Los niños del tercer y quinto grado de primaria han pensado cada detalle, recordando los personajes más entrañables de esta fecha: desde la estrella de Belén, el niño Jesús, María, José, los pastores, los animales, hasta el árbol de Navidad y un Papá Noel jalando de su trineo con Rodolfo el reno.
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Y es que la robótica en pleno siglo XXI está cada vez más presente en nuestras vidas. En este caso, los niños han trabajado con piezas especiales de Lego que se diferencian por ser piezas electrónicas. Para darles movimiento a los pequeños robots usaron los software llamados WeDo1.0, WeDo 2.0 y herramientas de inteligencia artificial.
Sayuri Almirón, docente a cargo del proyecto, explicó a El Comercio que estos software pemiten que las piezas reciban “la programación de los estudiantes mediante íconos, figuras muy amigables que hace que puedan escoger el color de las luces, los sonidos, la velocidad del motor y otras órdenes para los sensores”.
Almirón es docente destacada 2024 de la Fundación Telefónica, institución que colaboró con el programa de robótica. Además, junto a ella ha estado en el trabajo su colega Gisela Sarabia.
“El pesebre robótico incluye un pesebre que tiene movimiento con levas, recibe una orden de un motor, tiene ejes, engranajes para que pueda moverse, para que pueda tener un vaivén y a la vez pueda moverse la estrella del pesebre”, detalló la profesora. Se usaron alrededor de 800 piezas de lego y, aunque el armado podía demorar en uno o dos días, el proyecto se desarrolló combinando horas de clases ya que se trata de robótica educativa.
Además…
La inteligencia artificial
Hoy en día la inteligencia artificial (IA) generativa ha cobrado más importancia. ¿De qué manera se aplicó la IA en el trabajo del pesebre robótico? “En el caso de la inteligencia artificial la aplicamos para que ellos [los niños] puedan diseñar las imágenes”, explicó la docente Sayuri Almirón. Además, el software con el que trabajaron les permite crear efectos de sonido, agregarles voz a los muñecos, personalizar su trabajo.
“Nos propicia a nosotros poder introducir las matemáticas para trabajar, por ejemplo, la multiplicación. También para poder trabajar la comunicación, la narración de cuentos, la escritura de textos literarios”, indicó sobre esta disciplina. En total participaron más de 50 niños y niñas entre los 8 y 12 años de 3° y 5° grado de primaria. El propósito es ampliar a más salones.
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¿Por qué usar la robótica en educación?
El colegio Ramiro Prialé no es una institución cualquiera para la profesora Sayuri Almirón. Ella nos cuenta que es el colegio donde pasó su primaria y secundaria. En los últimos años se ha capacitado en robótica y hasta en inteligencia artificial, llevandola robótica educativa a su alma mater .
“La motivación es el doble. Imagínate, me siento feliz y me veo reflejada en cada niño al poder trabajar en mi querido colegio”, nos cuenta la profesora. ¿Y por qué la robótica educativa? ¿Qué tiene de especial?
Señala que, en este caso, el robot no es un fin sino un medio. Es decir, a través de la robótica es que se busca desarrollar competencias de los estudiantes.
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“Hace que estén motivados, hace que estén con ganas de poder trabajar y desarrollar su creatividad, desarrollan habilidades socioemocionales y desarrollan competencias también científicas, competencias de la matemática, de la misma creatividad, del arte, hasta incluso del área de inglés”, destaca sobre el papel de la tecnología robótica.
Pero se trata de una actitud particular. La profesora no teme usar la tecnología, incluso en esta época en la que los celulares, la IA y otras tecnologías están siendo restringidas de las escuelas en algunos países.
“Es importante incluir la tecnología porque es parte de su día a día de los estudiantes. Ellos ya cuentan con dispositivos en sus hogares, cuentan con computadores, Internet y podemos utilizar provechosamente siempre y cuando haya una intención pedagógica, una intención educativa. Los profesores no improvisamos”, remarcó sobre el papel de las nuevas tecnologías en la educación.
En ese sentido consideró que “los estudiantes son diestros tecnológicos” y son los docentes los que no se pueden quedar atrás, y enseñar a los alumnos que “trabajen de manera ética y responsable, que sepan cómo utilizar la tecnología a favor del aprendizaje”.
