La
princesa Marta Luisa, la mujer a la que se le negó el trono de Noruega por ser mujer (trono que, por cierto, sí herederá su sobrina) ha sufrido un nuevo desplante de manos de sus padres: no podrá representar a su familia y a punto ha estado de perder su estatus de princesa. Una decisión tomada por los
monarcas Harald y Sonia de Noruega para evitar más críticas por parte de la prensa noruega.
Todos sospechan que tras esta decisión se encuentra la inminente boda de
Marta Luisa de Noruega con el
chamán Durek Verrett, pero, en realidad, Harald y Sonia han decidido apartar a su hija del servicio activo de la familia real por otra cuestión: los negocios un tanto turbios de la princesa y su pareja actual.
El propio
rey Harald V reconoció en el comunicado que desvinculaba definitivamente a Marta Luisa de su Casa Real: «Hemos seguido la discusión que ha tenido lugar en la prensa y entre la gente sobre las actividades y la mezcla de tareas de la
princesa Marta Luisa. Ahora hemos llegado a una solución que esperamos y creemos que dará una mayor distancia entre las actividades de la princesa y la Casa Real». ¿Pero cuáles son esas actividades que han generado tanta polémica?
De dónde proviene la fortuna de la princesa Marta Luisa de Noruega
La princesa Marta Luisa siempre ha sido el verso suelto de la
monarquía noruega. Nadie se planteó que pudiera ser reina, a pesar de ser la primogénita de los reyes, hasta que cumplió 15 años. Para entonces ya era tarde: se negó a ser educada para ese cargo y prefirió seguir un camino propio.
Liberada de ser reina pudo dedicarse a lo que le pedía el cuerpo: filmar documentales, hablar con los ángeles, cobrar por hacer sesiones de espiritismo… Pero la princesa más naif de las monarquías europeas no encontró la horma de su zapato hasta que no se encontró con
el chamán de Gwyneth Paltrow.
Cuando
Marta Luisa y Derek Verrett se conocieron se podría decir que a princesa estaba en quiebra según las cifras publicadas por la propia casa real noruega. En 2019 se consideraba que había gastado toda su fortuna y de hecho tuvo que recurrir a vender una propiedad que tenía en la isla de Hanko.
En 2022 el panorama económico de la pareja es bien distinto. Ya en 2020 todo el mundo se impresionó cuando consiguió sextuplicar sus
recursos económicos en plena pandemia y revalorizar sus empresas hasta alcanzar el millón seiscientos mil euros.
La princesa Marta Luisa de Noruega y su polémico prometido. /
Una hazaña que consiguió gracias a los sueldos que cobró al grabar un docu reality sobre su vida y, lo que es mucho más polémico, vendiendo pseudociencia junto a su su chamán y facturando a través de una
empresa llamada PML Internacional (siglas de
Princesa Marta Luisa).
Desde que esta sociedad fue constituida en 2020 los medios noruegos se han quejado activamente por la mezcla que la princesa hace de sus intereses económicos privados y los intereses de la corona.
Una situación que ha explotado definitivamente en 2022, cuando el chamán ha protagonizado un episodio polémico tras otro. Primero se negó a recibir ayuda médica para sus
problemas de salud alegando que era capaz de sanarse a sí mismo, a continuación anunciaba que él mismo podía curar enfermedades como el ébola sin problema y después declaraba haberse sanado del covid gracias a una medalla que vende en la página web que comparte con la royal por más de 200 euros.
Ante este panorama, con la pareja no pseudo royal haciendo caja con la pseudo ciencia, no es extraño que una encuesta reciente realizada por Norstat para NRK el 51% de los noruegos deseara que la
princesa Marta Luisa de Noruega dejara de representar a su casa real.
Según el comunicado emitido por los monarcas, «la princesa Marta Luisa y su
prometido Durek Verrett ya no podrán utilizar el título en sus actividades comerciales», o lo que es lo mismo, Marta Luisa de Noruega no podrá usar su título de princesa en un contexto comercial. Si Marta Luisa y su novio vuelven a mezclar a la corona noruega con sus negocios, ¿acabarán sus padres quitándole finalmente su título de princesa?