Fue un partido “ardorosamente diputado”, así lo calificó el enviado especial de El Comercio, el periodista deportivo “El Tigre” Mario Fernández. Fue también una Copa América especial: ese año era la XXXIII edición y se volvía a jugar en un solo país luego de 28 años (la última vez había ocurrido en 1959).
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La Commebol determinó que Argentina sea la sede del evento deportivo, y ese solo hecho hizo recordar a muchos peruanos la buena campaña mundialista de 1978 del Perú en esas tierras (salvo obviamente la goleada con el anfitrión). Eran los mismos escenarios del Mundial de 1978.
Pero el hecho de que fuera en un solo país no fue el único cambio. Considerada como la “Primera Copa Moderna”, esa versión del 87 consideró obligatoria la presencia de los diez equipos pertenecientes a la Conmebol. Asimismo, fue completamente televisado en vivo y en directo, no solo en toda Sudamérica sino también en América del Norte y Europa.
El Estadio Monumental de River Plate estaba repleto de hinchas argentinos, que esperaban disfrutar de su equipo en una competencia continental luego de su hazaña en el mundial de México 86. En los albicelestes brillaba como nadie el ‘pibe de oro’ Maradona, el mejor 10 del mundo de esos años. Estaba en su mejor momento, y Carlos Salvador Bilardo era el inamovible director técnico de esa escuadra.
Perú jugó con agallas, con eso que los equipos nobles y recios tienen dentro de sí: una mística de juego y un pundonor a prueba de patadas y choques. Con toda la presión que uno se puede imaginar, el equipo del DT Fernando ‘El Gato’ Cuéllar sostuvo el empate hasta el pitazo final.
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Había unos 40 mil espectadores en el estadio bonaerense. El árbitro colombiano Armando Pérez Hoyos dirigió el choque peruano-argentino. La escuadra inca hizo alinear en el arco a José ‘Caico’ Gonzales Ganoza; en la defensa estaban Jorge Olaechea, Pedro Requena, Leo Rojas y Cédric Vásquez. En el mediocampo: Luis Reyna, Javier Chirinos, Jorge Hirano, Roberto Martínez y Julio César Uribe; y como único delantero, Franco Navarro.
En tanto, los locales presentaban en el arco a Luis Islas y en la defensa a José Luis Brown, Óscar Ruggeri, Julio Olarticoechea y José Luis Cucciufo. Los mediocampistas Sergio Batista, Ricardo Giusti, Diego Armando Maradona y Carlos Tapia. Arriba, en el ataque: Roque Alfaro y José Alberto Percudani.
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En el primer tiempo no se hicieron nada en goles, pero cada balón se disputaba a muerte. Intenso, duro y técnico, una combinación que solo un partido entre peruanos y argentinos podía otorgar a los espectadores y teleespectadores de América y el mundo.
El Perú entero estaba paralizado. Para entonces, la afición peruana esperaba mucho de su selección en tierras gauchas. Y es que estaban a solo 18 años de la proeza de la ‘Bombonera’ del 69, el coloso de Boca Junior (para el mundial México 70), y a solo un año de otro gran partido como fue el de junio de 1985 por las eliminatorias a México 86, donde quedó 2 a 2 también en el Estadio Monumental. Muchos de estos últimos protagonistas volvían a verse las caras.
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Especialmente, Diego Maradona y Luis Reyna. La ‘marca’ personal del peruano al ‘pibe de oro’ era muy recordada aun. Y justamente estos dos jugadores fueron los que anotarían en el partido de apertura de la Copa América 1987.
Con un primer tiempo muy disputado, pero sin goles, debimos esperar al minuto 2′ del segundo tiempo para ver a Maradona anotar en el arco de ‘Caico’. Perú, no se quedó atrás, y con empuje llegó a empatar por medio de Reyna a los 14′ minutos de ese periodo final.
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A los 21′ minutos, ya con el empate en el bolsillo, entró en la selección del Perú, Eugenio La Rosa por un joven Roberto Martínez. Dos minutos después, Julio César Uribe y Sergio Batista fueron expulsados, tras un fuerte encontronazo. Ya era para entonces un partido de alto voltaje. Y es que el local no quería perder y menos en la inauguración de su Copa América.
Además de ese equipo que paró Cuéllar en el Monumental, en la banca tenía a grandes jugadores como Eduardo Malásquez. Asimismo, pasó algo inusual: el ‘Gato’ Cuéllar hizo debutar en ese partido caliente a tres jugadores de la categoría Sub-20: Roberto Martínez, Percy Olivares y José “Chemo” del Solar, incluso tuvo minutos Juan Reynoso, con 17 años.
Perú formó el grupo A, junto con Argentina y Ecuador. Solo clasificaba uno. Tarea difícil. La bicolor empató con competencia ante los locales gauchos 1 a 1. Pero la diferencia fue que, mientras los periuanos, el 4 de julio, solo empataron 1 a 1 con los ecuatorianos; los argentinos se impusieron a ellos por 3 a 0. Argentina pasó a la siguiente fase.
La Copa América se jugó entre ese 27 de junio inolvidable y el 12 de julio de 1987. El campeón no fue ni por asomo ese potente equipo argentino (no quedó ni entre los tres primeros; fue cuarto) sino el aguerrido Uruguay, el equipo charrúa de Francescoli, Bengoechea y Perdomo. Ellos eran los campeones de América, certamen que habían ganado también en 1983.
De esta forma, Perú solo jugó dos partidos en esa histórica Copa América ochentera, pero por mucho tiempo quedó el buen sabor de no dejar a Argentina, la campeona mundial, vanagloriarse de habernos derrotado en su estadio y con toda su gente.
Mientras tanto, ese mismo día del juego inolvidable entre albicelestes y blanquirrojos en el Monumental, en algún lugar de Rosario, Argentina, la familia Messi andaba arropando al pequeño Lionel, que había nacido tres días antes de ese partido de la Copa América. Pero, esa es otra historia.
