
El incidente fue inicialmente corroborado mediante el sistema oficial de avisos aeronáuticos (NOTAMs) de la FAA, en su portal FAA NOTAM Search, utilizado internacionalmente para reportar restricciones o fallas en aeropuertos.
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A través de redes sociales, varios usuarios expresaron su malestar por tener que esperar largos minutos hasta que se solucionara el inconveniente y pudieran continuar con su viaje. El problema generó una postergación en cadena en las llegadas y salidas de vuelos. En algunos casos, los pasajeros tuvieron que esperar cerca de dos horas.
Mediante su cuenta de X, el periodista Paolo Benza también informó que la caída de la comunicación en el terminal aéreo de Lima se dio con los aeropuertos de Ayacucho, Cusco y Pucallpa. Asimismo, contó que los controladores están ordenando una separación de vuelos de 5 a 10 minutos, por lo que se prevén futuras demoras.
¿Qué ocurrió y por qué? ¿Qué son las “baterías de respaldo”?
A través de un comunicado, Corpac informó que el inconveniente se debió a la interrupción temporal por un lapso de 18 minutos del sistema de comunicaciones en los aeropuertos de Pucallpa, Cusco y Ayacucho, debido al mantenimiento de las baterías de respaldo. Como consecuencia del problema eléctrico, agregó, hubo suspensiones temporales y retrasos de vuelos.
Las baterías de respaldo en un aeropuerto, según se informó, son sistemas de energía auxiliares que se activan cuando falla la fuente principal de electricidad. Su función es mantener operativos equipos críticos como los sistemas de comunicaciones, radares, luces de pista y otros elementos esenciales para la seguridad aérea. Aunque suelen tener autonomía limitada, son clave para evitar interrupciones mientras se restablece la energía principal. Un mal funcionamiento o mantenimiento de estas baterías puede afectar directamente las operaciones aeroportuarias.

“Entre las 17:02 y 17:20 horas de hoy se interrumpió temporalmente el sistema de comunicaciones en los aeropuertos de Pucallpa, Cusco y Ayacucho debido al mantenimiento de las baterías de respaldo, lo que provocó la suspensión temporal y retrasos de vuelos que estaban por despegar desde el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez”, señaló.
Asimismo, aseguró que para la noche de ayer jueves, el problema fue solucionado y se procedió a normalizar el tránsito aéreo. Descartó que en ningún momento estuviera en riesgo la seguridad de los aviones, “pues se aplicaron todos los protocolos internacionales correspondientes”.
“Reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad aérea y aseguramos que nuestro personal está capacitado para manejar cualquier situación con los más altos estándares”, destacó Corpac.
Lo que vivieron los viajeros
A través de redes sociales, varios usuarios expresaron su incomodidad por la larga espera que tuvieron que afrontar antes de que su avión pudiera despegar. Algunos señalaron que el piloto les comunicó que el nuevo aeropuerto “tenía problemas en el radar y el sistema de comunicaciones”.

Una pasajera afectada contó a El Comercio que su vuelo de Cusco hacia Lima programado con la aerolínea de Latam debía salir 4:30 pm, pero finalmente despegó 5:50 pm aproximadamente. Casi una hora y media después.
“Nos dijeron que el retraso fue porque habían inconvenientes con el radar y el sistema de comunicación del nuevo aeropuerto, que no estaba saliendo ningún vuelo hacia Lima hasta nuevo aviso. El vuelo debía llegar 6 pm, llegamos poco más de las 7 pm, sin inconvenientes para el aterrizaje”, narró.
En tanto, otros viajeros contaron que de tanto esperar para despegar los hicieron bajar de sus aeronaves. “Estoy en Piura y me bajaron del avión”, expresó uno.
“Qué pasó en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima? El piloto acaba de indicar que hay alto flujo y aquí en Cusco ya son 2 aviones en la pista de despegue aun sin hora para salir”, fue otro comentario de un pasajero afectado.
Por otro lado, tras resolverse el inconveniente, surgió otro: largas colas y acumulación de vuelos. “A mi me acaban de indicar en el avión de Cusco que hubo un problema con la comunicación, pero que ya fue solucionado. Sin embargo, hay una cola enorme“, dijo otro afectado.
Dos semanas en funcionamiento
En su segundo y tercer día de operaciones, un problema en el proceso de abastecimiento de combustible a los aviones provocó que 20 vuelos sea cancelados y miles de personas se queden a la deriva. Esto provocó malestar entre los pasajeros y largas colas.
Por su parte, LAP indicó que lo ocurrido no se trató de un desabastecimiento de combustible, sino de una limitación operativa en los equipos abastecedores del suministro autorizados para operar en plataforma. El gerente general de la empresa, Juan José Salmón, dijo que fue una situación totalmente impredecible, aunque resaltó que eso no le resta responsabilidad a LAP.
“Fue un elemento mecánico que conecta con el área del avión para suministrar combustible. Como no hacía un engranaje perfecto el combustible no fluye y no salió. Por eso no se pudo cargar el combustible al ala del avión”, explicó.
Salmón aseveró que tras solucionar el problema, para la 3 y 50 de la mañana del lunes, el aeropuerto volvió a operar.
El inicio del nuevo Jorge Chávez
El nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez inició operaciones el domingo 1 de junio a la 1:00 p.m., tras 12 horas de suspensión de vuelos y un histórico apagón aeronáutico. El primer aterrizaje fue un vuelo de Iberia procedente de Madrid con 334 pasajeros, seguido por un vuelo de LATAM hacia Atlanta. En la primera hora, aterrizaron nueve vuelos internacionales y despegaron once, movilizando a cerca de 30.000 pasajeros en unas 250 operaciones, según Lima Airport Partners.
El terminal, ubicado en Morales Duárez, reemplaza al antiguo aeropuerto, que operó durante 65 años y cerró definitivamente la madrugada del mismo día. El cierre se conmemoró con un acto simbólico de apagado de luces. Pese a la emoción de los primeros pasajeros, también se registraron múltiples inconvenientes: aglomeraciones, colas en los controles de seguridad, fallas en señalización y ascensores inoperativos.
La Defensoría del Pueblo recibió reclamos entre las 8:00 a.m. y 2:00 p.m., advirtiendo problemas en servicios higiénicos y falta de orientación tanto para vehículos como para pasajeros. En las vías de acceso, la congestión fue severa y varios taxistas, desorientados, optaron por rutas alternas poco seguras, mientras que otros se detenían en plena vía, generando caos.
Dentro del aeropuerto, muchos usuarios se mostraron confundidos ante la magnitud del nuevo espacio (270.000 m²) y la escasa visibilidad de la señalización entre comercios y stands. También se reportaron desorganización en los paraderos del servicio de transporte AeroDirecto.
Aunque el inicio fue caótico, se espera que los problemas identificados se corrijan progresivamente para mejorar la experiencia de los pasajeros. La transición marca una nueva etapa para el principal aeropuerto del país, con infraestructura moderna pero aún en proceso de adaptación.