Dime entonces, ¿qué es lo que realmente quisieras hacer con tu vida? ¿hasta dónde quieres llegar? ¿Quién quieres ser cuando lo consigas?
Cuando les hago estas preguntas la mayoría de las personas empalidece: casi nadie tiene una respuesta clara que ofrecerme. Muchos quizá no se las han planteado antes, pero también hay quienes nunca creyeron que tenían la opción o el “derecho” de planteárselas. A algunos les han repetido desde chicos que deben conformarse y recibir nomas lo que la vida les va trayendo, que eso es lo que hay, que para qué pedir o esperar más.
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Trabajando con personas exitosas en distintos rubros, he aprendido que muchas veces gran parte de su éxito viene justamente de saber claramente qué quieren hacer o lograr, hasta donde quieren llegar y por supuesto, quiénes quieren ser. Los veo conscientes que tienen la posibilidad de crear su futuro luego de imaginarlo, de hacer planes para conseguirlos y los veo poner todo su empeño, foco y dedicación en hacerlos realidad. Se ponen objetivos, se planean una misión para su vida con una visión de futuro clara, ambiciosa y emocionante y tienen un propósito que los convoca, moviliza y saca de la cama con ilusión en las mañanas. Salen cada día dispuestos a encaminarse un poco más cerca de esas metas que han soñado y visualizado.
Uno de ellos me comentaba hace poco la pena grande que siente por quienes creen que los sueños son algo que solo pasa cuando uno duerme, restándose así toda posibilidad de atreverse a tenerlos, de visualizarlos para empezar a hacerlos realidad. Que eso sucede, me decía, quizá por falta de fe en el proceso mismo de crear sus propias posibilidades y oportunidades empezando por soñarlas. Que no se creen capaces de poder inventar su futuro. Muchos no tienen confianza en sí mismos y menos en su capacidad de hacerlos realidad a punta de trabajo, fuerza y tesón.
¿A dónde voy con todo esto? Estamos próximos a decidir democráticamente sobre el futuro de nuestro país y hasta el momento no escucho a nadie que proponga una visión que inspire, un sueño que pueda movilizarnos para creer y construir juntos ese futuro al que queremos llegar con ilusión y entusiasmo. No veo a nadie concentrado en soñar el futuro del país y de los peruanos y proponerlo de manera coherente y ordenada, más allá de propuestas populistas o slogans que nada dicen. Todos critican al rival, todos se pierden en el pasado, en banalidades, en diagnóstico tras diagnostico buscando culpables y sin nada que aportar.
¿Hay alguien soñando con un país con oportunidades para todos? ¿Planeando indicadores medibles de cómo se ve ese sueño que ha visualizado? Si lo están haciendo, no nos hemos enterado. Como peruanos tenemos el derecho y la obligación de exigir mejores sueños para el país, con visiones con más ambición de prosperidad y oportunidades para todos. Y por supuesto, que nos digan concretamente cómo lo lograrán. Queremos inspirarnos, necesitamos poder visualizar un futuro mejor para el país. Y por eso la pregunta: ¿Perú, hasta donde quieres llegar?













