
La única manera de intentar equilibrar el poderío individual de River Plate era esa: con garra, jugando como una final. Lo entendió el hincha que llenó el Monumental y mostró sus galones con un imponente mosaico que cubrió el Monumental. También el técnico Fabián Bustos que jugó su partido aparte en su zona técnica viviendo al límite. Pero no algunos jugadores. Y ahí podría radicar el motivo de la derrota crema (1-0) en el debut copero ante el elenco argentino.
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Si pidieran describir en una palabra lo que fue la noche en el Monumental, sería caos. Primero por lo que sucedió en el ingreso de los hinchas al estadio, con decenas de ellos quedándose afuera. Y luego por el desorden y el concierto de imprecisiones de un equipo que tuvo 70% de eficacia en sus pases, por debajo del 81% mostrado en el último partido.
“Respetamos mucho a River Plate en el primer tiempo”, hace mea culpa Aldo Corzo en zona mixta. El capitán, de los pocos aplaudidos por el hincha, analiza así un primer tiempo en el que a la U le salió todo mal, desde la apuesta de Bustos por poner a Diego Churín en lugar de Alex Valera hasta la estrategia para hacerle daño al cuadro dirigido por Marcelo Gallardo.
Bustos jugó su final. O al menos eso intentó. Se movió por toda su zona mixta, reclamó las decisiones arbitrales y hasta puso en marcha una estrategia para “presionar” al juez del partido, el uruguayo Esteban Tejera. Cada vez que Tejera pitaba una falta en contra de la ‘U’, Bustos volteaba hacia la tribuna occidente y, con sus brazos, le pedía al hincha que se levantara y protestara. Que grite. Que presione. Y sus gestos eran gasolina que provocaban un incendio en las tribunas.
Fue una mala noche y el Monumental lo sintió. También lo reclamó. En la previa, en streamig que realizó El Comercio a través de sus redes sociales, el hincha se preguntaba por qué ese cambio de Churín por Valera. Una apuesta que no resultó y terminó peor de lo imaginado: el delantero argentino fue el único pifiado camino a los vestuarios.
En el segundo tiempo, la U cambió. Dejó de respetar en demasía a River y le planteó un partido más friccionado, de mucha pierna fuerte. Aunque Alex Valera, quien ingresó en lugar de Churín, confundió el ímpetu con violencia. Su primera acción en el campo fue propinarle dos codazos a Martínez Quarta. El árbitro le sacó amarilla, aunque decidió ir al VAR para verificar si la acción merecía expulsión. Bustos, su zona técnica, lucía sorprendido y resignado. No entendía cómo su ‘9’, que recién había entrado, era protagonista de esa jugada, sobre todo porque River aprovechó en hacer tiempo.
Los cremas intentaron con sus pocas armas, casi sin ideas en ataque. Pero encimaron a un River que se desdibujó en el segundo tiempo. Pero no lo logró. Eso sí, el partido estuvo a punto de acabar en algo más que insultos entre el portero argentino Franco Armani y Edison Flores. El guardameta pateó a José Rivera cuando este estaba en el suelo quejándose de una falta y el Orejas fue el primero en ir a pecharlo. En el final, el atacante merengue se le acercó para decirle increparlo una vez más.
Preocupación con miras al clásico
Además de amargura por la derrota, en Universitario hay mucha preocupación. El volante Martín Pérez Guedes -quien hizo mucha falta en el mediocampo- se retiró del estadio con una férula en el pie izquierdo y su presencia en el clásico del sábado ante Alianza Lima corre peligro.
Flores, por su parte, fue atendido por los médicos al finalizar el partido. El Orejas reveló que fue por cansancio de haber dispuesto los 90 minutos ante un rival exigente como River Plate. Aunque el hincha espera tenerlo al cien por ciento el fin de semana en Matute.
Y el hincha también va jugando su partido. “Nos vamos a Matute, y qué … va a pasar”, cantaba la Trinchera en alusión al clásico en Matute. Si bien, el partido será solo con hinchada local, el pueblo crema se hace sentir desde ya.
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