Jueves, Diciembre 26

¿Será cierto que un plan nutricional bien diseñado puede lograr grandes cambios a favor de la salud de nuestros pacientes? Yo diría que sí. Un ejemplo claro son los sistemas de alimentación donde se lleva al máximo el trabajo de la mitocondria, una organela que funciona como un “horno” dentro de nuestras células, buscando activar la cetosis celular. Esta activa los mecanismos de quema de grasa en todas las células y tejidos.

La cetosis se logra consumiendo exclusivamente alimentos proteicos a lo largo del día, junto con grasas saludables que, además, mantienen la función de la membrana celular al 100%. La membrana celular, que es la puerta de entrada a las células, permite el ingreso de nutrientes, péptidos, aminoácidos y oxígeno, además de facilitar el ensamblaje de neurotransmisores como la serotonina, conocida como el neurotransmisor de la felicidad y el placer.

Las comidas durante el día deben estar basadas en pescado, pollo, pavo, huevos, atún y carne, acompañadas preferentemente de vegetales verdes y aceite de oliva. Por ejemplo, una persona que pesa 60 kilos debe consumir 1.2 gramos de proteína por kilo de peso al día, además de verduras. La excepción es la fruta, que debe ser de índice glucémico bajo y consumirse únicamente entre las 6 y las 8 a.m. para aprovechar su efecto “barrendero”, que ayuda a mantener limpio el colon. Frutas como la papaya son una excelente opción.

Las grasas saludables del día incluyen palta, pecanas, castañas, maní y almendras, siempre que sean de procedencia natural, no embolsadas ni con sodio añadido. Este último detalle es clave, ya que eliminar el sodio de la dieta puede ofrecer mejores resultados para perder peso en tiempo récord.

Es importante recordar que los carbohidratos estimulan al páncreas a segregar insulina, lo que activa el “modo ahorro energético” y dificulta la quema de grasas acumuladas, especialmente en áreas como la cadera alta, abdomen, glúteos, aductores, espalda y piernas. Este tipo de tejido graso suele estar acompañado de fibrosis, lo que genera la apariencia de piel de naranja.

Por último, es fundamental realizar actividad física durante estos diez días para complementar el plan nutricional. Esto no solo mejorará tu imagen, sino que también ayudará a proteger las rodillas, tobillos y la columna lumbar. La funcionalidad es parte de la vitalidad que buscamos alcanzar.

Usa tu fuerza de voluntad para combatir el apetito por los carbohidratos y recuerda que este tipo de planes son temporales y deben ajustarse según los resultados. ¡La clave está en empezar con decisión y mantener el compromiso!

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