
- ¿Ves eso? Esperan una hora para subir. Hay 15 metros desde la punta del tobogán hasta la piscina, una gran caída. Los que están cerca, terminan empapados. La gente paga por ello y necesito eso: que salpiques, Sonny. Tenemos que vender boletos.
- Anthony, trato de ayudarte a lograrlo, a mí manera…
- Puedes ayudarme salpicando y si no puedes, tendré que hacerlo yo mismo. No quiero tener que hacer eso, Sonny.
- Para qué quede claro, amenazas con despedirme, ¿no?
- Hablemos del Draft…
La película (Decisión Final, 2014) muestra la conversación entre Anthony Molina, el dueño de los Cleveland Browns, con Sonny Weaver Jr., el gerente general del equipo, a horas del inicio del Draft de la NFL de aquel año. Mientras Molina deseaba al jugador más popular, Weaver buscaba el engranaje necesario para que se amolde a su equipo. Hoy día, la escena de ficción puede ser reflejo de lo que pasa en la realidad en muchas oficinas deportivas.
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Cinco años después y en otra disciplina, Sam Presti, gerente general del Oklahoma City Thunder, visionó a su manera el Draft, escogió cada una de sus piezas y vio el futuro cuando la mayoría de los especialistas, fanáticos y ciudad miraba un nuevo fracaso de su lado: intercambió a Paul George a Los Angeles Clippers a cambio de Shai Gilgeous-Alexander, Danilo Gallinari y cinco primeras selecciones, que dieron pie –contra pronóstico- a la reconstrucción del equipo más joven, que logró el segundo título de su historia (Seattle Supersonics, 1979) en la NBA. Anoche, en el séptimo juego en casa, derrotaron por 103 a 91 a Indiana Pacers y se coronaron como los nuevos monarcas.
En el seno del mejor básquet del mundo, dicen que es quien tiene el mejor ojo para el talento y que apuesta a largo plazo, mientras que varios de sus colegas pretenden ‘salpicar y vender boletos’ para la temporada, a cambio de acumular súper estrellas en sus plantillas.
Tras su primera construcción del Thunder, Presti, de 47 años, pasó de escoger al mejor talento a los más idóneos en función del juego y la necesidad de la franquicia. Para el 2007, 2008 y 2009, seleccionó a Kevin Durant, Russell Westbrook, Serge Ibaka y James Harden, una generación de jugadores que parecía estar destinada a crear una dinastía en Oklahoma, pero que terminó separándose sin pena ni gloria y con destinos diferentes en sus carreras.
En el camino, con el pasar de los años, Presti mutó, volvió a los orígenes y cambió a lo que le entusiasmaba en el básquet: jugadores de carácter y con la inteligencia necesaria para priorizar el trabajo en equipo por encima de estadísticas individuales como sus predecesores.
Presti se guío en tres aspectos: inclinar su balanza a favor del Draft para tener las mayores opciones posibles, buscar el entrenador adecuado y redoblar su apuesta personal.
La lotería del Draft y su apuesta personal
Su ideal platónico no se parecía en nada a su propio equipo de aquel entonces, pero sí al de su mentor: los San Antonio Spurs de Gregg Popovich, que arrasaron con él y el Thunder en las finales de Conferencia del 2014. Con una idea en mente, Presti puso manos a la obra: con el traspaso de George a los Clippers en 2019, trajo a Gilgeous-Alexander de Los Ángeles. Shai fue el primero de un quinteto de campeonato para adentrarse a jugar la lotería con el Draft: 16 opciones entre el 2021 y 2024 entre primera y segunda ronda. Nada mal, ¿no? Boston Celtics, por ejemplo, tuvo 5.
Antes, Presti escogió a Luguent Dort para la G League el mismo año (2019), luego de que el basquetbolista no encontrara equipo en dicho Draft. Dos años después (2021) fue el turno de Aaron Wiggins en la posición 55, para luego dar con Chet Holmgren y Jalen Williams en la segunda y duodécima posición del Draft del 2022. Y, posteriormente, consiguió a Cason Wallace (12 del Draft), tras un intercambio con los Dallas Mavericks. En total, cinco de sus selecciones jugaron las finales de la NBA ante los Indiana Pacers. Pero ¿ahí queda la cuestión? Pues no…
El Thunder tendrá dos selecciones de primera ronda (15 y 24) para el 2025, probablemente tres en el 2026 y aún le quedan dos para el 2027 y 2029. Asimismo, también cuentan con el intercambio de selecciones con los Mavericks en el 2028 y uno con los Clippers para el 2027.
En otras palabras, podemos estar viendo el inicio de una nueva dinastía en la NBA.

El factor técnico
La solución no solo llega de los picks, sino también de la cabeza técnica. Presti le dio cinco años de formación de Mark Daigneault, de 40 años, en la G League. “Cuando empecé como entrenador principal, ya llevaba seis años en la organización”, indicó el actual entrenador del Thunder. “Nos habíamos visto durante mucho tiempo en muchas diferentes situaciones (con Presti), así que no había proceso nuevo en la relación. Era la continuación que ya teníamos. La comunicación entre ambos es esencial y creo que esa comodidad contribuyó a ello”, agregó el vigente campeón de NBA, quien también goza de la simpatía del vestuario.
Daigneault se mantiene en sintonía con la cultura del vestuario: rap, redes sociales, memes y todo ello fortalece la conexión y química en el banquillo. Sus jugadores admiran su inteligencia estratégica para marcar la diferencia en el juego, pero, sobre todo, como escucha a los suyos, fomenta sus opiniones en espacios abiertos y cerrados para una relación transparente en el día. “Nunca he tenido una relación tan profesional con un entrenador como la que tengo con él”, aseguró Shai sobre él.
Y, claro, también, es obra de Presti. Ahora, su techo es enorme.
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