Lo vi por primera vez y me emocionó porque está bien bonito, los colores me gustan mucho”, expresaba mientras no dejaba de admirar la gran variedad de flores que veía en el jardín.
Más allá de lo visual, esta nueva infraestructura brinda seguridad. A diferencia del antiguo colegio, donde los pisos se inundaban y los padres debían secarlos con escobas, ahora los estudiantes cuentan con aulas seguras, ventiladas y con estructuras sismorresistentes, un elemento crucial en una región con actividad sísmica frecuente.
El cambio es inmenso. Melissa Chévez, madre de familia y ex alumna del viejo colegio “Buenos aires”, recuerda lo poco que tenían y ve con entusiasmo lo que esta nueva infraestructura le ofrecerá a su hija Sofía. “Para mí es un orgullo y una satisfacción enorme que hoy en día estemos con una nueva infraestructura, muy amplia, muy hermosa.”
El colegio Buenos Aires no solo es un edificio, es un símbolo de lo que significa invertir en educación en zonas vulnerables. Un entorno adecuado puede ser la clave para reducir la deserción escolar, mejorar el rendimiento académico y garantizar un futuro mejor para los niños de Morropón.
Esta obra es parte de un esfuerzo mayor por mejorar la calidad educativa en el país. Solansh Noel, gestora comunitaria de la institución, destaca el impacto directo en la vida de los estudiantes. “Tener una infraestructura como esta, con mucha más ventilación, va a motivar a los estudiantes, va a disminuir la deserción escolar y el ausentismo docente. La calidad de vida de los estudiantes va a mejorar, lo que incide directamente en su rendimiento académico”, señaló
Además de ofrecer espacios modernos, el nuevo colegio abre oportunidades que antes eran impensables en la zona. Con la implementación de una sala de cómputo, los estudiantes podrán desarrollar habilidades digitales, mientras que el biohuerto fomentará la conciencia ambiental desde temprana edad.
Desde la ANIN, se enfatiza que la transformación del Colegio Buenos Aires es un claro ejemplo de cómo una infraestructura adecuada puede cambiar vidas. Hoy, más de 200 niños tienen un nuevo motivo para soñar y construir un mejor futuro. Esta es una historia de esfuerzo, esperanza y compromiso con la educación, que demuestra que cuando se invierte en los niños, se invierte en el futuro del país.