Si la idea que tenemos en la cabeza del conde Drácula suele ser la de un chupasangre misterioso, galante y seductor –como tan bien lo encarnaron Bela Lugosi, Christopher Lee o Gary Oldman–, el cineasta alemán F. W. Murnau le dio una vuelta a esa imagen: en 1922, imaginó a un tipo anciano, calvo y contrahecho para convertirlo en el protagonista de un oscuro clásico: “Nosferatu”, obra maestra del cine expresionista cuyo legado perdura hasta hoy.
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Fue una cinta que, hasta cierto punto, nació maldita. Al utilizar de forma no oficial los principales elementos de la novela “Drácula” del irlandés Bram Stoker, Murnau le cambió el nombre al vampiro (el conde Orlok, interpretado por Max Schrek) y disimuló otros detalles de la trama para no pagar derechos de autor. Su jugada no le gustó nada a la viuda de Stoker, Florence Balcombe, quien denunció a la obra por plagio. Y ganó el juicio. Por esa razón, la cinta fue prohibida, y varias de sus copias, quemadas, aunque quizá demasiado tarde: ya varias habían sido distribuidas por el mundo, lo que evitó su total desaparición.
Con el tiempo, “Nosferatu” se volvió una obra de culto y un hito en la historia del séptimo arte. Una película que resiste diversas lecturas –crónica de la peste, metáfora del horror de entreguerras, etc.–, pero que sobresale especialmente por su belleza e impacto visual.
OTRAS MIRADAS
Medio siglo tuvo que pasar para que el “Nosferatu” de Murnau tuviera un ‘remake’. En 1979 –ya sin disputas de autoría mediante–, el alemán Werner Herzog dirigió “Nosferatu: vampiro de la noche”, una notable adaptación que tuvo como protagonista a su actor fetiche, Klaus Kinski (el mismo de “Aguirre, la ira de Dios”, “Woyzeck” y “Fitzcarraldo”), además de figuras como Isabelle Adjani y Bruno Ganz. No se trata de una mera réplica, sino de una pieza de autor tan atmosférica como hipnótica, como solo un director de la talla de Herzog podría haber concebido.
También interesante es la cinta del 2000 “La sombra del vampiro”, que recrea ficcionalmente el proceso de filmación de la “Nosferatu” de 1922. En ella, John Malkovich encarna al director F. W. Murnau, y Willem Dafoe, al actor que interpreta al vampiro, Max Schrek.
Pero este año ha llegado la hora de un nuevo ‘remake’. “Nosferatu” (2024) es dirigido por Robert Eggers, uno de los puntales del nuevo cine de terror junto con cineastas como Jordan Peele y Ari Aster. Tras haber entregado aclamadas cintas como “La bruja”, “El faro” y “El hombre del norte”, Eggers asume el desafío de hacer una versión personal del clásico de terror.
En esta entrega, Bill Skarsgård es el conde Orlok/Nosferatu, mientras que Nicholas Hoult y Lily-Rose Depp aparecen como Thomas y Ellen Hutter, la pareja que deberá enfrentar las sombrías y nada santas intenciones del famoso vampiro. Por lo visto en los primeros avances, la película apunta a ser mucho más estilizada, sexual y retorcida que sus predecesoras; menudas ambiciones. Habrá que ver si lo conseguirá.
Sepa más
Cuándo y dónde verla
La nueva versión de “Nosferatu” se estrena en salas de cine este miércoles 1 de enero.