Domingo, Septiembre 29

-Me gustaría que nos explique por qué ha renunciado a Perú Moderno. Usted era el llamado a ser el candidato presidencial.

-¿Cuál fue el principal escollo con Wilson Aragón?

La institucionalización del partido. Yo soy muy purista, muy principista. Los partidos tienen que ser absolutamente institucionales. Al inicio estaban absolutamente de acuerdo, pero luego se fueron alejando y queriendo mantener las formas políticas que hoy predominan. Por esta razón renuncio a Perú Moderno. He venido trabajando durante ocho años incansablemente, he recorrido decenas de miles de kilómetros dando charlas a jóvenes, intentando dar esperanza y voy a seguir en esa tarea. Yo soy un peruano que ama al Perú desde la absoluta incondicionalidad. Lo que no quiero es anteponer mi ego y por eso hay que saber retirarse.

-¿Pero qué pasó con Aragón?

Es complicado entrar a detalle. Entré a la casa del señor Aragón con la ilusión de hacer escuchar nuestras voces de institucionalidad y no han sido recogidas, y cuando no te sientes bien es mejor salir. Mi madre me hubiera dicho: “Mejor una roja que cien amarillas”.

-¿Pesó en esta decisión el hecho de que fuera la doctora Julia Príncipe una especie de filtro? ¿Ese tamiz molestó a Aragón?

Todo el mundo conoce a la doctora Príncipe. Me da orgullo estar al lado de ella, quien me ha recomendado muchos temas, pero al final la decisión es absolutamente mía. Hoy estás viendo en el Congreso los resultados de una mala clase política sin filtro.

-¿Pero cuáles fueron esos criterios en los que no se pusieron de acuerdo?

Nosotros creemos que todas las personas que deben participar en la política no pueden ser corruptas. No puede haber personas con intereses. Creo en la absoluta incondicionalidad. En el Perú hay mucha gente buena y tenemos que acogerlas, no gente que quiera entrar a la política para hacer negocios, servirse del país. Todo eso tiene al Perú hoy en turbulencia.

-Hay quienes piensan que la persona que ingresa a la política debería tener su vida económica resuelta, para que luego no roben a costa de los peruanos.

Ese fue otro de los criterios que pesó. La independencia económica es importante, pero sí te puedo decir que he hablado con personas que necesitan seguir trabajando y son dignas. Me preocupa que no estamos enfocándonos en los invisibles. Miles de centros poblados no tienen presupuestos, no tienen fiabilidad y están perdiendo el sueño y la esperanza. Se han ido un millón de jóvenes, se han ido US$23.000 millones del país. ¿Por qué?

-Por la falta de gestión.

Exacto. Por la falta de gestión. Yo lo perdí todo dos veces. No quebré por incapaz; perdí todo por un modelo que no es el correcto, el venezolano, y el modelo que vivimos aquí: el terrorismo. Hay gente muy buena en el Perú, solo que hay que poner los protocolos claros para tener un futuro de acuerdo a la necesidad. Debemos evitar que hasta el 2026 se vaya otro millón de jóvenes.

-¿Se equivocó al inscribirse en un partido? ¿Hubiera sido mejor fundar uno propio?

Quizás sí. Siempre he trabajado desde la incondicionalidad, sin buscar nada a cambio.

-¿Me está diciendo que usted no quería sacar ventaja y Perú Moderno sí?

No hablaré mal de nadie, no me corresponde. He hecho empresa durante 38 años y, si me preguntas cuál es el factor clave del éxito, contesto que solo una: la confianza.

-Entonces, ¿ya no confía en Aragón?

No estoy hablando mal del señor. Ya no confío en Perú Moderno y lo correcto es que me aleje.

-¿La sola intención de que Antauro Humala llegue a Perú Moderno lo espantó?

No sabía esa noticia.

-Pero esos son los rumores.

Soy de las personas que hace poco caso a los rumores.

-¿Si Antauro llega a concretar su alianza con Perú Moderno qué pensará?

Sería una decepción absoluta. Esas cosas son innegociables. Yo perdí todo con Sendero Luminoso y perdí todo en Venezuela, con el chavismo. Sé exactamente lo que busco. Lo que estoy haciendo con los jóvenes es decirles que el modelo de trabajar es en libertad, donde podamos poner en valor nuestro talento. Tenemos un millón y medio de ninis, eso me preocupa.

-Ninis, que ni trabajan, ni estudian… No hacen nada.

¿Alguien está pensando en ellos? Veo con mucha tristeza en las redes peleas de fachos, progres y no sé qué más. Así no se construye el país. ¿Por qué no ponemos en la agenda nacional generar espacios de desarrollo? Yo no necesito trabajo ni venderle al Estado, no necesito hacer obras. Gracias a Dios he logrado mi independencia económica con mi esfuerzo y sin venderle un centavo al Estado. Entonces no puedo tirar por la borda mi historia haciendo cosas malas. Yo no quiero ser un rico más del cementerio. Por eso, trabajo incansablemente por el Perú e invito a muchas personas, a muchos empresarios, a que trabajemos con empatía por los invisibles. Yo he vivido en Venezuela, justamente en la época convulsa. Hablaba con empresarios y les decía: “Esto no funciona”. Y me decían: “No te preocupes, no sabes nada, eres un peruano asustado”, y mira dónde están ahora.

-¿Ahora está asustado con el Perú?

No pierdo la esperanza. Pero la turbulencia política actual me da tristeza, me apena que la agenda la pongan los delincuentes; me da tristeza que nos secuestren, que la gente esté siendo extorsionada todos los días. Me da tristeza todo eso.

-¿Saliendo de la cancha presidencial no le deja espacio a los que ven al Estado como un botín?

Salir del partido no es salir del Perú, es más compromiso con el Perú. Sí agradezco a las miles de personas que se han inscrito confiando en mí.

-¿Y qué les dice ahora?

Siento muchísimo lo que ha ocurrido. Probablemente hoy les fallé, pero no los defraudaré. Hice lo que tuve que hacer de la forma correcta.

-¿Va a construir un partido?

Es prematuro decirlo. Estoy terminando de pasar esta etapa. Hay que servir al país desde donde estemos, no necesariamente con intereses o pensando en el ego.

-Si estoy entendiendo bien, tengo que escribir que por su honor, por su apellido, por todo lo que ha trabajado, no se iba a meter en el pantano de la conveniencia política.

Absolutamente. Para mí es innegociable el pantano de la conveniencia y la corrupción. Hay que hacer las cosas diferentes.

-De los 25 cargos en la dirigencia de Perú Moderno, 14 fueron ocupados por integrantes de la familia Aragón. ¿Eso pesó en su decisión?

Nosotros ingresamos a la casa con un concepto de buscar la institucionalidad y por razones diversas se quebró. A buen entendedor, pocas palabras.

-Podría ser candidato invitado al Senado. ¿Aceptaría ser cabeza de lista?

Hoy es prematuro decirlo, porque ni siquiera hay listas. Ni siquiera sabemos qué candidatos tendremos.

-¿Se arrepiente de no haber aceptado la propuesta de Rafael López Aliaga? ¿La invitación de Avanza País?

No vivo de arrepentimientos. Hago lo que tengo que hacer de la forma correcta. Son aprendizajes maravillosos en la vida que uno tiene que tomarlos con absoluta serenidad. Aprendo todos los días y tomo con absoluta humildad el ofrecimiento de ellos, estoy absolutamente agradecido.

-¿O tuvo miedo?

¿Qué es eso? En época del terrorismo he vivido en épocas convulsas. Yo miedo no tengo. Soy firme, sereno, cauto y prudente.

-¿Usted realmente quiere ser presidente del Perú?

Lo que yo quiero es trabajar por el Perú. Es difícil adelantarse.

-Ya, pero usted lo ha logrado todo, señor Añaños. Lo único que le queda es gestionar el país. ¿Le gustaría ser presidente?

En el momento correcto, en el momento adecuado, cuando uno está tranquilo de que las cosas están yendo como uno quiere. Adelantarme me parece atrevido.

-Pero uno tiene sueños…

¿Le puedo decir cuál es mi sueño?

-¿Cuál es su sueño?

Se llama Perú. Mi sueño es trabajar desde la absoluta incondicionalidad. Alguien ha dicho que qué hago yo en Puno, en Ayacucho, en Huaraz. Que cuántas horas le dedico a mi sueño que es aportar y decir con más claridad de que la libertad es fundamental para que nos desarrollemos.

-Para ese sueño uno debe ser candidato.

Hoy estoy en proceso. Cerrando un ciclo y con más ganas de seguir trabajando.

“¿Para qué quieren ser presidentes? El Perú no necesita de egos”

-¿Es posible ser optimista en la situación que estamos viviendo?

No pierdo la esperanza. Debemos trabajar unidos. Los partidos políticos tienen una gran oportunidad de decirle al pueblo: “Hagamos las cosas diferentes sin polarizar, sin pelearnos”. El Perú necesita construir una bancada sólida que nos permita navegar por los próximos 20 años con tranquilidad sin batallas menudas. Vamos a entrar a una época electoral y debemos trazar una visión clara del destino.

-Pero estamos divididos. El primer factor es el antifujimorismo.

Fujimori dejó sombras y luces. Yo me quedo con las luces. El terrorismo se acabó en el Perú y le agradezco. El BCR se convirtió en una institución. Sobre las sombras, dejaré que la justicia y el tiempo se encarguen. Entrar a una polémica es seguir polarizando y hoy la tarea es que todos nos centremos y trabajemos para buscar un Perú diferente.

-¿Keiko debe volver a candidatear o seguirá polarizando?

Las personas son libres. Lo que pido es que quienes quieren candidatear sean humildes y se pregunten si son capaces. El Perú necesita que las personas alguna vez digan: “Primero pienso en el país, después en mi partido, y después en mí”.

-¿Qué piensa de la izquierda peruana?

Si la izquierda quiere destruir, ya vemos los resultados. El Perú no es un tema ideológico. Cuando yo recorro los pueblos invisibles les digo qué es derecha, qué es izquierda. No me entienden, solo preguntan si van a tener trabajo. ¿Qué hacemos para salir adelante? Eso quieren saber. La discusión es cómo activar esos motores productivos, cómo apoyar a los pequeños emprendedores que no ven la esperanza.

-¿La izquierda de Cerrón ha destruido el Perú?

Absolutamente. La izquierda como plantea este señor no tiene absolutamente ningún sentido en el Perú.

-¿Dónde deja a Boluarte?

Siempre lo he dicho: es una señora que perdió su oportunidad de oro. Necesita escuchar más y todavía puede hacer grandes cambios con decisiones firmes.

-¿En las elecciones del 2026 tomará una posición activa? ¿Apoyará públicamente a un candidato?

Si lo tengo que hacer, lo haré. Imagínate a mi hijo que está corriendo por la sala y veo que se va a caer, lo dejo caer. Pero si va a rodar por la escaleras, no lo dejaré caer.

-¿Y qué piensa de nuestra justicia? El Caso Chibolín parece sacado de una república bananera.

¿Qué pienso? Siento vergüenza. No merecemos lo que ocurre. Hay millones de personas en el Perú que sentimos vergüenza. Basta ya.

-¿Chibolín intentó acercarse a usted?

Sí, me llamó varias veces. Pero la doctora Julia Príncipe me dijo: “Por favor, Carlos, no tomes llamadas ni contestes”.

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