Jueves, Marzo 20

Este jueves, los vecinos altiplánicos se medirán en la cancha por las Eliminatorias de la Copa del Mundo. Sin embargo, en el plano económico, Perú y Bolivia también han enfrentado desafíos. La crisis económica desencadenada a causa de la pandemia del COVID-19 transformó la vida de las personas y dejó una huella profunda en la economía global ¿De qué manera han respondido las economías para superar sus retos? Descúbrelo a través de 5 indicadores económicos.

1. Crecimiento económico

Perú y Bolivia enfrentaron un fuerte shock económico a raíz de la crisis provocada de la pandemia del COVID-19, registrando recesiones profundas marcadas en 2020 (ver gráfico 1). Según datos del FMI (2024), Perú sufrió una de las caídas más pronunciadas de la región, con un Producto Bruto Interno (PBI) que se desplomó un 10,9%, mientras que Bolivia experimentó una contracción del 8,7% (ver periodo resaltado en el gráfico).

Sin embargo, la recuperación en 2021 mostró caminos distintos: Perú logró un rebote importante de 13,4% y recuperó los niveles de producción previos a la pandemia. Bolivia, por su parte, tuvo un crecimiento de 6,1% y no alcanzó a contrarrestar del todo los efectos de la crisis.

La capacidad macroeconómica fue fundamental para el rebote, junto a la solidez fiscal y monetaria. Estos factores fueron clave para que el Perú pueda desplegar un programa amplio de soporte de la economía”, sostiene Víctor Fuentes, gerente de políticas públicas del Instituto Peruano de Economía (IPE).

Entre 2022 y 2024, la economía peruana mostró señales de inestabilidad, con un avance del 2,7% en 2022, seguida de una caída del 0,6% en 2023 y una posterior recuperación del 3% en 2024. Por su parte, Bolivia experimentó una desaceleración constante en su crecimiento, pasando de un 3,6% en 2022 a un modesto 1,6% en 2024.

Según Fuentes, durante este período el Perú pudo haber crecido más, pero se desaprovechó el contexto de altos precios de los minerales, principalmente debido a factores políticos, burocráticos y de conflictividad social.

Según estimaciones del FMI, se espera que Perú pueda alcanzar un crecimiento de 2.6% para 2025, mientras que el escenario proyectado para Bolivia es ligeramente menor: 2.2%.

2. PBI per cápita

Según datos del FMI (2024), Perú y Bolivia exhiben una marcada brecha en el PBI per cápita (ver gráfico 2), una diferencia que se ha ampliado durante la última década y ha profundizado las desigualdades de ingreso entre ambos países. Para 2025, se proyecta que el PBI per cápita de Perú alcance los US$8,570, más del doble de los US$4,121 estimados para el país vecino.

Si bien la diferencia en este indicador es contundente, es preciso comprender que Perú es un país con brechas económicas y de infraestructuras importantes entre Lima y las regiones del interior del país. Es importante complejizar el análisis e incluir estas variables en el análisis, si lo que queremos evaluar es la calidad de vida de la población”, sostiene Tassha Rivera Guevara, economista y especialista en políticas públicas.

3. Inflación

En el periodo prepandemia, Perú y Bolivia registraron una inflación baja. Mientras Perú lograba alcanzar tasas de inflación de entre el 1% y 3% a Bolivia alcanzaba niveles aún menores, cercanos al 1%.

No obstante, Fuentes comenta que las tasas de inflación bolivianas durante este periodo tenían un carácter artificial, ya que dependían de subsidios gubernamentales que ocultaban las verdaderas presiones inflacionarias.

Sin embargo, tras la crisis del COVID-19, ambos países enfrentaron alzas significativas: Perú vio su inflación dispararse, registrando 6,4% en 2021 y 8,5% en 2022. Por su parte, Bolivia alcanzó un 3,1% en 2022, el más alto registro desde 2016, a pesar de mantener un esquema de tipo de cambio fijo (ver gráfico 3).

Según sostiene un informe del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), Bolivia se habría convertido en importador neto de energía a causa de la caída de sus reservas de gas. Esto debido, principalmente, a la ausencia de proyectos de exploración, sumado a la explotación desenfrenada del recurso.

Los ingresos provenientes a razón de la exportación del gas natural contribuyeron significativamente a mantener niveles de inflación artificiales por casi una década”, menciona Fuentes.

En los últimos años, Perú logró desacelerar notablemente su inflación, pasando 3,2% en 2023 a 2,4% en 2024 (ver gráfico 3). Bolivia, en cambio, registró un 6% de inflación en 2024 y el FMI estima que esta alcanzará los dos dígitos en 2025.

Puedes comparar la inflación anual para cada uno de los países en el siguiente gráfico:

4. Desempleo

Perú y Bolivia aún enfrentan grandes dificultades para formalizar el empleo, pues mantienen altos niveles de informalidad en sus economías. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), En 2023, Bolivia registró una tasa de informalidad de 80,8%, mientras que Perú también registró una cifra alta, un 71.1%. La OIT sostiene que estas cifras reflejan el gran desafío que enfrentan ambos países para integrar a sus trabajadores al mercado formal.

En cuanto al desempleo, Perú ha mostrado históricamente tasas más altas que Bolivia, una brecha que se acentuó durante la crisis del COVID, en 2020, cuando Perú alcanzó una tasa de desempleo de 13%, frente al 8.3% de Bolivia (ver gráfico 4).

Si bien la recuperación de la crisis generada por la pandemia ha sido notable en términos de empleo, el Perú aún mantiene tasas de desempleo superiores a las de su vecino altiplánico.

Asimismo, la proyección del FMI estima escenarios diferentes para Perú y Bolivia. Para el primero, se prevé una ligera bajada de la inflación hasta 6.5%. No obstante, se espera que Bolivia tenga un ligero aumento en la tasa de desempleo, que alcanzaría el 5.1%.

5. Deuda pública

A pesar de ser vecinos, Perú y Bolivia enfrentan escenarios completamente opuestos en relación al manejo de su deuda pública. Según el FMI (2024), en la última década, Bolivia ha experimentado un aumento significativo en su deuda pública, pasando del 37,6% en 2014 al 93,9% en 2024.

Al respecto, Rivera sostiene que los elevados niveles de deuda en una economía pequeña como la boliviana representan una condición de riesgo, cuyos primeros estragos ya están empezando a notarse con la escasez de dólares y el empleo del sol peruano como refugio de valor por parte de los Bolivianos.

En contraste, Perú registra niveles de deuda mejor controlados, pasando del 20.5% en el 2014 al 35.3% en 2024 (ver gráfico 5). Según Fuentes, mantener márgenes controlados de deuda le otorga al Perú un margen de maniobra más amplio para responder a desafíos económicos.

Asimismo, el economista agrega que la diferencia radica en los enfoques de gestión: mientras el Perú se basa en reglas fiscales estrictas y una prohibición constitucional que impide al Banco Central de Reserva financiar déficits del gobierno, Bolivia, en la práctica, permite un mayor margen de discrecionalidad política.

Como consecuencia de la financiación de los déficits del gobierno y la pérdida de credibilidad del Banco Central boliviano, el mercado castiga a Bolivia con tasas de interés exorbitantes. Esto ha causado que el Estado Boliviano, en un contexto dónde además sus reservas de gas están en mínimos, es inevitable que los servicios públicos y la calidad de vida del pueblo boliviano no se vean perjudicados”, menciona Fuentes.

Puedes comparar el crecimiento de la deuda pública de ambos países en el siguiente gráfico:

Bonus track: Crecimiento poblacional

En la última década, Perú y Bolivia han mostrado cambios notables en sus tasas de crecimiento poblacional. Hasta 2018, Perú mantenía una tendencia al alza, con niveles de crecimiento poblacionales cercanos al 2%. No obstante, en los últimos años, esta cifra se ha reducido de forma consistente hasta alcanzar el 1%, un valor que refleja un crecimiento significativamente más bajo (ver gráfico 6).

Por su parte, Bolivia ha exhibido una dinámica más estable, aunque con ligeras disminuciones, manteniendo tasas entre 1.5% y 1.3% en los últimos cuatro años, ligeramente superiores a las del Perú en este periodo. Las tendencias de crecimiento poblacional pueden compararse en el siguiente gráfico:

Consenso de los expertos

Tanto Fuentes como Rivera, manifestaron que las medidas proteccionistas e intervencionistas, tales como los subsidios masivos, el control estatal de la producción del gas natural y el tipo de cambio fijo, siempre generan escenarios no deseados en el largo plazo. Asimismo, destacaron reafirmaron la solidez macroeconómica y disciplina fiscal del Perú como uno de los principales pilares de nuestra economía.

“El control de precios fracasó en la antigua Roma, luego en Perú en los 80s, incluso en Argentina y ahora en Bolivia: La estrategia del estado empresario tratando de controlar la economía, tarde o temprano, siempre fracasa”, acota Fuentes.

Esta publicación está principalmente basada en datos del World Economic Outlook (WEO) publicado en Octubre 2024 por el Fondo Monetario Internacional.

– Se optó por usar de referencia una fuente supranacional para garantizar una comparación objetiva, ya que, a diferencia de Perú, Bolivia no ofrece fácil acceso a mediciones internas, lo que dificulta el uso de fuentes locales.

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